Margaret Brown, conocida póstumamente como la «Insumergible Molly Brown», fue una socialité y filántropa estadounidense. Ella fue una superviviente del RMS Titanic, que se hundió en 1912, e instó sin éxito a la tripulación del bote salvavidas No. 6 a regresar al campo de escombros para buscar sobrevivientes.
La vida de Molly Brown
Molly Brown (Margaret Tobin) nació el 18 de julio de 1867 en Hannibal, Missouri, hija de John Tobin y Johanna Collins, ambos inmigrantes irlandeses.
Su padre, John Tobin, era viudo con una hija, Catherine Bridget. Cuando conoció a Johanna Collins, Johanna también era viuda con una hija, cuyo nombre era Mary Ann. John y Johanna se casaron y tuvieron cuatro hijos más: Daniel (1863), Margaret (1867), William (1869) y Helen (1871).
Margaret creció en una cabaña muy cerca del río Mississippi, y asistió a la escuela de gramática dirigida por su tía Mary O´Leary. De adolescente trabajó desmenuzando hojas de tabaco en la Compañía de Tabaco de Garth en Hannibal.
A los 18 años se fue con su hermana, Mary Ann Tobin Landrigan, y el nuevo marido de Mary, Jack Ladrigan, a Leadville, Colorado, donde pusieron una herrería. Margaret compartió una cabaña con su hermano, Daniel Tobin, que trabajó en las minas y llegó a ser un esporádico promotor de ellas. Margaret, conocida como Maggie hasta que se casó, fue a trabajar para la Empresa Mercantil Daniels and Fisher en Leadville, donde trabajó en el departamento de alfombras y mercería.
El matrimonio de Molly Brown
Al principio del verano de 1886, conoció a James Joseph («J.J.») Brown, un minero cuyos padres también habían emigrado de Irlanda. Se casaron el 1 de septiembre de 1886, en la Iglesia de la Anunciación en Leadville. Vivieron en la cabaña de J.J. en Stumptown, una pequeña comunidad predominantemente irlandesa en las montañas de Leadville. Los Brown tuvieron dos niños: Lawrence Palmer, nacido en 1887, y Catherine Ellen («Helen»), nacida en 1889. Después del nacimiento de Lawrence, los Brown compraron una casa en Leadville a la que esporàdicamente se les unieron miembros de ambas familias.
Mientras sus hijos eran jóvenes, Margaret estaba involucrada en los primeros movimientos feministas en Leadville y el establecimiento de la Asociación por el Sufragio de Mujeres Americanas del Cabildo de Colorado. También trabajó en las cocinas de asistencia a familias de las minas de Leadville. Cuando el Acta de Sherman Silver fue revocada en 1893, Leadville estaba metida en una profunda depresión y la tasa de desempleo era del 90%. J.J. Brown, que había sido superintendente de todas las propiedades mineras del Ibex, tuvo una idea. Convencido de que la mina Little Jonny llegaría a ser productora de oro más que de plata, desarrolló un método rápido para separar la arena de dolomita que les impedía alcanzar el oro que estaba a más profundidad en la mina. El 29 de octubre de 1893, la mina Little Jonny estaba embarcando 135 toneladas de mineral al día. Y Brown fue premiado con 12.500 acciones y un asiento en el consejo. Durante años se convirtió en uno de los mineros de más éxito del país.
La vida de socialité
El 6 de abril de 1894, los Brown adquirieron una casa en la calle Pennsylvania en Denver y construyeron una casa de verano, Avoca Lodge, en la falda de la montaña. Margaret llegó a ser miembro fundador del Club de Mujeres de Denver. Parte de una red de Clubes que defendían la literatura, la educación, el sufragio y los derechos humanos en Colorado y en todos los Estados Unidos. Recaudó fondos para construir la Catedral de la Inmaculada Concepción así como el Hospital St. Joseph. También trabajó con el Juez Ben Lindsey para ayudar a salir de la indigencia a los niños e instituir la primera Corte Juvenil en el país. Esto sentó las bases para el sistema de tribunales juveniles de los Estados Unidos de hoy.
