Grabado de “Journal des dames et des Models” de 1826
El grabado nos muestra una idea para colocarnos una mantilla corta en un elaborado peinado de principios del S.XIX
Grabado de “Journal des dames et des Models” de 1826
El grabado nos muestra una idea para colocarnos una mantilla corta en un elaborado peinado de principios del S.XIX
El siglo XIX supuso una nueva etapa en el vestido de novia, sobre todo a raíz de la boda de la Reina de Inglaterra, que decidió acudir al altar en un precioso vestido blanco, algo que no había sido costumbre en la realeza hasta la fecha.
Este mes estrenamos sección y no podiamos haber elegido mejor época para comenzar, vamos a darnos juntos un paseo por lo mejor de la moda nupcial de finales del S.XIX.
¿Te vienes conmigo?
Abalorio, del árabe Al-ballurí, que significa “de vidrio”. La Real Academia española de la Lengua lo define como: conjunto de cuentas agujereadas, con las cuales ensartándolas, se hacen adornos y labores.
Historia del Abalorio
Los abalorios han sido usados por el hombre desde las primeras civilizaciones tanto para adorno personal como para protección de los espíritus malignos o como amuletos de prosperidad e incluso también se usaron como moneda de cambio.
Los primeros abalorios aparecen en el año 100.000 a. C. En la época prehistórica se encuentran guijarros con una perforación que está hecha expresamente para pasar por ellas un cordón.
Conforme avanza la historia, el uso de los abalorios se extiende por todo el mundo a la vez que se refina tanto el proceso y técnica de elaboración, como la materia prima con la que se elaboran.
Desde los primeros abalorios encontrados en la época prehistórica hasta el final del imperio romano, la técnica de elaboración fue casi la misma; y desde la época romana hasta el siglo XX, en realidad hay pocas las innovaciones en las técnicas empleadas; es en el uso de los distintos materiales donde se aprecia el cambio de una época a otra. Pero a partir del siglo XX, los avances técnicos y científicos introducen importantes innovaciones tanto en los materiales empleados como en los modos y técnicas de elaboración.
Las principales técnicas empleadas en la artesanía del Abalorio
Técnica de la filigrana
Es una técnica empleada en orfebrería que consiste en decorar con hilos de metal (oro o plata) Incrustados, superpuestos, o individuales creando formas y figuras. Es una técnica muy antigua que ya se empleaba en el antiguo Egipto, Mesopotamia, Bizancio , Grecia..etc.
Técnica del Cloisonné
Consiste en contornear el dibujo con metal. En la antigüedad se usaban incrustaciones con piedras preciosas, vidrio y otros metales. Actualmente se usa esmalte vidriado. Esta técnica se uso mucho en el imperio Bizantino y en China.
Técnica de granulación
Consiste en decorar con la unión de pequeños granitos de metal sobre otra superficie de metal siguiendo un diseño determinado.. Es una de las más antiguas tecnicas empleadas en el abalorio. Ya en el año 2.500 a.C encontramos objetos elaborados con esta con esta técnica
Clases de materiales en el Abalorio
Actualmente se emplea toda clase de materiales: madera, plastico, piedra, materiales naturales de origen animal como el hueso, el coral, marfil , conchas, ambar…. o vegetal como semillas . Actualmente los abalorios de cristal son los que más se imponen, destacando entre los cristales : el cristal de Bohemia ,el de Murano y el austriaco ( cristal de swarosky) que por su calidad, su brillo y colores variados es muy apreciado en joyeria .26
Una curiosa costumbre entre la clase acomodada americana de finales del S.XIX era que al alcanzar la mayoría de edad solían realizar un viaje por Europa, una aventura que era conocida como “El Gran Tour”. Un apasionante viaje en el que los jóvenes aprovechaban no solo para visitar la Roma clásica, sino también para perderse por los lugares de moda de la capital francesa, o para estudiar de cerca la pintura renacentista de los mejores museos italianos. Este “Tour” era una ocasión perfecta para ser presentados en Londres ante la Reina de Inglaterra y, de este modo, entrar a formar parte de lo que ellos llamaban la “buena sociedad”. Ser presentado en la Corte se había convertido en un pasaporte para la formar parte de un restringido circulo y así asegurarse la aprobación en la alta sociedad americana.
