La piedra del cielo, la colección de S.A.R. el Príncipe Enrique de Dinamarca

El príncipe consorte Enrique de Dinamarca, marido de la reina Margarita, ha coleccionado piezas de jade toda su vida. Como el jade es la piedra del mes, no me he podido resistir a hablarte de la exposición que recoge algunas de las piezas más destacadas de su colección personal.

Se llama “La piedra del cielo. La colección de jade oriental de S.A.R el Príncipe Enrique” y se celebra del 22 de enero al 27 de agosto de este año. Recoge varios cientos de piezas de colores, tamaños y formas distintas, pero todas ellas con el común denominador del jade oriental como material.

Por qué el jade es la “Piedra del cielo”

En Asia, el jade recibe el nombre de “Piedra del cielo” por su asociación al mundo espiritual y como conexión entre el cielo y la tierra. Se decía (y se dice) que el jade atrae la buena suerte, y muchas culturas hoy en día siguen utilizándolo como amuleto.

Además, ha sido utilizada durante siglos para tallar figuras, crear objetos para la vida cotidiana, regalos para los difuntos y joyería. Su uso fue muy popular entre las dinastías imperiales de Oriente debido a su belleza, color y extraordinaria textura.

También ha sido utilizado en muchas regiones de América debido a su dureza, por lo que ha servido incluso para realizar armas.

La colección del Príncipe Enrique de Dinamarca

En Europa, el uso del jade no ha estado tan extendido, por lo que resulta curioso descubrir como material una piedra que se lleva utilizando en Asia desde hace tantos siglos. Tantos, que para muchas culturas orientales, el jade es parte de la vida misma, como lo serían el oro o la plata para nosotros.

Además de los propios objetos mostrados, el público podrá descubrir la colección a través de seis películas en las que el propio Príncipe explica los temas alrededor de los que gira esta exposición: color, forma, uso, objetos religiosos, criaturas fantásticas y estilos históricos.

Además de los conocimientos técnicos relacionados con cada objeto, en estas seis películas, los visitantes podrán escuchar de labios del propio Príncipe historias y recuerdos relacionados con los mismos.

Como te he comentado en otras ocasiones, el jade es una piedra de color blanco. Los minerales que se depositan en su interior la hacen poseedora de una amplia gama de colores, de los cuales, el verde, es el más apreciado.

Mucha gente cree que el jade solo puede ser de este color, y por eso se sorprenderán al ver ciertos objetos de esta interesante colección, como una delicada taza de jade color blanco con asas.

Tampoco faltan joyas en las que el jade es el protagonista, como el colgante que puedes ver debajo de estas líneas, de un intenso color verde.

Si deseas disfrutar de esta impresionante colección, tienes hasta el 27 de agosto para visitar el Museo de Kolding, en Dinamarca.

Las joyas coloniales de Latinoamérica

Además de la oficial misión evangelizadora que sirvió como excusa para la colonización de América, otros motivos oficiosos movieron a aquellos primeros colonizadores españoles: el oro y la plata que abundaba en la vasta región. La mayoría fue tallado a mano y convertido en preciosas joyas coloniales que posteriormente embellecían con una amplia variedad de piedras preciosas encontradas también en la zona.

Esmeraldas procedentes de Colombia, coral encontrado en Méjico o perlas extraídas de la recién colonizada Venezuela sirvieron para adornar las joyas expuestas en la exposición recomendada de este mes: Glitterati. Portraits & Jewelry from Colonial Latin America, que permanecerá abierta en Museo de Arte de Denver hasta el 27 de noviembre de 2016.

2016 - mayo - Mujer joven con un organo, Mexico 1735-1750

El propósito de tan deseadas joyas no era otro que mostrar el estatus y grandiosidad de aquellos españoles que habían decidido trasladar sus hogares a Latinoamérica, en busca de aumentar su riqueza. La vida en el Nuevo Mundo habría de ser lujosa, o al menos, mostrarlo así.

Tanto mujeres como hombres posaban una y otra vez para famosos pintores de la época engalanados con sus mejores galas y luciendo sus piezas de joyería más llamativas, como elaboradas tiaras, collares con ostentosos colgantes o voluminosos pendientes cargados de oro. Pero el mostrar la riqueza – que muchos realmente no habían conseguido – no sólo era potestad de las mujeres. Los hombres lucían también orgullosos sus engalanados sombreros, anillos o cierres de cinturones con piedras preciosas incrustadas.

