Conocer todos los avatares y caminos que ha recorrido un retrato a lo largo de 525 años no es nada sencillo, pero en el caso de esta extraordinaria obra de Ghirlandaio somos afortunados. Conocemos todos los viajes que ha realizado la obra «Giovanna Tornabuoni» ya que se encuentran perfectamente documentados. Os aseguro que me ha resultado más que emocionante seguir su pista por todo el mundo…
La Obra de Ghirlandaio
Permaneció en el Palazzo Tornabuoni de Florencia, su primer hogar, hasta que pasó a manos de la familia Pandolfini. Más tarde formó parte de la colección del barón Achille Seillière y la princesa Sagan en Francia. Sabemos que en 1878 se encontraba en Brighton, en la colección de Henry Willet, y que a principios del s. XX estaba en manos de Rudolf Kann, con el que no permaneció demasiado tiempo ya que en 1907 es el millonario americano J. Pierpont Morgan -fundador de la Banca J.P.Morgan y uno de los coleccionista de arte más importante de la historia- quien se hace con la obra. Se comentó que su deseo por la posesión de esta obra fue debido al recuerdo que la juventud y belleza del retrato le produjo de su primera esposa, fallecida de tuberculosis a muy temprana edad cuando apenas llevaban cuatro meses casados.
De esta época es la imagen que muestro de la obra, donde podemos apreciar la obra expuesta en un caballete a la entrada de un gran salón y rodeada de otras obras de arte. La habitación es la “West room” del 219 de Madison Avenue, hogar de la familia Morgan en Nueva York.
Tras el fallecimiento de J.P Morgan su hijo vendió el cuadro en el año 1935, junto con otras piezas de la colección al barón Thyssen, padre del marido de Carmen Cervera.
El barón Thyssen lo trajo de vuelta a Europa, permaneciendo durante bastantes años en villa Favorita, una de las residencias del barón en la ciudad de Lugan o(Suiza). No puedo ni imaginarme la sensación que debe sentirse al entrar al salón de tu casa y encontrarte con semejante maravilla…
Giovanna Tornabuoni
Pero, ¿quién era Giovanna Tornabuoni? Su nombre de soltera: Giovanna degli Albizzi, 8ª hija de un comerciante florentino que casó con Lorenzo Tornabuoni el 15 de junio de 1486, muy enamorada. Algo bastante inusual para la época, dónde los matrimonios se realizaban por conveniencia y sin amor. Su boda duró tres días con fiestas, bailes y banquetes, siendo una de las mas documentadas de la época. Sabemos que Giovanna se casó de blanco luciendo un esplendido peinado con costosos adornos. Llegó al Palazzo Tornabuoni acompañada por su padre donde fue recibida por su suegro. Entre los invitados la flor y nata de la sociedad florentina. Y como invitado de honor: Dn. Iñigo López de Mendoza, embajador de España.
Después del banquete todos los invitados se trasladaron a la plaza que había delante de la Iglesia de San Michele, y allí, en una tarima vistosamente decorada para la ocasión, se desarrollaría el baile. Los novios pasarían la noche de bodas en el Palazzo Tornabuoni en una habitación elegantemente decorada para la ocasión. La fiesta se prolongó por dos días más y el segundo día se unió al convite Lorenzo de Médici, primo de Lorenzo Tornabuoni y uno de los hombres más influyentes de la época. Le siguieron justas y torneos, que Naldo Naldi narró con todo lujo de detalle en sus crónicas.
Giovanna y Lorenzo tuvieron enseguida un hijo. Pero la alegría en la casa no duraría mucho tiempo. Giovanna fallecería apenas un año y medio después de la boda, cuando se encontraba embarazada de su segundo hijo. La pérdida de su bella esposa y el hijo que esperaban dejó a Lorenzo desolado, encargando al poco tiempo su retrato póstumo. Algo muy corriente en esa época.
El retrato de Giovanna Tornabuoni
El retrato de Giovanna es espectacular. No me extraña que todos sus anteriores dueños se enamoraran de ella nada más verla. Tener el privilegio de disfrutar de esta obra en tu propia casa debe ser algo inimaginable…
Giovanna luce bellísima, permaneciendo erguida y segura y transmitiendo una noble pose de serenidad. Su mirada firme y un tanto perdida en el infinito hacia lo que imaginamos como una ventana por la que penetra la luz. Una luz que ilumina su rostro, su pecho y sus ricos ropajes pero que deja sus manos en una suave penumbra.
Impresiona el gran contraste de coloridos: los negros con los amarillos, dorados, rojos y naranjas que consigue Ghirlandaio. En un principio la obra permaneció enmarcada en dorado, así aparece al menos reflejado en un inventario del Palacio Tornabuoni en 1498. Nos hablan de un retrato de Giovanna, colgado en la habitación de Lorenzo con una marco dorado. Pero en la actualidad la moldura que la enmarca es casi negra, resaltando sobremanera el dorado de su pelo y los dorados y rojizos de su ropaje.
El retrato posee un poder hipnotizador… Os aseguro que cuesta trabajo retirar la mirada de ella. Te atrapa.
Como era de suponer, a mí los ojos se me fueron de inmediato hacia su broche. Una preciosa pieza de joyería que Ghirlandaio supo dibujar con delicadeza y mimo, colgándolo sobre su pecho mediante un finísimo hilo de seda.
Mi deseo al mirarla fue que se girara, para así poder contemplar su belleza al completo…
Vintage by López-Linares
Salí del Thyssen con el firme propósito de reproducir esa preciosa pieza que pendía de su cuello. Y eso es precisamente lo que hace que hoy traiga hasta nuestro espacio Vintage el colgante de Giovanna Tornabuoni.
Si vives en Madrid o piensas venir por aquí, no dejes de reservar un momento para visitar este magnífico retrato, considerado como “la joya de las joyas” de la colección Thyssen y una de las obras más emblemáticas del renacimiento italiano.
Por último os adjunto un vídeo de la fantástica conferencia que sobre la obra dio D. Guillermo Solana en 2009.
Y también os dejo el link a esta preciosa joya: El colgante de Giovanna Tornabuori