Parece que nuestra protagonista de esta semana se encontraba en el censo londinense en el año 1871, domiciliada en el Hotel St. James en Jermyn Street, viajando junto a su madre y su hermano con un grupo de cuarenta americanos
Florence Carlisle, para ser presentada ante la reina tenía que cumplir con unas estrictas normas de vestimenta. Las señoras debían llevar un vestido de noche con escote bajo y manga no muy corta. Se requería el uso de un tocado de tres plumas de avestruz con un pequeño velo.
El vestido que os traigo hoy, y que se encuentra actualmente en Museo de Arte de Cincinnati, lleva el sello de una modista de Londres, la Sra. James, una de muchas en el West End que se especializó en el traje de corte. Está claro, por las fotografías originales tomadas en Londres, que la señora James realizó para Carlisle un vestido que seguía las más estrictas reglas de protocolo.
Como el vestido de una novia, este tipo de trajes de corte estaba hecho especialmente para la ocasión. No es de extrañar que las damas vistieran sus trajes de novia el día que eran presentadas en la corte o que por el contrario usaran los trajes con los que se las presentaban en sociedad para contraer matrimonio. El vestido fue donado al museo como vestido de corte y de novia. Sin embargo, Carlisle no se casó hasta junio de 1884, por lo que parece poco probable que fuera usado para dos fechas tan separadas. El vestido es una joya en su diseño y ejecutado en un tono dorado y cargado de detalles románticos. Con una preciosa falda llena de pequeños volantitos plisados y una preciosa cola de seda natural. Un diseño que bien podría lucir cualquier novia de este S.XXI.
¿No os parece que los trajes de novia clásicos nunca pasan de moda?
Bibliografía:
Wedded Perfection Two centuries of wedding gowns- Cynthia Amnéus.
En el retrato que os dejo podemos ver a una joven y lozana María pintada por el afamado artista de la época Sir Thomas Lawrence, que llegó a presidir la Royal Academy de Londres. La baronesa aparece ataviada con un vistoso vestido de seda amarilla, llevando en su brazo izquierdo dos sencillas pulseras, seguramente de oro.
Una gran dama de la sociedad británica que hoy os dejo en mi Vintage Blog.
María Palmer, segunda esposa de Murrough O’Brien 10º barón de Inchiquin, 5º conde de Inchiquin y 1er. marqués de Thomond, soldado y político irlandés.
La pareja contraería matrimonio el 25 de julio de 1792. María era la hija mayor de John Palmer, de Palmer House, y de Mary Reynolds una hermana del famoso pintor inglés 19
Por tanto María era sobrina carnal del afamado pintor y principal heredera de su tío. Ella fue una mujer con un gran capital para la época, lo que le permitió de pagar en más de una ocasión las deudas de su marido.
Murrough tenía fama de jugador y bebedor, pero también se uniría a la Guardia de Granaderos y sería oficial en Alemania, donde ganó grandes honores en la batalla de Lauffeld en 1747. Se retiró en 1756 y entró en la Cámara de los Comunes irlandesa. Ocupó un puesto en el parlamento para Harristown hasta 1768.
A causa de su apoyo a la Ley de Unión de Gran Bretaña e Irlanda, el 29 de diciembre 1800 fue nombrado marqués de Thomond en Irlanda y barón Thomond de Taplow en el Reino Unido el 2 de octubre 1801, Este último título le permitió sentarse en la Cámara de los Lores del Reino Unido. Tuvo una estrecha relación con el rey Jorge III.
Parece que, como era costumbre en la época, tuvo un hijo ilegítimo, Thomas Carter. Fue compositor en Londres durante la década de 1790 y vivió con su padre en Taplow Court durante una temporada, prestándole dinero, igual que haría su esposa, para pagar sus múltiples deudas.
Espero que os guste.
En plena adolescencia asistió a la coronación de sus padres, siendo esta la primera vez que se le requirió llevar ropas de Estado. Ese día, sobre un vestido blanco, llevaba terciopelo púrpura ribeteado con armiño con una larga cola, y alrededor de su cuello llevaba tres hileras de magníficas perlas. Su corona descansaba sobre sus abundantes rizos dorados, hecho por lo que su familia le apodó «Goldilocks» (Rubiales).