2016 - mayo - Cruz santa - Colombia or Ecuador, 1600 - Oro, esmeraldas y perlas

Y aunque su misión encomendada era predicar el Evangelio y convertir a cuantos más habitantes de la zona al Cristianismo mejor, los sacerdotes enviados a las colonias fueron también retratados con cruces y rosarios de oro macizo, así como las monjas posaron con broches de plata u oro labrados a mano con miniaturas de la Virgen María y otros Santos.

Y lujosa era también la forma en la que guardaban estas valiosas piezas: cajas con decoraciones incrustadas y lacadas a mano servían para salvaguardar sus riquezas… y su recién alcanzado estatus.

La exposición, que muestra todas estas joyas así como muebles y retratos cedidos por la Colección Colonial Española, puede visitarse de martes a domingo en el Denver Art Museum hasta noviembre de este año. Podéis consultar más información en la web del museo.

La masterpiece de Wendy Ramshaw: Un sueño hecho realidad

Pasear por los pasillos del Museum & Art Gallery de Birmingham, en Inglaterra, supone sensaciones encontradas. Por un lado, la modernidad de sus formas en cada esquina contrasta con las joyas vintage que decoran sus paredes. Para disfrutar de esta exposición, es necesario verlo todo como un solo elemento; decoración, recinto y la exposición en sí. Todo junto evoca un sueño. No en vano es llamada “La habitación de los sueños”.

La exposición que hoy hemos destacado es la mejor exhibición de una de las maestras joyeras más afamadas de Inglarerra: Wendy Ramshaw. Si no te suena el nombre, me encantará presentarte su trabajo en estas líneas, y estoy segura de que acabarás prendada de su forma de pensar y de inculcar sus deseos de belleza a todas sus piezas.

La Habitación de los Sueños (The Room of Dreams) es una retrospectiva de toda la carrera de Wendy Ramshaw, su masterpiece. En ella se mezclan exquisitamente el vivo color rojo sobre el inmaculado blanco de las paredes, que ostentan un total de 80 joyas. Cada una de estas piezas están inspiradas a su vez a un sueño, historias que nos recuerdan deseos que han sido recogidos en más de una obra en las últimas décadas, como en Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, a quien la artista dedica una de sus piezas.

Wendy Ramshaw nació con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Cuando la contienda finalizó ella, con tan sólo seis años, ya disfrutaba mezclando piezas de tela para formar preciosos diseños.

The Room of Dreams - Wendy Ramshaw 2

Inglaterra volvía vencedora, y como tal, su pueblo era merecedor de una gran fiesta que celebrara los logros conseguidos en numerosos campos como la ciencia, la agricultura, la literatura y la industria: el Festival of Britain, al que también fueron invitados artistas y diseñadores noveles, como Wendy, que entonces contaba con 12 años. A partir de este festival, su vida cambió.

Tras contraer matrimonio con David Watkins en 1961, la pareja comenzó a trabajar en numerosos proyectos juntos, no solo en la vida al no separarse prácticamente nunca y mantener un taller conjunto durante 35 años, sino también laboralmente. Ambos han hecho una gran contribución al arte y el diseño. Juntos. Siempre juntos.

The Room of Dreams - Wendy Ramshaw 4

Ramshaw se ha convertido por derecho propio en la principal diseñadora de joyería moderna de Inglaterra, llegando a ser una de las dos únicas mujeres admitidas en la Worshipful Company of Goldsmiths. Numerosos premios y condecoraciones la avalan, pero lo que mejor puede hablar de su triunfo es su trabajo, que os dejamos en imágenes en este artículo y que esperamos os guste tanto como a nosotras.

La exposición puede visitarse hasta el 22 de mayo de este año.

Más información en Birmingham Museum & Art Gallery

El collar de diamantes de la reina Nazli de Van Cleef & Arpels

Hoy se subasta subastaba en la casa Sotheby´s de Nueva York una de las joyas más espectaculares de la antigua monarquía egipcia. La joya sale a subasta con un  precio estimado de venta de 4,6 millones de dólares, y yo estoy expectante por saber el precio del remate final.

La espectacular pieza, junto con una igualmente exquisita tiara, fue hecha a mano en 1939 por Van Cleef & Arpels para la Reina Nazli de Egipto, con ocasión de la boda de su hija la Princesa Fawzia con el futuro Shah de Irán Mohammad Reza Pahlevi.

