Si eres de las que alguna vez soñaste con lucir unos pendientes pintados por Tintoretto, las famosas joyas de Desayuno con Diamantes o la tiara de Sissi Emperatriz, este es tu espacio igual que nuestro.
Pequeño objeto decorativo de adorno, con una calidad artística y un valor muy elevado. Son piezas realizadas muy a menudo en materiales nobles como oro, plata, piedras semipreciosas, porcelana, nácar, coral, esmalte, …
Algunos de estos objetos de vitrina se fabricaban para ser lucidas y sin una finalidad práctica, y otras muchas eran objetos de uso personal que han terminado expuestos en muebles, ya sea por su valor sentimental, por su delicadeza o por su valor económico.
Suelen colocarse en vitrinas altas o en mesas vitrinas, protegidos con cristal. Las vitrinas son un tipo de muebles cerrados y acristalados, que antiguamente solían utilizar para guardar vajillas, porcelanas, o libros antiguos.
De esta forma pueden exponerse al público en museos o en domicilios particulares, y se encuentran protegidos de posibles daños por alguna mano inexperta y protegidos del polvo.
Actualmente podemos ver objetos de vitrina o bibelots en museos, salas de exposiciones y en alguna colección particular. Son frecuentes las colecciones de abanicos, cajitas o miniaturas de porcelana, objetos de plata, figuritas de oro y piedras preciosas, y un sinfín de piezas que por su delicadeza y exquisitez merecen ser lucidas bajo un cristal que las proteja.
Más conocida como Isak Dinesen, el seudónimo masculino bajo el cual publicó la mayoría de sus textos, la escritora danesa Karen Blixen (1885-1962) fue una mujer de vida fascinante y de pluma prolífera. Hemingway, que era más bien poco dado a los halagos, dijo que se hubiera sentido feliz si el Nobel de Literatura se lo hubieran dado a ella.
Karen Blixen tuvo una granja en África, al pie de las colinas de Ngong, eso como saben lo popularizó de maravilla la película de Sydney Pollack durante la década de los 80. Fracasó sentimental y personalmente en esas tierras que tanto amó y en las que cultivó café, pero su fuerte voluntad logró que se repusiera y, de vuelta a su país de origen en los difíciles años 30, comenzase a publicar con diversos seudónimos masculinos.
No eran buenos años para que las mujeres brillaran con luz propia, y de alguna manera la aristócrata lo aceptó. Afortunadamente, el tiempo pone a cada uno en su lugar, y a día de hoy es considerada una mujer de gran valía y una notable narradora.
Sus recuerdos de África son lo que mejor nos ha llegado, acaso demasiado idealizados o barnizados de excesivo romanticismo –el cine, de nuevo, se ha encargado de ello–, pero la baronesa fue además una magnífica cuentista, no sólo plasmando historias en el papel, sino que era de las que narraba a viva voz en los eventos sociales a los que acudía.
Dejaba a todos fascinados por su fragilidad física, sus turbantes y sus ojos maquillados con kohl negro, así como por las leyendas que circulaban sobre ella. Se decía que se alimentaba de ostras y de champagne, aunque ella defendía que solo tomaba aquello que le sentaba bien a su cuerpo. “Soy vieja y como lo que quiero”, sostenía.
Enferma de sífilis desde su matrimonio con el barón Bror Blixen-Finecke, no pudo tener hijos y llevó una vida en la que la imaginación y la literatura tuvieron un gran peso. Gran amante de Shakespeare, confesaba que su libro favorito eran Las mil y una noches, y como buena soñadora, mantuvo la esperanza de regresar a Nairobi, pero la Segunda Guerra Mundial truncó ese anhelo.
Quizás, la fortaleza de su espíritu radica en su escasa fortuna en el amor: su matrimonio hizo pronto aguas por las infidelidades de él y su intensa relación con el británico Denys Finch Hatton se vio truncada por la muerte de este en un accidente de aviación.
El estilo de Karen Blixen no se asemeja al de otros autores coetáneos, tal vez porque sus orígenes escandinavos fueron moldeados por las experiencias en el continente africano. El peso del pasado, tanto en su vida como en su obra, es una de las claves para entenderla.
Su interesante correspondencia, publicada en español hace unos años, contiene cartas a su fiel sirviente en Kenia; en ellas le expresaba lo mucho que lo hubiera gustado regresar a su casa para hablar con él de los viejos tiempos, esos tiempos en los que tenía una granja en la lejana Kenia.
¿Por qué decide una hija vestir el traje de novia de su madre? He estado dándole vueltas a esta pregunta recientemente y finalmente he decidido preparar varias entradas para el blog esta temporada con un tema en común: Trajes de novia antiguos, su historia, sus protagonistas y sus vidas.