La princesa Maria de York, condesa de Harewood, contraería matrimonio en 1922 con lord Henry Charles George Lascelles, vizconde Lascelles, recibiendo ese día, entre otros muchos regalos, los diamantes Clanricarde que llevaban guardados en la cámara acorazada de un banco cerca de un siglo.
Los regalos de boda incluyeron muchas joyas, no en vano era hermana e hija de reyes.
Entre las piezas más curiosas y valiosas que recibiría durante esos días destacan:
Estos fueron solamente algunas de las piezas que recibiría a lo largo de su vida. La princesa, que fallecería en el año 1965, ya había realizado una subasta bastante importante de parte de sus joyas cinco años antes de su muerte. Pero en total serían tres subastas y 174 lotes el total de piezas que saldrían a la venta.
En la primera subasta se vendieron dos lotes en su nombre. Un lote con un maravilloso par de broches de diamantes en forma de pluma, de finales del siglo XVIII, y otro con un reloj-colgante de diamantes. Sin embargo, en la misma venta, en nombre de su hijo el conde de Harewood, se incluían algunas de las piezas más importantes.
Probablemente la pieza más interesante e históricamente importante de esta subasta sería el magnífico «devant de corsage» de diamantes, con un diseño en forma de lazos y volutas que se podían desmontar y usarse como broches independientes. Esta pieza fue prestada por la Princesa Real para una exhibición de arte ruso, que tuvo lugar en Londres en 1935, siendo catalogada como anterior propiedad del gran duque Mikhail Mikhailovich (1861-1929). Durante los inicios del siglo XX, muchos emigrantes rusos dispersaron sus colecciones de joyas, y la reina Mary fue gran compradora de algunas de ellas. Es probable que comprara este «devant de coursage» y se lo diera a su hija.
En la misma venta había una importante rivière de diamantes y un magnífico collar de esmeraldas y diamantes, con el frontal con cinco racimos de diamantes y esmeraldas conectados mediante una hilera doble de diamantes. Los racimos de este collar fueron originalmente parte de un colgante.
En la segunda subasta que se realizaría un año después de su muerte había otra parte importante de su colección. La mayoría de estas joyas eran pequeñas joyas de carácter sentimental, que reflejaban su amor por el campo y la caza. Broches y pasadores de flores, mariquitas o golondrinas, ardillas, búhos y zorros formaban parte en su curiosa colección de animales.
Hacia el final de la venta llegaron las joyas más importantes. Un broche de zafiros y diamantes de principios del siglo XX, con el centro triangular con un gran diamante ovalado dentro de una hilera de diamantes. Un precioso broche/colgante de esmeraldas montados con brillantes, con una gran esmeralda en forma de pera y una gota de diamante. Esta pieza era de hecho la pieza central de la tiara que había recibido como regalo de boda. Una importante rivière de 38 diamantes, una bonita tiara de diamantes, muy similar a la tiara del rey Jorge III, de la Colección Real.
La tercera gran venta fue en octubre de 1970, en ella se pudieron ver joyas muy personales. Una bonita estrella de diamantes de dama de la Gran Cruz del Imperio Británico y dos broches de regimientos, uno de los Royal Scots y el otro del Royal Corps of Signals.
Del período art decó, y también del período de su matrimonio, había varios broches de diamantes, uno de Cartier, así como pulseras de rubíes, zafiros y diamantes.
Había también magníficas joyas antiguas, en especial un collar de diamantes compuesto por cinco racimos de diamantes y estrellas de diamantes rosas, alternándose con motivos de rombos y medias lunas. Este fue el mismo collar que su madre la reina Mary llevó a su baile de puesta de largo, junto con las obligatorias Plumas del Príncipe de Gales, una joya de un gran valor sentimental tanto para su madre la reina como para ella.
También había un maravilloso broche de diamantes y perlas que llevó en su boda, y la atractiva borla de diamantes y perlas que probablemente recibió como regalo de su tía, la princesa Victoria. Uno de sus regalos de boda, el colgante y collar de diamantes que recibió de la ciudad de Londres, también estaba en la venta.
Una de las joyas más bonitas que se ofertaron había pertenecido a la reina Victoria. Estaba diseñada como una hilera escalonada de diamantes y zafiros, y originalmente sujetaba un colgante de zafiro. La princesa real había prestado esta joya para una exposición de joyería antigua y contemporánea acaecida en Londres en 1953.