La novia también llevaba un collar realizado por la casa Van Cleef & Arpels para la ocasión.  Sólo la tiara estaba adornada con 54 diamantes en forma de pera que pesaban 92 quilates y 520 diamantes en corte baguette que pesaban 72 quilates.

el collar de diamantes de la reina Nazli de van cleef & arpels- vintage by lopez linares

Siguiendo una tradicional costumbre musulmana, la novia no estaba presente en el momento de la ceremonia. Simplemente se producía la firma del contrato matrimonial en el que estaban presentes el novio, el príncipe heredero de 19 años Reza Pahlevi de Irán, y el hermano de la novia, el Rey Farouk.

La novia esperaba en una habitación contigua, y al finalizar el acto descendía las escaleras de palacio flanqueada por su hermano y su ya marido. La princesa Fawzia elegiría para la ceremonia un precioso vestido de satén adquirido en París. Les siguió una suntuosa cena real seguida por una espléndida recepción, donde la corte real egipcia resplandecía en joyas.

La Reina Nazli poseía una de las colecciones de joyas más magníficas y numerosas del mundo, de la que ya estoy preparando un completo artículo.

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La colección terminaría repartida por el mundo para mantener el elevado tren de vida que la Reina llevaría junto a su hija en su exilio americano. Una parte se vendería el año 1975 en Sotheby Parke Bernet, pero no sería suficiente, y en septiembre de 1976 las dos tendrían que comparecer ante el tribunal de cuentas de Los Angeles por una deuda de otros 500.000 dólares.

Su vida al final fue un auténtico drama. Tuvo que enterrar a su hija que fue asesinada a tiros por su ex marido, y fallecería apenas un año después en la miseria más absoluta.

Imágenes y Bibliografía:

Wikipedia

Pinterest

Jewelsdujour.com/

Maria Lucrecía de Medici

Un magnifico collar de perlas y oro a juego con una sencilla tiara y unos pendientes son las joyas que porta Maria Lucrecía de Medici, nuestra protagonista de hoy en este magnífico retrato de Brocino

Cosme de Médici contraería matrimonio con una de las más ricas damas de la nobleza de Nápoles, Leonor de Toledo. Leonor era una de las nietas del segundo duque de Alba.

Este matrimonio supuso para Cosme una alianza política con el reino de Nápoles y una cuantiosa dote que invertiría entre otras cosas en numerosas obras de arte. El matrimonio tendría once hijos aunque solamente les sobreviviría uno de ellos, Fernando I de Medici.

Pero hoy la protagonista es María Lucrecía, una de sus hijas más queridas. María no sería la primera hija de Cosme, ya que unos años antes había nacido Biá de Medici, hija natural de Cosme y una dama desconocida, que llegó a criarse en la corte como si de una princesa se tratara hasta su prematuro fallecimiento.

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María fue en cambio la primera hija legítima de Cosme y nacería en el propio palacio de los Medici recibiendo el nombre de María en honor a sus dos abuelas.

Por sus contemporáneos sabemos que ella no sólo fue de una belleza extraordinaria, era una jovencita amable, refinada, elegante y con unas grandes dotes para las letras y las artes. María hablaba con fluidez el español, enseñado por diferentes profesores y su propia madre.A una tierna edad se había planificado su boda, comprometiéndola con Alfonso II de Este, pero el matrimonio jamás se concretó ya que María fue atacada por la malaria y moriría con apenas  17 años.

Cuentan las crónicas de la época que para Cosme I,  su hija María, fue el gran amor de su vida. La niña de sus ojos y su hija más querida. Quizás por eso y porque fue considerada en la época una de las damitas más bellas de Florencia decidiera inmortalizarla en la mano de uno de los más prestigioso artistas de la época, Brozino. María nos dejaría toda su belleza inmortalizada gracias a este gran artista y Cosme mantendría este retrato en sus dormitorios privados hasta el mismo día de su propia muerte.

Entre los retratos de los hijos de Cosme, el de María es el más solemne de todos y en el yo destacaría tanto el majestuoso ropaje como las preciosas joyas que porta.

Nosotras hemos traído hasta nuestra colección del renacimiento una copia de los pendientes que luce en el cuadro, realizados en plata dorada y cuarzo. Una réplica de la joya estamos seguras serán una de las piezas más admiradas de nuestro escaparate.

¡Esperamos que os guste!