Y la primera historia no podía haber sido más apasionante. Han sido varios días de investigación y muchas anécdotas curiosas. Me apasiona meterme en las costumbres, en las curiosidades y anécdotas de la vida de personas del pasado…
En este caso no fue por falta de medios económicos por lo que Mary Muhlenberg Hopkins decidió lucir el traje que 28 años atrás había llevado su madre Mary Barr Denny Muhlenberg. Mary se casaba con una de los mayores herederos de la época. Me quedó claro desde el principio que sus motivos fueron íntimos y sentimentales. Las modas ya habían cambiado bastante después de 28 años, pero Mary simplemente retocó un poco el escote para dejarlo algo más recatado que el que habría lucido su madre, y cambió un poco el diseño de las mangas, sin apenas hacer ningún cambio más en la prenda. Debían tener prácticamente la misma talla.
Mary había sido una mujer sorprendentemente bien preparada para la época, sobresaliendo entre todas las estudiantes en el prestigioso Instituto Packer, en Brooklyn, donde se matriculó en matemáticas avanzadas y astronomía, entre otras asignaturas. Estos conocimientos, y su carácter, la permitieron hacerse cargo de todos los ambiciosos proyectos que tenía su esposo entre manos al poco de enviudar.
Nuestra protagonista no sólo heredó una inmensa fortuna sino que además se convirtió en una increíble filántropa y benefactora, durante sus veinte restantes años de vida. Hospitales, instituciones médicas, orfanatos, colegios y universidades, un museo de arte, diversos organismos culturales y otras causas que beneficiaron a la humanidad, fueron sólo algunas de las obras que Mary puso en marcha con su tímida y reservada naturaleza.
Entre otros proyectos, levantó el más ambicioso y costoso realizado por una mujer en aquella época; la creación del Mariemont Village en Hamilton, Ohio. Una ciudad en toda regla, con todos los servicios y avances que os podáis imaginar. Por poner un ejemplo, los cables de teléfono y luz ya iban enterrados bajo el suelo. Todo un avance para la época.
Pero la historia de Mariemont se remonta a principios del siglo XX, cuando su esposo compró una finca cerca de Newport, Rhode Island, a la que llamó «Mariemont». En ella pasaron días inolvidables y comenzaron a soñar con lo que sería el proyecto más ambicioso de la familia.
Durante los años siguientes al fallecimiento de Thomas, Mary gastó más de 7 millones de dólares de la época para adquirir todos los terrenos alrededor de su finca. Necesitaba espacio suficiente para crear la ciudad de sus sueños: un lugar ejemplar que pudiera acoger a gente de todos los niveles económicos, comprando o alquilando viviendas unifamiliares.
Mary colocó la primera piedra de lo que sería la ciudad de Mariemont Village en Hamilton, Ohio el 23 de abril de 1923, pero murió 4 años más tarde de esta inauguración, por lo que fueron sus herederos los que pudieron disfrutar de su más grandiosa obra: una de las grandes obras urbanísticas de los Estados Unidos de principios del S.XX, que empleó a los más destacados profesionales de la época.
Estoy segura de que su madre se habría sentido muy orgullosa del papel tan importante que jugó en el desarrollo urbanístico de EEUU. Ella, una mujer con la sensibilidad de lucir el mismo vestido que llevara su madre el día de su boda, tuvo el coraje y la fortaleza de poner en marcha unos de los proyectos urbanísticos más ambiciosos de la época.
Os adjunto un mosaico con un montaje de los dos trajes. ¿Cuál os gusta más a vosotros?
Yo me quedo con el original, el arreglo de las mangas y el escote no me termina de convencer.
El nácar o madreperla forma la capa interna del caparazón de algunos moluscos.
Las conchas que proporcionan el más hermoso nácar son las haliótidas, las nautilas y las pintadinas. Poseen unos preciosos reflejos irisados que lo convierten en un material precioso para embellecer joyas, complementos y objetos de decoración muy especiales.
En joyería el nácar es un material que ya las civilizaciones más antiguas como los iberos, los visigodos, los romanos y los egipcios usaban para adornar peines, empuñadoras de espadas, botones o piezas de joyería.
En el S.XIX se popularizó su uso, y podemos encontrarlo en bolsos, polveras, cruces, marcos, gemelos o misales. El nácar es un material que se talla con mucha facilidad, lo que permite realizar con él preciosos camafeos o delicadas tallas en pendientes, cruces o botones.
A finales del S.XIX y principios del S.XX, con la revolución industrial, en Gran Bretaña se produjo un auge en la manufactura de botones de nácar. El mundo del nácar siempre ha estado muy vinculado al mundo de la moda y los complementos. Se ha utilizado para realizar hebillas, bolsos, botones o las preciosas botonaduras de caballero, tan apreciadas en esta época.
A mediados del siglo XX, con el descubrimiento de los plásticos y el agotamiento de parte de los yacimientos de madreperla, se comenzaron a sustituir los preciosos y únicos botones de nácar por imitaciones en plástico y acetatos.