También se subastaron diversas tiaras, algunas datadas en los años 20, con diseños muy atrevidos e innovadores para la época. La más importante probablemente fue una diadema con un suntuoso diseño de motivos en volutas, palmetas y racimos creada a finales del siglo XIX. Los tres racimos más grandes se podían quitar, y ella a veces sustituía el racimo central por el gran broche de zafiros y diamantes.
Las joyas que se vendieron de la colección de la princesa real son históricamente importantes por derecho propio y se ajustan a su estatus real: varias de las joyas han sido llevadas por al menos dos reinas de Inglaterra. Sin embargo, algunas de las joyas menos importantes ofrecen un maravilloso conocimiento de la vida y amores de una muy secreta, pero muy admirada princesa.
Biografía:
“Hollywood Jewels” by Penny Proddow, Debra Healy and Marion Fasel
Imágenes:
Pinterest-Wikipedia
¿Nos acompañáis hoy a adentrarnos en la lejana India y la magia de su joyería? El 7 vuelve a sorprendernos con una colección temporal difícil de superar, que revive la enigmática fuerza de los sultanes indios, con especial hincapié en principios del siglo XX, cuando se produjo un dramático cambio en su tradicional joyería, como veremos a lo largo de este artículo.
A través de espectaculares objetos, la muestra, que abrió sus puertas el pasado 21 de noviembre y permanecerá abierta hasta Marzo de 2016, recorre desde la más tradicional de las joyas ornamentales de la cultura india hasta las más actuales, pasando por un momento que resultó crucial en la joyería india: el cambio total del diseño de las piezas, que supusieron una gran influencia para la Europa de principios de siglo, con especial mención al Art Decó desarrollado por Cartier y otros maestros joyeros.
Las piezas con más magia de la colección
Entre las joyas expuestas destaca, por ejemplo, esta cuenta de esmeralda esculpida, del siglo XVIII, perteneciente al Imperio Mogol de la India (siglos XVI a XIX), un poderoso estado turco islámico que llegó a abarcar lo que hoy forman India, Pakistán y Bangladesh.
O este collar de la misma época, de spinels (imitación de gemas en tonos rojizos) y perlas.
Avanzando un poco en la historia y situándonos a finales del siglo XVIII podremos admirar piezas como este pináculo de oro perteneciente al trono del sultán Tipu, gobernador de la región de Mysore entre 1790 y 1800.
Al estilo Art Decó indio pertenecen este majestuoso ornamento para turbantes, que influyó parte de la vestimenta tradicional de los Años 20 o este broche engarzado con diamantes, zafiros y esmeraldas, creado por Cartier en 1922.
Esta exposición se enmarca dentro de una serie de exposiciones en torno a la rica y variada cultura del sur de Asia, expuestas en el Victorian & Albert Museum. Este Festival Indio conmemora el 25 aniversario de la inauguración del Museum’s Nehru Gallery en Londres, que muestra las piezas más importantes de esta cultura entre los siglos XVI y XIX.
Imágenes e información sobre la exposición en este enlace: The Al Thani Collection.
Un botón es un elemento pequeño generalmente redondo que se utiliza para abrochar o ajustar prendas de vestir. Especialmente camisas, chaquetas y americanas.
Los botones suelen ser redondos y planos, aunque los hay de diversas formas y tamaños. Tantas como la imaginación del diseñador que los realiza.
Antiguamente estaban realizados en materiales de gran calidad como nácar, marfil, hueso, madera, ébano o incluso de oro y plata, pero en la actualidad lo normal es que se realicen con plástico. También es frecuente encontrarlos forrados de tela.
Hay botones de dos o cuatro agujeros, pero también existen sin agujeros que llevan una pequeña presilla o gancho en la parte no visible, que es la que se cose en la prenda.
Una curiosidad que aún perdura es la disposición de los botones en las prendas masculinas y femeninas. La ropa de hombre tiene los botones a la derecha y la de mujer a la izquierda. Pero no he logrado averiguar el porqué de esta diferencia.
Los más lujosos solían ser lo que llevaban los caballeros en ocasiones muy especiales, llamados “botonaduras”, estás eran de oro o plata y solían llevar alguna piedra preciosa o semipreciosa, su uso se ha perdido casi por completo.