Bibliografia

Kleio.org

Wikipedia

Fotografias:

Galería de los Ufizzi

@ María López-Linares Vintage Photography

 

Exposición «El Retrato en las Colecciones Reales

Hasta el 19 de abril os queda solamente para poder disfrutar de una de las más completas e interesantes exposiciones sobre la historia de los retratos reales de España.

La exposición hace un recorrido desde Juan de Flandes a Antonio López y ofrece una visión general del retrato de corte en España, desde el siglo XV al XXI.

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Un itinerario para disfrutar de obras maestras de la pintura, con los mejores ejemplos conservados en las colecciones de Patrimonio Nacional. El recorrido, a lo largo de 12 salas por la planta baja del Palacio Real de Madrid, se complementa con una visita al propio Palacio. En total no invertiréis más de una mañana en visitar las dos cosas y, verdaderamente, merece la pena. Yo saqué la entrada por internet y me resultó de lo más agradable la doble visita.

La exposición en sí esta estructurada en dos grandes secciones: Casa de Austria y Casa de Borbón, y un recorrido en orden cronológico que nos hace entender un poco mejor la historia de España a través de sus familias reales.

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La muestra se abre con la dinastía de los Habsburgo, con diversos retratos entre los que destaca el de la reina Isabel la Católica, de la Casa de los Trastámara, de Juan de Flandes.

Destacable de esta sección son también los retratos de Carlos V de Jakob Seisenegger y de Felipe II de Antonio Moro, y esta sección podréis encontrar una de las joyas de la exposición: una pequeña miniatura del conde-duque de Olivares de Diego Velázquez.

En la segunda sección dedicada a la Casa de Borbón desde el siglo XVIII hasta el presente, se exponen los mejores ejemplos del retrato borbónico del Patrimonio Nacional: Felipe V, Carlos III o la maravillosa obra de Francisco de Goya con María Luisa de Parma como modelo. Obras de Vicente López, Federico de Madrazo o Franz Xaver Winterhalter, Joaquín Sorolla y Ramón casas, entre otros.

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La muestra se cierra con dos obras emblemáticas una de Salvador Dalí y la otra de Antonio López de la familia real de Juan Carlos I.

Una selección de obras que merece la pena visitar y para la que ya os quedan muy poquitos días.

Os dejo el link a la web de Patrimonio por si os decidís a visitarla en estos días.

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Bibliografía e Imágenes:

Patrimonio Nacional

Simonetta Vespucci, musa del Renacimiento

Muchos no sabrán el nombre de la musa que inspiró esa pintura, pero la imagen de la Venus de Sandro Botticelli es una de las primeras que nos vienen a la cabeza si pensamos en el universo pictórico del Renacimiento. Su cabello dorado y largo, su nívea piel y esa hermosa mirada triste y virginal cautivaron a muchos hombres de la Florencia del siglo XV, pero sería el pintor Sandro Botticelli quien la inmortalizaría al convertir a Simonetta Vespucci en su musa.

Simonetta –de soltera su apellido era Cattaneo–  era hija de un noble genovés y contrajo matrimonio con tan sólo dieciséis años con un vecino del propio pintor, un hombre procedente de una familia de posición acomodada quien al parecer se quedó prendado de ella nada más verla.

Se dice que su hermoso porte y su equilibrada belleza merecieron la alabancia de los poderosos Médici, mecenas de numerosos artistas, y los historiadores del arte la señalan casi sin discusión como la mujer más hermosa de todo el Renacimiento. Si no lo fue, al menos no se puede negar que se convertiría por méritos propios en la mujer más representativa de ese periodo.

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Su imagen, además, va siempre ligada a una triste y a la par intensa historia de amor digna de una tragedia de Shakespeare. El pintor cuatrocentista se obsesionó hasta tal punto por ella que la retrató en la que sería una de sus obras cumbres, El nacimiento de Venus (1484), que terminó casi diez años después de la muerte de la joven, como si de un homenaje póstumo se tratase.

Simonetta la bella, como era popularmente conocida, también protagoniza el cuadro Venus y Marte, y en general, todas las mujeres retratadas por el maestro italiano guardan un enorme parecido con la dama.

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Mucho se ha especulado con la idea de que se tratara de un amor sólo factible a través de la pintura, una suerte de amor platónico por parte del artista. Simonetta, además de estar casada, falleció con tan sólo 23 años víctima de una tuberculosis, y Botticelli –que jamás se casó, mientras que el esposo de ella volvió a contraer matrimonio–  pidió ser enterrado a los pies del sepulcro de su amada, en la iglesia de Todos los santos de Florencia; allí yacen sus restos desde 1510, pegados a los de la noble.

