Decir que el endogámico fenómeno del street style comenzó con Scott Schuman es prácticamente lo mismo que atribuirle a este señor la invención del agua caliente. No hay nada nuevo bajo el sol, y la única y honrosa excepción a este dicho es Steve Jobs que en este momento estará señalándome sonriente un iPad desde algún lugar del cielo.
Dicen que las ideas no conocen más dueño que aquel que reúne el valor necesario para llevarlas a cabo, así que según esto sí que debemos reconocerle a Scott Schuman el mérito de hacer un lucrativo negocio a partir de una idea tan antigua como el street style. Mucho se ha hablado ya y poco tengo yo que añadir sobre esta disciplina fotográfica, y son ya incontables los blogs que dedican al menos una sección a mostrarnos el estilo de la calle, lo que realmente se lleva más allá de las pasarelas.
Cuando comenzó el boom del street style en la blogosfera el argumento que se esgrimía para justificar tanto entusiasmo era que los propios diseñadores ponían sus ojos en estas instantáneas en busca de inspiración divina para la creación de sus colecciones, pero poco a poco la tortilla se ha ido dando la vuelta, y las marcas han visto en estas fotos de apariencia espontánea un filón para llegar a sus consumidores potenciales. Estamos una vez más ante el arte que imita la vida, y la vida que imita el arte.
El momento glorioso del street style en los blogs ya ha pasado, y ahora son las revistas las que pagan a sus fotógrafos más por las imágenes que rodean a la pasarela que por las de los propios desfiles, en las que los protagonistas no dejan cabo suelto y poco o nada tienen que ver con la espontaneidad original de esta disciplina.
Y antes de dejaros con estas maravillosas imágenes de principios del siglo XX firmadas por el ilustrador y fotógrafo Edward Linley Sambourne solo quiero añadir que, desde mi punto de vista, las egobloggers o chicas que publican sus estilismos en un blog no deberían considerarse dentro de la categoría de street style, por mucho que ellas se empeñen en añadir el término a los titulares de sus posts.
La particularidad del verdadero street style radica en la falta de premeditación, en la fotografía espontánea e inesperada, no en la creación de un estilismo con la finalidad de fotografiarlo. Dicho esto, os dejo disfrutar de estas imágenes. Cambiad los libros de las fotos por unas Blacberrys o iPhones, y comprobaréis que la pose de las trendsetters no ha variado lo más mínimo en más de cien años.
Fotografías | The Library Time Machine
Artículo escrito por Carmen Velarde, bloguera especializada en moda y belleza. Podéis seguir el trabajo de Carmen a través de su blog La bruja con tacón de aguja.