También se ocupó del Instituto Carnegie de Nueva York, donde estudió literatura, lengua y arte dramático. Además de traer dos niños al mundo, se encargó de las tres hijas de su hermano Daniel: Grace, Florence y Helen Tobin, cuya madre murió cuando eran jóvenes en White Pine, Colorado.
Margaret Tobin Brown fue una de las primeras mujeres en los Estados Unidos que se presentaron como candidato político y por el Senado ocho años antes de que las mujeres ni siquiera tuvieran derecho a voto. El 25 de julio de 1914, con Alva Vanderbilt (Mrs O.H.P) Belmont, organizó una conferencia internacional para los derechos de las mujeres en la casa Marble, Newport, Rhode Island, de la que se ocuparon activistas de los derechos humanos de todo el mundo. Defensora de toda la vida de los derechos humanos, Margaret fue también una figura eminente preocupada por la masacre de Ludlow en Trinidad, Colorado, en abril de 1914. Un punto de referencia importante en la historia de los derechos de los trabajadores en los Estados Unidos.
El viaje en el Titanic
En el momento en que Margaret Tobin Brown embarcó en el Titanic en Cherburgo, Francia, ya había tenido un impacto significativo en el mundo. Ella y su hija Helen, que fue estudiante en la Sorbona, habían estado viajando por toda Europa y estuvieron con el Partido de Jacob Astor en El Cairo, Egipto. Ahí fue cuando Margaret recibió una carta que decía que su primer nieto, Lawrence Palmer Brown Jr, estaba enfermo. Decidió marcharse a Nueva York inmediatamente y reservó pasaje en el novísimo barco: El Titanic. En el último momento Helen decidió quedarse en Londres. Debido a su rápida decisión, muy poca gente de su familia sabía que ella estaba a bordo del Titanic.
Después de que el barco chocara con el iceberg, Margaret ayudó a otros a subir a los botes salvavidas hasta que fue obligada a subirse al bote número seis. Ella y otras mujeres del bote salvavidas se pusieron a remar, a mantener alto el ánimo y a disipar la tristeza que estaba transmitiendo el emocional e inestable Robert Hichens (Se dice que Hichens fue acusado por los pasajeros de no querer volver al Titanic a recoger a más gente.).
Su trabajo en el Carpathia
Sin embargo, el trabajo más significativo de Margaret ocurrió en el Carpathia, donde asistió a los supervivientes del Titanic, y más tarde en Nueva York. En el momento en el que el Carpathia alcanzó el puerto de Nueva York, Margaret había ayudado a establecer el Comité de Supervivientes. Siendo elegida como presidente y donde recaudó casi 10.000 dólares para ayuda a los supervivientes. Las habilidades lingüísticas de Margaret en francés, alemán y ruso fueron una ventaja, y permaneció en el Carpathia hasta que todos los supervivientes del Titanic se reunieron con sus amigos, familia o asistencia médica. En una carta a su hija poco después del hundimiento del Titanic, escribió:
«Después de haberme empapado en agua salada y escabechada en medio del océano, ahora estoy “high and dry” (que significa “estar fuera del alcance de la corriente o la marea o fuera del agua”)… Me han dado flores, cartas, telegramas de gente que hasta estoy confundida. Están pidiendo al Congreso que me den una medalla… Si debo llamar a un especialista para que me examine la cabeza es por el título de Heroína del Titanic.”
Prevaleció su sentido del humor; a su abogado en Denver le telegrafió:
«Gracias por tus amables pensamientos. El agua estaba bien y la natación también. Neptuno fue excesivamente amable conmigo y ahora estoy “high and dry” (fuera del alcance de la corriente o la marea o fuera del agua)».