La vida de Simonetta, a pesar de la admiración que provocaba y de las atenciones que mereció, fue triste. El tiempo no fue capaz de marchitar su belleza de ninfa, su hermosura virginal y llena de dulzura, porque la enfermedad se la llevó mucho antes de lo que nadie podía imaginar. Botticelli se encargó durante el resto de su vida de que el olvido no se adueñara de ella y la convirtió en una musa universal del Renacimiento, una musa que hoy sigue siendo admirada.

Imágenes:

María Vintage Photography y Wikipedia.

Texto de @Esther Ginés 

Mary Dayton Richards; Una novia de finales del siglo XIX

Mary Dayton Richards (1842-1921)  y  Milton Brayton Graff (1840-1877) se casaron en  1869,  en Manhattan. En esa época el estilo de los trajes de novia aun eran largos y de faldas muy elípticas pero comenzaban a disminuir algo de tamaño.

La novia que era muy menudita, se decidió por un precioso traje blanco nieve de línea angelical en tejido de tarlatán.  Ahora no es frecuente que las novias luzcan vestido de un color tan blanco puro, es más frecuente utilizar tonos de blanco roto e incluso tonos cremas muy apagados, lo que llaman un blanco sucio.

El tarlatán es un género originario de la India muy parecido a la muselina pero con una trama algo más floja y con una consistencia algo más rígida.

Glendale-ohio-1860-Mary Richards - Una novia del siglo XIX  Vintage By Lopez-Linares

 

El vestido de Mary es un modelo muy típico del S XIX bastante modesto y con una línea recatada  como exigían los cánones de la época. Un corpiño o blusita con cuello redondo y botonadura central, que lleva un pequeño babero realizado con volantitos de la misma tela que el reto del traje. Por supuesto al ser la tela del traje tan transparente, va todo forrado con un algodón que le da cuerpo y presencia.

Las mangas son semitransparentes,  ya que aunque son largas no llevan forro más que hasta la altura del codo, con lo que el antebrazo de Mary quedaría un poco visible cuando se encontrara  a contraluz.

La soberbia falda estaba compuesta una enagua sobre la que lucían dos sobre faldas una más corta que otra con un remate ondulado realizado con la misma tela del traje que realizaba un dibujo geométrico algo moderno para la época.

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Mary y Milton se casaron en Manhattan,  lugar de nacimiento de la novia, pero la pareja volvió a los pocos días de la ceremonia a la ciudad natal del novio: Cincinnati, donde trabajaba como psicólogo.

Inicialmente residieron con los padres de Milton, Jacob y May Ann Graff, que vivían al oeste del centro de la ciudad. Entre 1850 y 1890, los ricos comerciantes levantaron en esa zona impresionantes casas de estilo italiano y crearon avenidas por lo que empezaría a llamarse ‘Paseo de los millonarios’.

Desgraciadamente, el matrimonio de la pareja se rompió al poco tiempo por la muerte de Milton en 1875. Y en 1880, Mary construiría su propia casa en Glendale, Ohio, una comunidad 15 millas al norte de Cincinnati en tren de cercanías.

Glendale era un lugar de residencia de verano para los ricos de Cincinnati que huían del ruido y la contaminación de la ciudad. Su entorno tranquilo, de hectáreas arboladas y avenidas curvilíneas con filas de árboles, debió llamar la atención de esta joven viuda con dos pequeños niños que criar. Graff construyó una impresionante casa en la Avenida Congress y vivió en Glendale hasta que murió en 1921.

129, Dayton Street-Mary Richards - Una novia del siglo XIX  Vintage By Lopez-Linares

Bibliografía:

Wedded Perfection. Cynthia Amnéus.

Springgrove.org

Imágenes:

Wedded Perfection. Cynthia Amnéus.

Google Maps

Las joyas de la alta sociedad Renacentista: Lucrecia Panciatichi

Lucrezia, la bellísima esposa del político florentino Bartolomeo Panciatichi, ha llegado hasta nosotros en un retrato ausente de fondo, en el que parece que Bronzino, el artista renacentista que lo pintara, sólo quisiera fijar nuestra mirada en la aristócrata florentina.