Muy apreciado en cosmética, el nácar se utiliza para realizar cremas, jabones y para realizar polvos para blanquear el rostro y eliminar manchas indeseadas en la piel.
Como piezas de joyería podemos destacar, sobre todo, las cruces de nácar talladas a mano, las flores realizadas en nácar que luego se utilizaban para decorar pendientes, pulseras o gemelos y las piezas talladas en diversas formas que se utilizan para realizar broches.
Hoy os traigo una de esas exposiciones que quedan grabadas en nuestras retinas para siempre. La belleza y delicadeza de una joya histórica de Cartier, admirarla y poder casi sentirla es sin duda una de mis mayores placeres. Y si además lo incluyes como plan en un viaje a New York, ¿qué más se puede pedir?
La muestra, titulada Cartier: Marjorie Merriweather Post’s Dazzling Gems recorre las piezas de joyería más famosas de una de las principales clientes del afamado Louis-François Cartier durante la primera mitad del siglo XX: Marjorie Merriweather.
La exposición tiene lugar en un rústico y encantador entorno con un aire muy vintage, situado dentro de los jardines del museo Hillwood y recrea el tipo de arquitectura que eligió Marjorie para su retiro en las montañas de Adirondack, al norte de Nueva York.
El museo suele llevar a ese espacio las exposiciones especiales, para que el visitante pueda disfrutar de toda la experiencia inigualable que supone visitor sus salas.
Quién fue Marjorie Merriweather
Considerada todo un icono de la historia Americana, Marjorie fue la fundadora de General Foods, además de una asidua a las fiestas de la clase alta de la primera mitad del siglo XX. Cuando apenas contaba con 27 años se convirtió en la mujer más rica de los Estados Unidos después de heredar todo el imperio de su padre, una fortuna de casi 250 millones de dólares.
La colección de joyas, muebles, porcelanas, pinturas y tapices que Marjorie llegó a recopilar durante su larga vida (falleció en 1973 con 86 años) fue inconmesurable y reúne piezas de Fabergé y Cartier. Las exquisitas joyas que Marjorie encargó a este último son las que ahora se pueden disfrutar en el Museo Hillwood.
Entre las joyas expuestas destaca este broche, considerado una de las obras más exquisitas de Cartier, realizado con siete esmeraldas indias esculpidas, diminutos diamantes, platino y esmalte, diseñado en 1928 por el aclamado joyero para su principal cliente, Marjorie Merriweather Post.
También son dignos de destacar el collar que el diseñador confeccionó para ella con perlas, diamantes y platino o la aún más impresionante gargantilla de zafiros, entre otras muchas piezas dignas del más exigente de los coleccionistas de arte.
Sin duda, Marjorie tenía un gusto exquisito para la joyería y la moda en general, como muestra esta inigualable colección, que podéis visitar hasta final de 2014, en el marco de un inolvidable viaje a Washington DC.
Su nombre en castellano, tomado por afinidad fonética, dista mucho de la etimología auténtica, sin embargo, no lo hace tanto del espíritu misterioso y encantador que la ciudad de Brujas alberga en sus calles.
En flamenco, Brugge significa puentes, en plural, porque son muchos los que conforman la fisonomía de esta pequeña localidad belga situada a menos de 100 kilómetros de Bruselas.
Caminar por Brujas es como sumergirse en un cuento, un cuento medieval con sus casitas bajas de tejados a dos aguas, sus románticos rincones, sus ventanas con cortinas de encaje (artesanos de fama internacional), sus jardines plagados de flores y ese aroma especial mezcla de vainilla y chocolate que asalta al visitante a cada paso. Porque en Brujas, de cada tres establecimientos dos son chocolaterías y, en esto de hacer bombones, son unos auténticos expertos.
Hay múltiples pequeños negocios tradicionales en los que la tentación le asalta al visitante a cada paso y otros más innovadores como The Chocolate Line, una de las tres únicas bombonerías del mundo que aparece en la Guía Michelin. Hablando de esta última, para los amantes de la alta gastronomía, ésta es una de las ciudades con más estrellas per cápita del mundo, en sexto lugar tras Kyoto, San Sebastián o Bérgamo.
Considerada la ciudad medieval mejor conservada de Europa, su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000 y se organiza en torno a la Plaza Mayor o Grote Markt, donde destaca la torre Belfort con su carrillón de 47 campanas, un auténtico superviviente tras superar varios incendios y reconstrucciones, y al que se puede acceder tras subir 366 escalones. Merece la pena el esfuerzo porque las vistas son imponentes. Muy cerca está la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas. De estilo gótico, alberga la única obra de Miguel Ángel que salió de Italia en vida del artista, una maravillosa madonna (Virgen con el niño) en mármol.
Dos veces recuperada tras ser expoliada por los franceses en época de Napoleón y luego por los nazis en la II Guerra Mundial, ahora es custodiada con orgullo por los habitantes de Brujas. Pero si hay una estampa reconocible de Brujas, al igual que impronunciable, es el Rozenhoedkaai. Fue muy probablemente un embarcadero donde los comerciantes cargaban y descargaban sus mercancías y hoy es el lugar más fotografiado de la ciudad. Aquí se pueden tomar las barcas que realizan recorridos por los canales y que ofrecen una vista diferente de la ciudad pero igualmente encantadora.
Uno de los puntos estrella del recorrido es el Lago del Amor o Minnewater que guarda bajo sus aguas leyendas misteriosas como que en el fondo se encuentra la tumba de una dama que prefirió la muerte a casarse con un hombre al que no amaba, o la curiosa maldición de Maximiliano de Austria que ‘castigó’ a los habitantes de Brujas con la obligación de mantener a los cisnes que lo poblaban (y todavía campan a sus anchas) por siempre jamás.
Y cuando la noche cae en Brujas una bruma leve envuelve la ciudad y sus calles se iluminan con tenues destellos reflejados en las aguas de los canales. Y entonces, la magia se hace más real que nunca, más tangible. Piérdanse por sus calles empedradas porque, quizá, como en los cuentos, cualquier hecho maravilloso pueda suceder.
Artículo escrito por María Cereijo, periodista y escritora. Podéis seguirla en @capitulosiete o en su alterego compartido de autora juvenil @LabAmy. Ella es nuestra Vintage Blogger de Septiembre. Mil gracias por todo, María.
Parece que su nombre deriva del término «minium» (oxido de plomo de color rojo),sustancia que se utilizaba como componente en la tinta de las ilustraciones de los antiguos códices.
La historia de las miniaturas se remonta a los principios de la escritura, ya en la edad media se utilizaba este tipo de trabajo para decorar escenas de manuscritos y libros ilustrados. Es un estilo de decoración que se continuaría utilizando durante el renacimiento y el barroco. Con la llegada de la imprenta este tipo de costosas ilustraciones en miniatura pierden sentido, y es un trabajo que prácticamente se pierde.
Pero nosotros vamos a centrarnos en las miniaturas en joyería. Pequeñas pinturas normalmente realizadas sobre marfil, concha, metal o algún otro material, que solían usarse para decorar pequeñas piezas que colgaban de las pulseras, algún colgante o guardapelo. Pero también podemos encontrar este tipo de recreaciones en abanicos, medallones, relojes, cajas joyero o pendientes. Estas miniaturas podían estar realizadas con óleo sobre cobre, estaño u otro metal. Incluso se pintaba sobre marfil o con acuarelas sobre papel, pergamino o cartulinas.
Es un tipo de miniaturas que imprimen un carácter muy especial a la pieza convirtiéndola en única e irrepetible. Llevar una pulsera con una decoración sobre marfil en miniatura, un reloj de bolsillo con su esfera decorada a mano por algún maestro miniaturista, o quitarse el calor en una noche de verano con un abanico con su país decorado con una romántica escena, dan a la pieza en sí un carácter inigualable que la convierten en una verdadera pieza de colección y exposición.
No es sencillo encontrar ahora artesanos que recreen este tipo de piezas, habiéndonos costado mucho trabajo dar con alguna pieza de reproducción que mereciera la pena ser incluida en nuestra colección. Solamente hemos dado con un pequeño taller italiano que realiza algunas piezas en latón dorado, que os muestro en estas fotografías, y con un artesano valenciano que recrea escenas románticas en el país de los abanicos que fabrica.
Seguimos buscando cada día piezas con decoraciones en miniatura, joyas muy especiales que merezcan formar parte de nuestra colección de reproducciones de piezas históricas…
Volvemos de vacaciones. Y lo hacemos cargadas de nuevos proyectos y con la ilusión de que todo lo que hemos pensado para esta nueva temporada os guste, o al menos os haga desconectar de la rutina diaria durante unos momentos.
El blog estrena dos secciones, confiando en que todas ellas os gusten tanto como a nosotras.
Inauguramos sección: “Mujeres Icónicas”. Para ello vamos a contar con la colaboración de Esther Ginés, escritora y periodista. Entre las dos vamos a intentar adentrarnos en la vida y la obra de 12 grandes mujeres. Esther nos contará su historia y yo la vestiré de fiesta. Buscaré entre toda nuestra colección de joyas lo que creo la habría gustado más, y realizaré una fotografía ambientada en su vida y sus gustos. Un trabajo en equipo que me hace especial ilusión realizar.
Una vez al mes os vamos a llevar de viaje a una exposición en el extranjero. Traeremos a nuestro espacio algún gran museo del mundo, alguna exposición que no nos gustaría perdernos. Aunque lo más probable es que no podamos ir a visitarla físicamente, sí lo haremos de forma virtual compartiéndolo con todos vosotros. Para ello vamos a contar con la ayuda de Gema Molina, nuestra mano derecha en redes, periodista y comunity manager, que al vivir en las Vegas tiene todo el mercado del arte americano a su alcance.
Estás son solo algunas de las sorpresas que os esperan esta temporada en nuestro Blog.
Por supuesto seguiremos con nuestro “Vintage Dicctionary”, una de las secciones que más alegrías nos ha dado la temporada pasada y que más seguidores tiene. Nuestro “Vintage Blogger”, invitaremos cada mes a un bloguero para que nos traiga lo mejor de su blog. Y continuaremos tanto con las visitas de nuestros “Vintage Friends” como con nuestros paseos por la joyería del Renacimiento, el Barroco y la historia de los grandes maestros del S.XX.
Y ya sabéis, que si hay algún tema sobre el que os gustaría que escribiéramos no tenéis más que pedírnoslos, estaremos encantadas de oír vuestras sugerencias.
Gursky, con su mirada directa y aséptica del mundo y la sociedad actual, ha sido el protagonista de nuestra cita fotográfica de agosto con El Objetivo Mágico.
Su obra se centra en la arquitectura de grandes espacios y en el colorido, con una mirada panorámica, abstracta y algo fría de la realidad que vivimos actualmente.
Grandes superficies, oficinas, fábricas o macro espacios de trabajo donde el hombre queda en un segundo plano o es prácticamente inexistente. Un mero juguete de la sociedad.
Andreas Gursky es el fotógrafo más cotizado hoy en día a nivel mundial, y sus obras se venden por cifras que superan los 3 y 4 millones de euros. Beatriz Pina le eligió para que intentáramos emular su obra este mes, debiendo deciros que la he odiado, con cariño, a lo largo de estos últimos días. Hemos sudado a chorros todas para conseguir inspiración.
Yo me conformo con haber conocido su obra y haber visto la fotografía desde otra perspectiva totalmente distinta a la que tenía hasta este momento. Adentrarme en su manera aséptica, fría e impersonal de ver la sociedad en la que vivimos, viendo su obra como una crítica hacia lo que estamos construyendo para nuestros hijos o lo que vamos a dejarles en herencia, ha sido lo que me ha compensado las horas de trabajo invertidas en intentar emular su trabajo.
Las imágenes de Gursky no son un mero disparo con una cámara de muchos miles de euros. Sus métodos digitales y su manera de trabajar convierten sus imágenes en verdaderas obras de arte, de una perfección técnica y compositiva inigualables.
Os dejo el resulta de mi trabajo con la única imagen que he conseguido realizar este mes, con su foto de inspiración.
Quiero, desde aquí, dar las gracias a Beatriz Pina por abrir mis ojos a otra manera de fotografiar, y a mis compañeras de El Objetivo Mágico por la paciencia y dedicación de este mes para sacar esta foto adelante.
Y por supuesto no puedo dejar de agradecer a Optica Toscana de la C/ Ayala, 34 en Madrid su amabilidad al dejarme fotografiar su impresionante expositor de gafas. Esta óptica que se encuentra a escasos metros de nuestro espacio en el Barrio de Salamanca es uno de esos lugares que los amantes de las gafas de diseño no podemos dejar de visitar. Yo me quedo pegada a su escaparate cada día que paso.
Nos estamos preparamos para las vacaciones con la intención de desconectar unos días. Aunque todos nuestro perfiles permanecerán activos será con un poquito más de tranquilidad.
Pero volvemos pronto. Eso sí, cargadas de nuevas propuestas, grandísimas novedades y, sobre todo,… muchísima ilusión.
Oscar a la mejor película, mejor director, mejor actor, mejor fotografía en color, mejor dirección artística, mejor vestuario, mejor sonido y mejor banda sonora.
Nominada al Oscar a mejor actor y actriz secundarios, mejor montaje y mejor guion adaptado.
La película recibió innumerables premios que podéis conocer aquí: Filmaffinity
Curiosidades:
A pesar de la preparación exhaustiva de Audrey Hepburn ensayando las canciones para que salieran perfectas, la mayoría están dobladas por la cantante Marni Nixon. Excepto algunas frases en el inicio de algunas canciones («The rain in Spain» y «Just you wait, Henry Higgins»). Más tarde admitió que si hubiera sabido que le iban a doblar la voz, no habría aceptado el papel. Decidió no volver a aparecer en un musical si no se le garantizaba que cantaría ella.
Debido a la forma de cantar de Rex Harrison, no fue posible hacer una pre-grabación y posterior doblaje de su voz. En este caso, Harrison llevaba uno de los primeros micrófonos sin hilos bajo la corbata.
Según cuentan algunos biógrafos, Rex Harrison cantó con especial sentimiento la canción «I´ve grown accustomed to her face» («He crecido acostumbrado a su rostro»), porque estaba pensando en su ex-mujer Kay Kendall que había fallecido pocos años antes de leucemia.
Ya con 35 años, Audrey Hepburn hacía el papel de una joven de 19.
Jack Warner no quería a Harrison en el papel del profesor Higgins, argumentando que era demasiado mayor. Quería que fuera Peter O´Toole, pero éste exigía un sueldo excesivamente alto. También se lo ofrecieron a Cary Grant, Rock Hudson, Noel Coward, Michale Redgrave y George Sanders.
Rex Harrison dedicó el Oscar a sus «twofair ladies», Audrey Hepburn y Julie Andrews, que habían trabajado con él (con Audrey en la película y con Julie en Broadway).
Audrey Hepburn siempre pensó que debía ser Julie Andrews la que hiciera el papel de Eliza, pero la única razón de que fuera aquélla fue porque Jack Warner se negó en redondo a que ésta lo hiciera: «No le daría el papel a Julie aunque Audrey lo rechazara». Las auténticas razones por las que Andrews no hizo el papel de Eliza aún no están claras. Walt Disney, incluso, se ofreció a retrasar el rodaje de «Mary Poppins» si Andrews era aceptada.
Parece ser que si Audrey hubiera rechazado el papel de Eliza, éste habría sido para Elizabeth Taylor que lo quería desesperadamente.
En 1994, la película fue completamente restaurada con un coste de 600.000 dólares.
Es una de las cuatro producciones que han ganado tanto un Tony (premios de teatro) en 1957 y un Oscar. Las otras tres son «Sonrisas y lágrimas», «Un hombre para la eternidad» y «Amadeus».
La película costó 17 millones de dólares, que supuso un récord hasta la fecha.
Está rodada íntegramente en estudio, sin exteriores.
Lo primero que uno debe hacer para ver esta película es perder el miedo al inglés y verla en versión original. Los acentos de los protagonistas, la evolución en el habla de Eliza Doolittle y la belleza de la mayoría de las canciones, por no decir todas, la convierten en una obra maestra.
Poned los subtítulos, subid el volumen y, si es posible, conectadla a un buen equipo de música. Es una delicia para los oídos. Personalmente creo que Audrey Hepburn, aunque no recibió grandes premios por esta película, hace uno de los mejores papeles de su vida. Lamentablemente la Academia no le perdonó que su voz estuviera doblada (hay grabaciones originales de su voz) y no le premió como se merece. Pero indudablemente la película es una de las grandes obras maestras del cine musical.
Un musical con una puesta en escena y un vestuario para no perderse detalle.
Con esta icónica e inolvidable película cerramos nuestro año de “Miércoles de Película”, han sido 52 semanas disfrutando del buen cine primero en blanco y negro y luego en las últimas semanas en color.
No descarto recuperar esta sección más adelante, ya que ha tenido muchísimo éxito.
Pero ya tenemos otras ideas preparadas para la nueva temporada que os iremos descubriendo más adelante.
Un mes más en mi proyecto con El Objetivo Mágico. Parece mentira como pasan los meses…
La protagonista este mes ha sido Araceli Calabuig, ella eligió a Richard Averdon como nuestro maestro a replicar este mes de julio. Y yo he vuelto a contar con la inestimable ayuda de Mónica Giannini como modelo. La verdad es que si no hubiera sido por ella este reto no habría sido igual.
Averdon, el fotógrafo que nos legó el rostro de setenta años de historia. Revolucionario fotógrafo de moda que elevo a las modelos que posaron para su cámara a la categoría de mitos. La fotografía de moda no volvió a ser la misma después de su trabajo, aun hoy seguimos viendo cómo las mejores revistas de moda de la actualidad se inspiran en su trabajo.
De toda su obra me quedo con la elegancia de sus retratos de moda y la esencia de sus retratos posados. Algo tan aparentemente sencillo como colocar un fondo blanco y hacer posar a alguien, en sus manos se convierte en una increíble sorpresa. Humphrey Bogart, Marlon Brando o Marilyn Monroe,han sido solo algunos de los más famosos rostros que han posado para él.
He leído que su método para lograr la esencia de sus personajes era sencillo pero muy efectivo: agotarles; no solo psicológicamente, en algunos casos más de 4 horas frente a su cámara conseguían por fin desnudar al personaje y mostrar su verdadera personalidad.
Richard Avedon fue un gran artista capaz de sorprender no solamente a la hora de capturar el lujo y el glamur. Sus trabajos sobre injusticias sociales han ilustrado la mayoría de las grandes portadas de prensa mundial, y han dado para realizar una innumerable cantidad de libros y exposiciones.
Richard Avedon murió en octubre de 2004 como consecuencia de un derrame cerebral que sufrió mientras se encontraba trabajando. Desde entonces sigue batiendo récords. Una de sus fotografías más emblemáticas se remató por un importe de 841.000 euros hace pocos años.