El botón se ha utilizado desde la prehistoria hasta nuestros días, por lo que es un elemento muy curioso para estudiar la historia de la moda, siendo también piezas muy interesantes para realizar una colección.
Hoy se subasta subastaba en la casa Sotheby´s de Nueva York una de las joyas más espectaculares de la antigua monarquía egipcia. La joya sale a subasta con un precio estimado de venta de 4,6 millones de dólares, y yo estoy expectante por saber el precio del remate final.
La espectacular pieza, junto con una igualmente exquisita tiara, fue hecha a mano en 1939 por Van Cleef & Arpels para la Reina Nazli de Egipto, con ocasión de la boda de su hija la Princesa Fawzia con el futuro Shah de Irán Mohammad Reza Pahlevi.
La novia también llevaba un collar realizado por la casa Van Cleef & Arpels para la ocasión. Sólo la tiara estaba adornada con 54 diamantes en forma de pera que pesaban 92 quilates y 520 diamantes en corte baguette que pesaban 72 quilates.
Siguiendo una tradicional costumbre musulmana, la novia no estaba presente en el momento de la ceremonia. Simplemente se producía la firma del contrato matrimonial en el que estaban presentes el novio, el príncipe heredero de 19 años Reza Pahlevi de Irán, y el hermano de la novia, el Rey Farouk.
La novia esperaba en una habitación contigua, y al finalizar el acto descendía las escaleras de palacio flanqueada por su hermano y su ya marido. La princesa Fawzia elegiría para la ceremonia un precioso vestido de satén adquirido en París. Les siguió una suntuosa cena real seguida por una espléndida recepción, donde la corte real egipcia resplandecía en joyas.
La Reina Nazli poseía una de las colecciones de joyas más magníficas y numerosas del mundo, de la que ya estoy preparando un completo artículo.
La colección terminaría repartida por el mundo para mantener el elevado tren de vida que la Reina llevaría junto a su hija en su exilio americano. Una parte se vendería el año 1975 en Sotheby Parke Bernet, pero no sería suficiente, y en septiembre de 1976 las dos tendrían que comparecer ante el tribunal de cuentas de Los Angeles por una deuda de otros 500.000 dólares.
Su vida al final fue un auténtico drama. Tuvo que enterrar a su hija que fue asesinada a tiros por su ex marido, y fallecería apenas un año después en la miseria más absoluta.
Imágenes y Bibliografía:
Wikipedia
Pendientes de oro muy pequeñitos, en forma de aretes, que se ponían a las niñas como primera joya al perforarle las orejas. Los agujeros se hacían con una aguja y posteriormente se colocaba este arete de oro.
Era muy frecuente que estos abridores se heredaran de madres a hijas, y su uso estaba muy extendido ya que simplemente con girar el arito sobre el agujero facilitaba que este no se cerrara.
Luego, cuando el agujero ya estaba bien cicatrizado, solían cambiarse por otros también de oro, con cierre de palito y una pequeñísima bolita de oro o perla.
Este tipo de pendientes-abridores ya no se fabrica ni se utiliza ya que en numerosas ocasiones llegaban a engancharse en la ropita de los bebés y producían desgarros en las orejas.
Actualmente los agujeros se suelen hacer directamente con una especie de pistola de presión, que coloca directamente un pendiente antialérgico.
Imágenes: María López-Linarees Vintage Photography
Louis Icart, artista autodidacta, no tuvo formación académica alguna. Comenzó a dibujar a edad muy temprana. En 1907 se traslada a Paris para dedicarse al dibujo y a la pintura. En esta época realizó hermosos grabados que muy pronto le dieron fama.
Icart fue uno de los mayores y más considerados ilustradores de los talleres de moda de la época, todos los grandes nombres de la moda de los años 20 y los 30 querian trabajar con él. Querian sus ilustraciones como soporte de venta para sus ultimas creaciones de moda.
Icart, que había nacido en Toulouse en el seno de una modesta famila, pero de gran inquietud cultural y artística, sería el mayor exponente de la pintura, el grabado y la ilustración de moda de estos años.