Y no es para menos… En su estilizado y elegante cuello blanco descansa un precioso collar de perlas, con un broche colgando y una larga cadena de oro con una pequeñísima placa de oro con esta inscripción grabada: «Sin fin amour Duré” en alusión al amor y la fidelidad.

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Y en su mano izquierda esta dama renacentista luce un pequeño anillo de oro y rubíes que bien podría haber sido su sortija de pedida, y que es la pieza protagonista de nuestra colección de Joyas Históricas de hoy.

El suntuoso vestido de satén rosa y pesado terciopelo rojo, enmarca su belleza fría y serena. Bronzino realiza un sorprendente juego de luces y sombras con la tela a lo largo de toda su figura.

Lucrezia sujeta con la mano derecha un pequeño libro de oraciones apoyado en su rodilla. Parece que estuviera esperando el preciso instante en que Bronzino la dijera que ya había terminado de pintarla, para continuar leyendo con total naturalidad.

Esposa del humanista y político Bartolomeo Panciatichi desde 1528, Lucrecia Panciatichi fue inmortalizada junto a su esposo por el artista florentino Angelo di Cosimo, il Bronzino, (1503-1572), que siempre trabajó a la sombra de Miguel Ángel. En aquella época el arte de la ciudad de Florencia estaba dominada por dos grandes nombres: el de los Medici y el de Miguel Ángel.

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Bartolomeo Panciatichi era hijo natural de Bartolomé el Viejo y perteneciente a una familia muy influyente de comerciantes de Pistoia. Propietarios de una gran empresa comercial en la ciudad francesa de Lyon, que en ese momento era un centro cultural y comercial debido a la estratégica situación de la que disfrutaba, al estar entre Francia, Italia, Suiza y Alemania.

Bartolomeo prefirió seguir la carrera política y humanística, abandonando el negocio familiar que dejó en manos de algunos familiares cercanos a muy temprana edad. En Lyon conocería a Lucrezia y a los pocos años toda la familia se trasladaría a Florencia.  Allí llegaría a ocupar importantes cargos políticos  y se convertiría en uno de los personajes más influyentes de su época.

Y su esposa, una dama que en este retrato descansa solemne, recatada, elegante, fiel y serena representa en su conjunto a las mujeres de la alta sociedad del Renacimiento.

Giorgio Vasari se refirió a esta obra con estas palabras: «… los retratos de él y su esposa, tan naturales que parecen realmente vivos, y no extraña sino el espíritu»

Los dos retratos del Bronzino pueden disfrutarse en la galería de los Uffizzi de Florencia.

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BIBLIOGRAFIA

Abcgallery.com

Wga.hu

Virtualuffizi.com

Eresie.it

Imágenes: María Vintage Photography 

La Primavera de Botticelli y la magia en la Florencia del Renacimiento.

Con la presente obra de arte, nos adentramos en el apasionante mundo del Renacimiento Italiano. A finales del siglo XV, Florencia vivía mucho más adelantada que otras ciudades a nivel cultural y científico; pero lo que no nos suelen decir o no nos informan de ello, es que Florencia estaba más avanzada en la Magia que el resto de la actual Europa.

Sí, un mundo mágico era el que cada día regía a los seres humanos en el Renacimiento Occidental, pero Florencia destacaba siempre por encima de las demás urbes. Eruditos que eran a la vez magos y astrólogos, instruían con sus enseñanzas a sus discípulos y nobles señores.

Y en este ambiente sabio y mágico nace La Primavera de Sandro Botticelli, una de las mejores obras de arte de toda la historia.

En el presente artículo se desvelan, por fin, todos los misterios que han acompañado a dicho cuadro desde su creación.

Vivan conmigo esta apasionante aventura.

Esperanza Parra López es Licenciada en Historia del Arte y cuenta en su expediente con diecisiete sobresalientes y siete matrículas de Honor.

Ella es nuestra Vintage Blogger de abril y ha traído en primicia hasta nuestro blog su trabajo de investigación sobre el famoso cuadro La Primavera de Botticelli, por el cual  el Ministerio de Educación la concedió una beca y en el que  obtuvo una matrícula de honor.

Os dejo el link al trabajo completo.Una verdadera joya de la investigación:

La Primavera de Botticelli y la magia en la Florencia del Renacimiento por Esperanza Parra López. 

Imagen: La Primavera. Sandro Botticelli. 1477-1482. Uffizi©.