Hoy quiero hablaros sobre una figura fascinante del Renacimiento italiano, Magdalena Strozzi. Su vida, aunque menos conocida que la de otros personajes de su época, está llena de detalles interesantes que nos transportan a un tiempo de grandes cambios culturales y artísticos. Además, su retrato más famoso guarda una sorpresa que conecta con una de las obras más emblemáticas de la historia del arte: la Mona Lisa. Y nosotras hemos querido reproducir las joyas que luce en el cuadro, os dejamos el link a ellas al final del post.
¿Quién fue Magdalena Strozzi?
Magdalena Strozzi nació en el seno de una de las familias más prominentes de Florencia. Los Strozzi eran una poderosa familia de banqueros y políticos, conocidos por su influencia y riqueza. Aunque no se conocen muchos detalles específicos sobre su infancia, sabemos que Magdalena creció rodeada de la élite cultural y social de la época, lo que sin duda moldeó su educación y perspectiva del mundo.
Matrimonio y vida personal
Magdalena Strozzi se casó con Agnolo Doni, un destacado comerciante y mecenas del arte en Florencia. Doni era conocido por su amor al arte y su colección de obras maestras, que incluía trabajos de algunos de los artistas más renombrados de su tiempo, como Miguel Ángel y Rafael. Este matrimonio no solo unió a dos familias poderosas, sino que también permitió a Magdalena vivir en el centro de un círculo cultural y artístico muy influyente.
El retrato de Magdalena Strozzi
El retrato más famoso de Magdalena Strozzi fue pintado por el renombrado artista Rafael Sanzio, uno de los grandes maestros del Renacimiento. Rafael, conocido por su habilidad para capturar la gracia y la humanidad de sus sujetos, creó un retrato de Magdalena que es tanto bello como evocador.
Este cuadro, que se encuentra hoy en La Galería de los Uffizi, en Florencia, ha generado mucho interés no solo por la belleza de su ejecución, sino también por las curiosas similitudes que guarda con la Mona Lisa de Leonardo da Vinci. Ambos retratos presentan a sus sujetos en poses similares, con un ligero giro del torso y una expresión serena. Esta similitud ha llevado a algunos expertos a especular sobre la influencia que pudo haber tenido el retrato de Magdalena en la obra más famosa de Leonardo.
La joya que luce Magdalena Strozzi
Un detalle particularmente interesante del retrato de Magdalena Strozzi es la joya que luce en su cuello. Esta joya no es solo un adorno, sino que tiene un simbolismo profundo. La joya es una esmeralda engarzada en un intrincado diseño de oro y perlas, reflejando no solo la riqueza y estatus de la familia Strozzi. Sino también las tendencias de la moda de la época. Las esmeraldas eran altamente valoradas en el Renacimiento, asociadas con la pureza, la protección y el poder.
La conexión con la Mona Lisa
Las similitudes entre el retrato de Magdalena Strozzi y la Mona Lisa van más allá de la pose. Ambos cuadros comparten un enfoque en la psicología del retratado, buscando capturar no solo la apariencia física, sino también la esencia y el carácter del sujeto. Este enfoque innovador fue una de las grandes contribuciones del Renacimiento al arte del retrato, y tanto Rafael como Leonardo fueron pioneros en esta técnica.
La gran diferencia con la obra de Da Vinci es que Magdalena aparece ataviada con sus mejores joyas. Un precioso colgante con una enorme perla irregular y tres piedras de diferentes tonalidades, cada una indicando algo muy especial. La esmeralda recuerda la castidad de Magdalena. El rubí la intensidad de su persona. El zafiro la pureza. Y la perla la fidelidad. Esta es la pieza que se clavó en mi retina y que busqué por varios talleres florentinos, hasta dar con un artesano que la realizara lo más exacta posible. Y, justamente, eso es lo que hoy os traigo hasta aquí: ese sencillo colgante que tiene tanta historia detrás y que tantas cosas nos transmite con su diseño y sus colores.
Magdalena también porta un sencillo collar, que parece de cuentas de azabache, y que nos recuerda al que luciera «La Dama del Armiño».
El trabajo quedó en poder de los descendientes de la familia Donia, hasta que en 1826 fueron comprados por el Gran Duque de Toscana, Leopoldo II de Lorena, y así llegaron a formar parte de las colecciones del Palacio Pitti.
Un legado duradero
Aunque Magdalena Strozzi no es tan conocida como algunas de sus contemporáneas. Su retrato nos ofrece una ventana invaluable a la vida y la cultura del Renacimiento. Nos recuerda la importancia de la familia, la influencia social y el poder de la imagen en una época en la que el arte y la sociedad estaban estrechamente entrelazados.
En resumen, Magdalena Strozzi fue una mujer que vivió en una época de grandes cambios y que, a través de su retrato, sigue contándonos su historia siglos después. Su vida y su imagen nos invitan a explorar más profundamente el rico tapiz del Renacimiento italiano. Así como a apreciar las complejas conexiones entre el arte, la historia y la sociedad.
Esperamos que os haya gustado la historia de Magdalena Strozzi. Os dejamos el link a nuestra web donde podéis ver nuestra reproducción del colgante y los anillos.