Icart participaría en la primera guerra mundial, hecho que le llegó a traumatizar y con el que solamente encontraba consuelo dibujando en el primer soporte que tenía entre sus manos. Al terminar la guerra todos esos dibujos, la mayor parte aguatintas, fueron convertidos en grabados que comercializaría en Europa y los EEUU.
Su gran musa fue su esposa Fanny Volmers, ella aparece en la mayoría de sus dibujos y grabados.
En 1925 en pleno Art Decó, Icart se convirtió en todo un símbolo de esta época.
Icart en sus dibujos representa a las mujeres de forma sensual y elegante, pero siempre con un matiz delicado y a veces con un toque de humor. Fue un símbolo de la época Art Decó y aun hoy sus dibujos y grabados originales son altamente cotizados en los mercados de segunda mano mundiales
Murió en Paris en 1950.
Hoy os traigo dos de sus grabados que, por casualidades de la vida, cayeron en mis manos hace apenas unos días. No pude resistirme a fotografiarlos y, por supuesto, decido acompañarlos de dos de mis piezas más queridas de la colección Arte Decó.
¿Conocíais a este ilustrador y pintor francés?
¿Qué os parece su obra?
Yo había visto alguna de sus obras, pero al escribir estas líneas y buscar toda la información necesaria, me he quedado totalmente prendada de su delicadeza y su elegancia.
Espero que a vosotros también os guste este pequeño hallazgo que os traigo hoy.
Ayer encontré este vídeo en YouTube que me ha parecido precioso
Si en un artículo anterior recomendábamos la exposición “La deslumbrante Joyería Histórica de Marjorie Merriweather”, una colección única de Cartier creada durante la primera mitad del siglo XX y que cerró sus puertas a finales de 2014, hoy el Museo Hillwood de Washington DC abre sus puertas con una preciosa colección de elegantes diseños sobre magistrales telas que Marjorie Merriweather vistió durante siete décadas, creando tendencia.
“Ingenue to Icon: 70 years of fashion” presenta más de 175 vestidos y 300 complementos de la primera mitad del siglo XX que incluyen zapatos, lujosos sombreros, guantes y bolsos únicos.
La pasión de Merriweather por coleccionar objetos de una inmensurable belleza no fue exclusivamente de joyería sino que se extendió también a la moda del momento, en ocasiones, marcando ella nuevas tendencias. Tal fue su entrega a esta actividad, que pronto fue considerada como una de las coleccionistas de arte, moda y joyería más influyentes del siglo XX.
La muestra ha sido dividida en cuatro estaciones, mostrando los conjuntos más destacados de primavera, verano, otoño e invierno de cada década. En su 16 cumpleaños, en el que lució un impresionante vestido en tafetán y tul que también puede observarse en la exposición, pasando por los vestidos de la década de 1920, que marcaban la silueta y a los que es denominó “flappers” hasta los más sofisticados vestidos de noche de los años 50, una completa colección que muestra el exquisito gusto de Marjorie Merriweather por las telas más ricas de cada momento y los diseños con más tendencia.
Considerada todo un icono de la historia Americana, Marjorie fue la fundadora de General Foods, además de una asidua a las fiestas de la clase alta de la primera mitad del siglo XX. Cuando apenas contaba con 27 años, se convirtió en la mujer más rica de Estados Unidos, después de heredar todo el imperio de su padre, una fortuna de casi 250 millones de dólares.
Siempre fue muy consciente de que sus colecciones de moda, joyas y piezas de decoración representaban tendencias de cada década y acabó por donar gran parte de su colección al Museo Hillwood. “Ella sabía que su colección no sólo representaba su propio estilo – comenta Howard V Kurtz, asociado de la exposición – sino una memoria de la moda femenina de la época. Gracias a esa visión, Hillwood tiene una completa colección de trajes y accesorios que suponen una fuente de estudio del estilo Americano y del rol cambiante de la mujer durante el siglo XX”.
La muestra se puede visitar hasta el 31 de diciembre de 2015, así que, si está planeando un viaje a Washington DC, ¡no dudes en visitarla y contarnos tu experiencia!
Más información y todas las imégenes en la web del Museo Hillwood
Figurita, medalla o cualquier otro objeto al que se le atribuían propiedades curativas, sanadoras o protectoras. Su significado ha sido siempre mágico, religioso en cierta medida una costumbre arraigada en la antigüedad por temor a lo desconocido y utilizada por gente en cierta forma algo supersticiosa.