Superviviente del Titanic
El 29 de mayo de 1912, como presidente del Comité de Supervivientes, Margaret entregó una encantadora copa de plata al Capitán Rostron, del Carpathia. Y una medalla a cada uno de los miembros de la tripulación. Años más tarde Margaret ayudó a erigir el Titanic Memorial que está en Washington D.C. Visitó el cementerio de Halifax, Nueva Escocia, para depositar coronas de flores en las tumbas de las víctimas. Y continuó sirviendo en el Comité de Supervivientes. Estaba particularmente afectada de que, como mujer, no se le permitió testificar en las vistas del Titanic. En respuesta, escribió su propia versión del suceso, que fue publicada en los periódicos en Denver, Nueva York y París.
Margaret utilizó su nueva fama como plataforma para hablar de cuestiones que le afectaban enormemente: derechos laborales, derechos de las mujeres, educación y literatura para niños, y conservación histórica. Durante la I Guerra Mundial, trabajó con el Comité Americano para la Francia Devastada. Ayudando a reconstruir áreas devastadas tras las líneas del frente y trabajó con soldados heridos franceses y americanos (el Chateau de Blérancourt, un museo Franco-Americano a las afueras de París, tiene una placa conmemorativa que porta su nombre). En 1932 fue premiada con la Legión Francesa de Honor por su «abnegada ciudadanía». Que incluía ayuda a organizar la Alliance Français, su incansable trabajo en recaudar fondos para las víctimas y tripulación del Titanic, su trabajo con el juez Ben Lindsey del Tribunal Juvenil de Denver y sus esfuerzos de ayuda durante la I Guerra Mundial.
Los últimos años de Molly Brown
En sus últimos años, Margaret volvió a su temprana fascinación por el teatro, particularmente Sarah Bernhardt y estudió en París a la tradición de Bernhardt. Actuó ante agradecidas audiencias en París y Nueva York.
J.J. Brown murió el 5 de septiembre de 1922 en Nueva York. Margaret Tobin Brown murió de un tumor cerebral el 26 de octubre de 1932, en el Hotel Barbizon de Nueva York, donde había estado trabajando con jóvenes actrices. Después de un sencillo servicio funerario Molly fue enterrada, junto a J.J en el Cementerio Holy Rood de Long Island.
Su hija Helen Benziger (Brown de soltera) murió en Old Greenwich, Connecticut el 17 de octubre de 1993 a los 97 años.
Curiosidades sobre Molly Brown
A pesar de la leyenda, no fue rechazada por la sociedad ni por su familia. El mito de «Molly» Brown tiene poco que ver con la vida real de Margaret Tobin Brown, aunque sí habla de su alma. Margaret nunca fue conocida como «Molly»: el nombre fue una invención de Hollywood.
La historia empezó en los años 30 con la colorida pluma del reportero del Denver Post, Gene Fowler, que creó un cuento popular. Y la escritora sensacionalista Carolyn Bancroft, que escribió una versión muy ficticia para una revista romántica que se convirtió en un libreto. Esta historia se aprovechó para varias emisiones de radio durante los años 40 y fue la semilla para la obra de Broadway «La insumergible Molly Brown», que más tarde se convirtió en la película del mismo nombre protagonizada por Debbie Reynolds.
Incluso la película «Titanic» de 1997 de James Cameron tiene poco que ver con la historia auténtica de Molly Brown. Después de intentar mitigar o corregir la leyenda de «Molly», la familia Brown rechazó hablar con el público, así como con escritores, periodistas o historiadores. Sólo recientemente han aceptado cooperar con los esfuerzos de una historiadora, Kristen Iversen, y le han permitido acceder a cartas, libros de recortes, fotografías y muchos efectos personales de Margaret Tobin Brown que anteriormente no estaban disponibles. La primera biografía completa de Margaret Tobin Brown se publicó en junio de 1999.