Os dejo con las imágenes que seleccionamos y realizamos, una calurosa tarde de verano, entre Monica y yo. Un fondo blanco, un foco de luz continua y muchas ganas de aprender… Espero que os gusten.
Nominada al Globo de Oro al mejor actor (Tony Randall).
Laurel de Oro a la mejor comedia y a la mejor actriz de comedia (Doris Day).
Curiosidades:
El final original tenía a la pareja protagonista emborrachándose y entrando en un hotel. Doris Day insistió en que se cambiara, casándose borrachos antes de irse a la cama.
Doris Day explicaba así la elegancia de las comedias que protagonizó con Rock Hudson: “Me he convertido en una nueva clase de ‘sex symbol‘, la mujer con la que los hombres querrían acostarse, pero no antes de casarse con ella. Sexy, pero pura. Algo que cuidé en estas películas fue evitar la vulgaridad, que me repugna de verdad. Me gustaban estos guiones sobre el juego hombre-mujer mientras se hacían con estilo, ingenio e imaginación. En mi vocabulario, la vulgaridad empieza cuando la imaginación sucumbe a lo explícito.”
El título en español responde al nombre de un postre de moda en aquellos momentos, el pijama, cuyos ingredientes eran melocotón en almíbar, rodajas de piña en conserva, nata, flan, helado de vainilla y guindas. Se decía que su ingestión provocaba sueño, por lo que era aconsejable ponerse el pijama para dormir la siesta.
La película pretende ser una sátira sobre el negocio de la publicidad en Madison Avenue, que era donde estaban las principales agencias de Nueva York.
Según el director: «A veces teníamos que hacer 10 o 12 tomas, porque Rock y Doris rompían a carcajadas».
Para muchos esta es, la mejor de las tres comedias románticas que protagonizaron Doris Day y Rock Hudson, y que refleja de forma inequívoca la realidad de la clase media americana de finales de los 50.
Sin duda una pareja que consigue, por méritos propios, entrar en el Libro de Oro de las mejores parejas de la historia del cine. Grandes amigos en la vida real, Rock Hudson y Doris Day se convirtieron en la pareja más divertida del momento.
Enamoraron al público tanto masculino como femenino, sin olvidar la ayuda del inolvidable Tony Randall, que fue el tercer integrante de un trío que enganchó con enorme éxito al público mundial.
Yo he disfrutado rememorando algunas de sus escenas más divertidas.
Oscar al mejor diseño de vestuario en blanco y negro. La película recibió innumerables premios que podéis ver aquí:
Curiosidades:
Cuando el diseñador de vestuario estaba tomando medidas a los tres protagonistas principales le dijo a Marilyn: «Tony Curtis tiene mejor culo», a lo que la actriz, desabrochándose la blusa contestó: «Sí, pero no tiene unas tetas como estas».
Marilyn tenía serias dificultades para memorizar las frases. Es famosa la escena en la que tenía que abrir un cajón y decir: «¿Dónde está el bourbon?». Después de equivocarse unas 40 veces diciendo: «¿Dónde está el whisky?», «¿Dónde está la botella?» o «¿Dónde está el bombón?», Billy Wilder optó por escribir la frase dentro del cajón que tenía que abrir. Marilyn entonces se equivocaba de cajón, lo que le obligó a escribir la frase en todos los cajones. Hicieron falta cincuenta y cinco tomas para rodar esta escena.
En la escena en la que se despide de Tony Curtis por teléfono, se la ve moviendo los ojos de lado a lado, revelando de este modo lo que ocurría: estaba leyendo las frases en una pizarra. Solía llegar tarde de 2 a 3 horas por costumbre y a veces no salía de su camerino.
En una pre-audición de la escena en la que Jack Lemmon anuncia su boda, la gente se reía de tal manera, que se perdió gran parte del diálogo. Hubo que volver a filmarla.
Tony Curtis le pidió a Billy Wilder imitar a Cary Grant para hacer de millonario. Al director le gustó la idea y así se hizo. Parece que cuando Grant lo vio le gustó mucho, aunque dijo: «Yo no hablo así».
La primera vez que Jack Lemmon y Tony Curtis se vistieron de mujeres, estuvieron paseando por los estudios para ver si alguien notaba el cambio. Nadie se dio cuenta. Entonces se atrevieron a meterse en los servicios femeninos, causando el mismo efecto. Una escena en el tren recrea este momento.
Es una de las pocas películas calificadas con «Malditas» por la Legión Americana Católico Romana de la Decencia. En el estado de Kansas estuvo prohibida.
Marylin quería que la película se filmara en color, pero Wilder la convenció de lo contrario, argumentando que el maquillaje de Lemmon y Curtis quedaría en un tono demasiado verdoso.
Un bailarín de cabaret fue contratado para enseñar a los dos protagonistas a caminar con tacones. Al cabo de una semana, Jack Lemmon declinó la ayuda, diciendo que no quería caminar como una mujer, sino como un hombre que se quiere hacer pasar por mujer.
Según Jack Lemmon, George Raft pasó horas intentando enseñarle a él y a Joe E. Brown a bailar tango.
Le ofrecieron el papel de Jerry a Jerry Lewis, pero lo rechazó. Más tarde se arrepentiría de haberlo hecho.
La voz de Tony Curtis como mujer está doblada.
Para hacer el papel de Josephine, Tony Curtis se basó en su madre, en Grace Kelly y en Eve Arden.
Si alguna película merece entrar en la historia del cine como «LA COMEDIA», con mayúsculas, es sin duda ésta.
Billy Wilder, el dios del cine, hace de nuevo una obra maestra en la que no hay concesiones al drama. Es una película pensada única y exclusivamente para soltar una carcajada tras otra. Marilyn, que ya empezaba a acusar los palos que le estaba dando la vida y su inestabilidad emocional, está sensacional; sexy, picara y un tanto inocente cómo solo ella sabía estar. Se convierte en la «diosa» de todas las escenas en las que aparece.
La escena de su aparición en la estación de tren, y ese oportuno escape de vapor -que muchos dicen que no estaba preparado-, con Jerry y Joe -en ese momento ya siendo Daphne y Josephine-, es magistral, sencillamente magistral.
La escena en la que Jerry le dice a Joe que se va a casar: «¡Enhorabuena!, ¿quién es la afortunada?»- le dice Joe-. «¡Soy yo!», le contesta Jerry.
Sin olvidar la histórica escena final en la que Jerry le confiesa a Osgood que es un hombre, dando fin a la película con una de las frases más famosas de la historia del cine: «Bueno, ¡nadie es perfecto!».
Posiblemente, sea la mejor comedia de todos los tiempos. Una película que no ha perdido chispa con el paso de los años y que consigue hacerte pasar un magnifico rato.
Hoy me encantaría recomendaros uno de esos planes que a todos los vintage lovers nos chiflan: Visitar una exposición que alberga el Victorian and Albert Museum de Londres desde el pasado mes de marzo. Si estáis planificando un viaje a tierras británicas durante los próximos meses tendréis la increíble oportunidad de disfrutar de la historia del vestido de novia clásico, desde que se hiciera popular entre las novias a finales del siglo XVIII, hasta nuestros días. Desafortunadamente es poco probable que yo misma pueda asistir, pero espero ser testigo a través de vuestros ojos.
Los mejores diseñadores de trajes de novia de los últimos dos siglos y medio os guiarán con los más de 70 diseños a través de la evoluciónde este atuendo que jamás pasará de moda: Desde los vestidos en el más blanco puro hasta el más sensual marfil. Entre los diseñadores de cuyos trabajos podrás disfrutar destacan Charles Frederick Worth, Norman Hartnell, Charles James, John Galiano, Christian Lacroix, Vivienne Westwood y Vera Wang.
La exposición cuenta la fascinante historia de cada uno de estos 70 diseños, empezando en el año 1775 y acabando en la actualidad, e incluye nuevas adquisiciones respecto a las ediciones previas, como el diseño en violeta que vistió Dita Von Teese en su enlace con Marilyn Manson, o el que en su día lucieran Gwen Stefani y Gavin Rossdale en sus respectivas nupcias.
Pero además de tener la oportunidad de disfrutar de estas piezas de auténtico arte, el Museo V&A ha planificado un completo horario de eventos y actuaciones con la colección histórica como telón de fondo. Charlas nocturnas, talleres o conciertos románticos otorgarán aún más espectacularidad a la muestra. Si estás pensando en asistir a uno de estos eventos, infórmate de las fechas y horarios en Wedding Dresses 1775-2014: Events (simplemente haz click sobre el enlace para accede a al página)
De un rápido vistazo he destacado algunos a los que me encantaría poder asistir, como el taller con la escritora Julie Cohen como ponente, quien realizará una introducción a los elementos básicos de la narrativa romántica, o… ¿por qué no? escuchar al diseñador de moda más aclamado en Inglaterra, Bruce Oldfield. Aunque sin duda, mi taller favorite sería “Aprender a usar la tiara Victoriana”, como lo hubiera hecho cualquier dama de alto standing de la época.
La muestra permanecerá abierta hasta el 15 de marzo de 2015, lo que significa que tenéis mucho tiempo por delante para planificar ese viaje de ensueño a Londres, y de paso, disfrutar de cada una de estas bellezas. Y, por supuesto, ¡estaré deseando conocer vuestra experiencia con todo detalle! Vosotros seréis mis ojos…
Os dejo aquí el enlace a la website con más información sobre horarios y disponibilidad de entradas. ¡Disfrutad la visita!