Son costumbres que surgieron en la antigüedad y que se fueron adaptando a los cambios. Pero siempre se han seguido y se siguen utilizando.
La joyería aprovecho esta costumbre para crear piezas especiales en la que es muy frecuente el uso de piedras semipreciosas de las que se cree tiene algún significado curativo o protector. De esta forma el portador de la joya siente aun con más fuerza el poder el amuleto o talismán.
Imágenes: María López-Linares Vintage Photography
Me quedé prendada de su vestido verde, de los preciosos lazos que lo decoran y de la soberbia puntilla de encaje de Bruselas increíblemente bien pintada, pero sobre todo y ante todo me enamoró del impresionante collar de coral piel de ángel y perlas.
Nada más ver este retrato recordé una de las piezas de nuestra colección victoriana, e inmediatamente decidí que tan ilustre dama quedaría incluida en nuestra sección de “Grandes Damas de la Antigüedad” en el mes de noviembre.
Aunque me quedará siempre la duda de conocer algo más sobre ella, sí he conseguido averiguar que el maestro que la pintó no fue otro que François-Hubert Drouais, pintor francés del S.XIX que se caracterizó por sus retratos en la corte de Luis XV.
Drouais nació en París y era hijo del también pintor Hubert Drouais, famoso por sus retratos en miniatura. Drouais fue entrenado por su padre y por otros pintores de renombre. Pronto se convirtió en miembro de la Academia y expuso su obra con regularidad.
No solamente retrató a la mayoría de las principales figuras de su época, entre ellos el rey, sus dos amantes más famosas: Madame de Pompadour y Madame du Barry y sus dos hijos, los futuros Luis XVI y Luis XVII. Drouais fue asiduo en los salones de baile y retrató a importantes artistas y destacados miembros de las clases profesionales.
Drouais se hizo así mismo popular por sus retratos de aristócratas vestidos con traje rústico, una moda muy en boga en esos años, y por sus representaciones de niños, a menudo en entornos paisajísticos. Esto, junto con su técnica depurada, su pincelada fluida y los vivos colores de su obra, son sus sellos de identidad.
François-Hubert Drouais ha tenido varias exposiciones en galerías y museos, incluyendo el Museo de Arte de Portland, Oregón, y su obra puede disfrutarse en los mejores museos de pintura del mundo.
Algunas de sus obras se han rematado en subastas por más de $150.000.
Pero yo hoy me quedo con su “Dama con collar de coral”, y os invito a disfrutar de tan magnifica joya y os invito a pasar por nuestra tienda online a disfrutar de nuestra colección de camafeos y coral.
Gran parte de la colección de joyas de S.M. el rey Umberto II de Italia, último rey de Italia, salía a subasta apenas dos años después de su muerte en Ginebra.
Durante toda su vida Umberto II tuvo una gran pasión por la historia y cualquier forma de arte, entre la que se incluía la joyería.
Adoraba su propia colección familiar de joyas reales no solo por su importancia histórica sino también por su belleza. El rey no pudo resistir su propia naturaleza artística y muchas de sus piezas más emblemáticas fueron transformadas en varias ocasiones según los gustos del soberano.
Algunas de las joyas que salieron a subasta habían pertenecido a la abuela del Rey, la reina Margarita, conocida en la época como “La Reina de las Perlas”, no solo por su amor por toda joya que estuviera adornada con ellas sino por su elegancia y distinción a la hora de lucirlas. Ella, como nadie, marcó tendencia en sus años de reinado. He llegado a leer que su marido la regalo una collar de perlas en cada uno de sus aniversarios de boda.
Ya el día de su boda, en 1868, la reina luciría un magnífico collar de perlas que una vez perteneció a la reina María Adelaida de Saboya. La reina acompañó la magnífica pieza con dos estrellas de diamantes en su cabeza.
Como era costumbre, Margarita recibió algunos maravillosos regalos de boda que incluían joyas.
Durante la subasta de 1985 destacó la presencia de las siguientes joyas:
Aunque han salido a subasta relativamente pocas joyas de la colección original de la real Casa de Saboya, han sido joyas excepcionales e importantes en términos de su procedencia única y a menudo romántica.
Imágenes: