Si eres de las que alguna vez soñaste con lucir unos pendientes pintados por Tintoretto, las famosas joyas de Desayuno con Diamantes o la tiara de Sissi Emperatriz, este es tu espacio igual que nuestro.
Nominada al premio BAFTA a la mejor película extranjera (1955).
Nominada al premio WGA (Writers Guild Awards) a la mejor comedia.
Curiosidades:
Cuando el personaje de Lauren Bacall dice: «Siempre me han gustado los hombres mayores, como ese de La reina de África», en realidad se está refiriendo a su marido en la vida real, Humphrey Bogart.
Es una de las primeras películas grabadas en estéreo.
Fue la primera película rodada en Cinemascope, aunque se estrenó «La túnica sagrada» antes que ésta.
La película tiene 254 tomas, que es un montón, incluso para la época en que se rodó.
Lauren Bacall, que había sido modelo antes que actriz, da una lección de «pase de modelos» a las otras dos actrices.
Es la tercera película en la que Betty Grable hace de modelo buscando un hombre rico para casarse.
Una película perfecta para conseguir un gran éxito en taquilla. Tres actrices preciosas y una trama de lo más divertida.
Lujo, dinero, glamur y belleza todo ello, unido al Cinemascope, le daba a la película una «riqueza» que estaba no sólo en el poder económico de sus protagonistas masculinos.
El país era feliz en esos momentos y la película lo demuestra. Marylin Monroe está esplendida. Yo, de las tres protagonistas, me quedo con ella indiscutiblemente. Se come la pantalla con cada gesto, con cada movimiento. Sensual, picara, tímida, insegura y tremendamente cómica, demuestra una vez más que está hecha para la comedia, porque, aunque siempre haga de tonta, es la tonta más encantadora de la historia del cine.
Lauren Bacall, con su altura, su figura y sus conocimientos como modelo da credibilidad al trío. Y Betty Grable, «la chica de las piernas de un millón de dólares», pone la inteligencia y el buen humor en un trío perfecto.
No puedo dejar de mencionar el extraordinario vestuario, creo que me quedaría con todos y cada uno de los vestidos de fiesta que salen en la película. El responsable de este alarde de buen gusto es William Travilla, su trabajo recibió una nominación a los Oscar de Hollywwod.
Una divertida comedia que consiguió un tremendo éxito en taquilla y que a mí me ha encantado.
Gemelo: pasador formado por dos piezas unidas por un pequeño vástago o por una cadenita, que se usa para cerrar el puño de la camisa.
Los gemelos están diseñados solo para usarse con camisas con ojales a ambos lados, y que por tanto no llevan botones. Estos puños pueden ser sencillos o dobles, pudiéndose llevar ya sean «besándose» (enfrentados) o solapándose uno con el otro. Sin embargo, se suelen preferir los puños «besándose».
Una pieza de joyería eminentemente masculina, pero que las mujeres hemos adoptado en los últimos años, y que según la National Cuffling Society ya se encontraron evidencias de su uso en jeroglíficos antiguos en la tumba de rey Tut. No obstante, los gemelos tal y como los conocemos hoy en día fueron usados por primera vez durante el siglo XVIII.
No fue hasta mediados de este siglo con la invención de la máquina de estampación a vapor, la electro-metalurgia y la máquina de torneado a Guilloché, que se pudieron fabricar gemelos un poco menos artesanales, ya que hasta ese momento todo el proceso se hacía manualmente.
A medidos del S.XIX se popularizó su uso al ponerse de moda lo que conocemos ahora como el puño francés o camisa de doble puño -moda que se ha mantenido desde entonces- y por la que siguen siendo tan populares este tipo de joyas masculinas. Es esta época se popularizó mucho la costumbre de guardar un pequeño mechón de pelo, de un amor perdido, debajo del cristal del gemelo de un hombre como signo de pena y de nostalgia.
Durante 1880 en América, George Krementz patentó un dispositivo basado en una máquina de fabricación de vainas para la guerra civil, que podía producir en masa botones y gemelos. De repente, todos los negocios estadounidenses estaban encargando gemelos para publicidad o como regalos para incentivar a sus clientes
Ya en el siglo XX se popularizaron los gemelos de esmalte. Los artesanos de la casa Fabergé, que con la revolución comunista se vieron forzados a emigrar de su país, viajaron hasta América y Europa popularizando el uso de este tipo de técnica en la fabricación de joyas para hombre.
Si os interesa la historia de los gemelos y su evolución a lo largo del tiempo, no podéis dejar de visitar el Cufflink Museum (Museo del Gemelo) en Conway, New Hampshire, que exhibe orgulloso más de 70.000 pares. No he sido capaz de encontrar el link a su página Web, no sé si es que no tienen o se encuentra registrada por otro nombre, pero me quedo con ello pendiente y si la localizo la incluiré aquí más adelante.
Una de las colecciones más completas y exclusivas de las que he podido tener referencia, ha sido la de la familia real inglesa. Tres generaciones de reyes en una colección de gemelos. La colección incluye gemelos que cubren los reinados de Eduardo VII y sus sucesores, Jorge V y Eduardo VIII, y sigue siendo ampliada por el actual Príncipe de Gales.
Son un regalo elegante, discreto y duradero. Un recuerdo para toda la vida. Una joya que pasa de padres a hijos y que perdura en las familias, más allá del tiempo.
Nominada al Oscar a la mejor actriz (Ava Gardner y Grace Kelly).
Globo de Oro a la mejor actriz (Grace Kelly).
Curiosidades:
Grace Kelly y Clark Gable tuvieron una pequeña aventura durante la filmación de la película.
Ava Gardner abortó durante los meses del rodaje de un hijo con Frank Sinatra.
La censura española de la época, que no permitía el adulterio, presentó al matrimonio Kelly-Sidney como si fueran hermanos. Sin embargo, en una escena aparecen juntos en la cama.
Maureen O´Hara iba a hacer el papel de Ava Gardner, pero la Metro tenía comprometida una película con Ava y la metió en ésta. John Ford, molesto con esta decisión, trató fatal a la actriz.
Gran parte de la película se rodó en estudios de Hollywood.
Es una de las dos únicas películas de MGM que no tiene banda sonora.
Amor, infidelidades, celos… La selva convierte al hombre en animal salvaje. Con un plantel de actores de primerísima fila, John Ford, maestro de los maestros, nos lleva a la selva africana en un frenesí de deseo, con un trío entre dos mujeres y un hombre.
Un ya bastante maduro Clark Gable, atractivo, valiente, pero sobre todo seductor, rivaliza para mi gusto en protagonismo con una salvaje Ava Gardner. Ava, está magistral, rebosante de feminidad, simpatía, picardía y, sobre todo, cargada de fuerza sexual. Una bellísima gata salvaje que se convierte en protagonista indiscutible de toda la película, frente a una la insulsa, cándida y mojigata Grace Kelly. El fuego helado, la llamaban en Hollywood. Ava, se hace con la película ella sola. Está soberbia.
Estoy segura de que la fotografía de Robert Surtees debió ser sorprendente para la época. El recorrido que hace Robert por la selva Africana, debió dejar boquiabierto a más de uno en esos años 50.
Yo, desde luego, me quedo con Ava. Creo que habría merecido un Oscar por esta interpretación, pero ese año sería para Audrey Hepburn y sus “Vacaciones en Roma”.
A muy principios del S.XX los hermanos Mazer, Joseph y Louis, inician un negocio de joyería en Philadelphia, concretamente corría el año de 1917. A los pocos años se trasladaron a Nueva York, abriendo allí una joyería que pronto cambiarían de nombre por el de Mazer&Company Inc.
Desde un principio contaron con Marcel Boucher como diseñador de la compañía, pero a mediados de los años 30 Marcel les abandonó para fundar su propia empresa.
Mazer&Company Inc realizó piezas de joyería de alta calidad usando cristales de Swarovski, situándose en el mercado con piezas de precio medio, si bien hoy en día sus piezas son bastante cotizadas por los coleccionistas.
En 1946 los hermanos se separaron: Joseph Mazer fundó Joseph J. Mazer and Company (más conocida como JOMAZ), manteniendo Louis Mazer la compañía original hasta 1951, año en que cerró definitivamente sus actividades.
Joseph Mazer realizó los primeros trabajos de Jomaz sobre una base de metal plateado o rodiado, pero fueron las piezas bañadas en oro su distintivo en los años 60.
El broche que os traigo hoy de muestra es una de esas piezas de los años 60 bañada en oro. Es una de las piezas que se pudo disfrutar en la exposición de bisutería de firma que preparamos el año pasado en nuestro espacio de Claudio Coello, 60.
Las primeras piezas de Mazer&Company Inc. están marcadas «Mazer Bros». Las últimas piezas de Joseph J. Mazer and Company tienen la marca «Mazer», «Joseph Mazer» o «Jomaz».
Jomaz contó con varios diseñadores a lo largo de su corta trayectoria:
Andre Fleurida, Thierry Muglero o Sandra Miller fueron algunos de sus artesanos.
En 1948 un anuncio de la prestigiosa revista «Harper´s Bazaar» rezaba este anuncio sobre la marca:
Gregory Peck propuso que el nombre de Audrey Hepburn fuera antes que el suyo en los créditos, porque sabía que iba a ganar un Oscar.
William Wyler solía hacer varias tomas de una escena. No sucedió con la de la «Boca de la verdad», cuando Gregory Peck escondió su mano bajo la manga y la reacción de Audrey Hepburn fue totalmente real y espontánea. La escena no se repitió.
Fue la primera película americana rodada totalmente en Italia.
La secuencia de la Embajada incluía a nobles italianos reales, los cuales donaron sus sueldos a la caridad. En la escena final de la rueda de prensa, los periodistas también son reales.
Wyler estuvo a punto de cancelar el proyecto porque quería a Jean Simmons y ésta no estaba disponible.
Está en el puesto número 4 de las 10 mejores comedias románticas de todos los tiempos, según el American Film Institute.
Se pensó en Cary Grant para el papel protagonista, pero lo rechazó por ser demasiado mayor. Más tarde trabajaría con Audrey en «Charada», haciéndose grandes amigos.
Vacaciones en Roma, una seductora y elegante comedia romántica que convirtió tanto a su protagonista como a la ciudad de Roma en un icono para la eternidad.
La película se iba a rodar en color en Hollywood y protagonizada por una actriz de primera categoría. Se pensó en Elizabeth Taylor, entre otras, pero Wyler insistió en rodarla en Roma, por lo que los costes hubo que reducirlos, rodando en blanco y negro y contratando a una desconocida Audrey Hepburn.
Para ser la primera película de la que la joven y encantadora Audrey Hepburn era protagonista, nada podía haber salido mejor. Éxito de crítica, de público y un premio de la Academia. Como si estuviera hecho a su medida, Audrey Hepburn se mete en el papel de una princesa europea que se va de aventura urbana con un periodista que queda perdidamente enamorado de la joven. Sin olvidar escenas memorables como el paseo en Vespa o la divertida escena en la «Boca de la verdad», la película es un hermoso cuento de hadas adaptado a la modernidad de los tiempos. La ingenuidad e inocencia de Audrey se convertirían en legendarias, lo que hizo que el público la adorara siempre.
Con una fotografía fantástica, la película recorre la ciudad de Roma mostrándonos algunos de sus rincones más populares. La escena en la que los dos protagonistas recorren la ciudad en Vespa, produjo un interés mundial por el famoso vehículo de dos ruedas y los recorridos turísticos en moto por la ciudad.
En unos de los finales más emotivos que he visto hasta ahora…
En esta imagen de arriba , Audrey posa con el vestido de novia que nunca llegaría a utilizar. Mientras rodaba Vacaciones en Roma, Audrey estuvo a punto de casarse con James Hanson, un playboy de Londres, rompiendo el compromiso tan solo dos semanas antes de boda.
Audrey pidió a una de las diseñadoras, Zoe Fontana, que se lo regalase a otra chica que no pudiese costearse un vestido para su boda. La afortunada fue Amabile Altobello, una chiquilla de 20 años que vivía a las afueras de Roma. La prenda entró en la subasta de la colección de costura de la actriz que se llevó a cabo en 2009, vendiéndose por 16.000 euros.
Con la presente obra de arte, nos adentramos en el apasionante mundo del Renacimiento Italiano. A finales del siglo XV, Florencia vivía mucho más adelantada que otras ciudades a nivel cultural y científico; pero lo que no nos suelen decir o no nos informan de ello, es que Florencia estaba más avanzada en la Magia que el resto de la actual Europa.
Sí, un mundo mágico era el que cada día regía a los seres humanos en el Renacimiento Occidental, pero Florencia destacaba siempre por encima de las demás urbes. Eruditos que eran a la vez magos y astrólogos, instruían con sus enseñanzas a sus discípulos y nobles señores.
Y en este ambiente sabio y mágico nace La Primavera de Sandro Botticelli, una de las mejores obras de arte de toda la historia.
En el presente artículo se desvelan, por fin, todos los misterios que han acompañado a dicho cuadro desde su creación.
Vivan conmigo esta apasionante aventura.
Esperanza Parra López es Licenciada en Historia del Arte y cuenta en su expediente con diecisiete sobresalientes y siete matrículas de Honor.
Ella es nuestra Vintage Blogger de abril y ha traído en primicia hasta nuestro blog su trabajo de investigación sobre el famoso cuadro La Primavera de Botticelli, por el cual el Ministerio de Educación la concedió una beca y en el que obtuvo una matrícula de honor.
Os dejo el link al trabajo completo.Una verdadera joya de la investigación:
La palabra Filigrana procede del latín filum, hilo y granum, grano, o sea literalmente “hilo granulado”. Aunque en realidad se trata de dos hilos trenzados, y no de un solo hilo.
El arte de la filigrana es antiquísimo. Tenemos constancia de restos de este tipo de joyería desde hace más de 3.000 años; esta técnica ya la practicaron los egipcios, los fenicios y los griegos. Estos últimos la trajeron hasta la Península.
La técnica está realizada con dos hilos de distinto grosor, el más grueso se usa para esculpir el contorno de la pieza y el más fino sirve para crear los minuciosos detalles característicos de la filigrana, es decir, sirve para ir rellenando los huecos. El orfebre tiene que ayudarse de unas pinzas para hacer el relleno con los hilos y es en esta parte del trabajo donde más se nota la habilidad de sus manos. La soldadura debe ser ligera para que no deje huella.
Una vez rellena la pieza se coloca sobre un lecho de carbón vegetal, se espolvorea con polvo de soldadura y se suelda con lamparilla de alcohol y soplete. Terminada la soldadura, y ya en frío, se pule y abrillanta la pieza.
El resultado es una delicada y ligera pieza de joyería que nos recuerda a un suave y primoroso encaje. Una pieza única e irrepetible.
Aún hoy, existen orfebres que utilizando las técnicas de antaño y grandes dosis de paciencia y habilidad, consiguen hacer piezas que nos dejan sin palabras.
Podemos afirmar que la filigrana es una de las técnicas más bellas y delicadas de la joyería.
Gene Kelly insultó a Debbie Reynolds porque no sabía bailar. Fred Astaire la encontró llorando en el estudio y la ayudó.
La escena de «Cantando bajo la lluvia» llevó todo un día prepararla. Gene Kelly estaba con fiebre y, a pesar de todo, se filmó toda la secuencia en una sola toma, que es exactamente lo que se ve en la película.
Después de hacer el número de «Makeemlaugh», Donald O´Connor tuvo que ser hospitalizado por agotamiento. Fumaba cuatro paquetes de cigarrillos al día.
Donald O´Connor admitió que nunca le gustó trabajar con Gene Kelly, porque era demasiado tirano.
Después del número de «Goodmorning», Debbie Reynolds tuvo que ser llevada a su camerino con los pies sangrando. Gene Kelly decidió volver a grabar los sonidos de claqué, tanto los de Debbie como los suyos.
Debbie Reynolds tenía 19 años y aún vivía con sus padres. Se levantaba a las 4 de la mañana para ir al estudio y tenía que coger tres autobuses. A veces se quedaba a dormir en el estudio.
El guión se escribió después de las canciones.
El negativo original de esta película se quemó en un incendio.
A Cyd Charisse le tuvieron que enseñar a fumar para la escena que hizo con Gene Kelly.
Está en el puesto número 5 de las mejores películas de todos los tiempos, según The American Film Institute, y en el 10 de Entertainment Weekly, siendo en ambos casos el mejor musical de la historia.
Se pensó en Judy Garland, June Allyson y Ann Miller para el papel de Kathy Selden, pero eran demasiado mayores. También se pensó en Jane Powell y Leslie Caron.
Debbie Reynolds tuvo que frotarse los ojos con cebolla para la escena penúltima en la que tiene que llorar.
Sin duda, la mejor comedia musical de todos los tiempos. Gene Kelly sensacional, perfeccionista y exigente tanto consigo mismo como con el resto del reparto, consiguiendo una vez más una obra maestra del género musical.
Mucho más atlético que Fred Astaire, sus escenas resultan espectaculares. Sin olvidar el magnífico reparto con un Donald O´Connor que no deja de hacernos reír, y una encantadora y jovencísima Debbie Reynolds que supo finalmente estar a la altura del durísimo papel que le tocó interpretar.
A destacar números musicales como «Makeemlaugh», «Mosessupposses», «GoodMorning», las espectaculares piernas de Cyd Charisse y, por supuesto, el número que da título a la película: «Singing in the rain».
Seguramente no os sonará nada este nombre, pero en cuanto os ponga en antecedentes y comencéis a ver sus imágenes, estoy segura de que la mayoría de los que seguís el blog os daréis cuenta de que ya admirabais su trabajo antes de que yo os explicara de quién se trata.
Sarah Moon es la fotógrafa que realizó la campaña de lanzamiento de Anais- Anais de Cacharel. ¿Recordáis esas imágenes tan románticas que acompañaban a la colonia? ¿Esas imágenes que se convirtieron en un icono en los 80? Pues todas salieron de su cámara.
Sarah Moon es una autora con personalidad propia, sus imágenes son inconfundibles. Ha conseguido renombre internacional con su estilo rico, refinado, elegante y, casi diría, que único.
Su uso de películas Polaroid y un tratamiento muy personal de los negativos, dan como resultados unas fotografías que parecen salidas del pasado: fotografía en blanco y negro que no tienen blanco, viñetas, desenfoques, texturas, ojos cerrados, rostros borrosos, espacios cerrados; pero sobre todo elegancia, muchísima elegancia es lo que vais a encontrar en todas sus imágenes.
«A menudo envidio aquellos que saben fotografiar la vida. Yo la rehúyo, empiezo de la nada, no testifico sobre nada, me invento una historia que no cuento, me imagino una situación que no existe, creo un lugar o borro otro, desplazo la luz, desrealizo y luego ensayo … Sarah Moon»
Y ahora que ya sabéis quien es Sarah Moon, os cuento un poquito más mi experiencia con ella durante este mes de marzo.
Me enamoré en el segundo uno de su trabajo, de todas y cada una de sus fotografías, y me puse a recopilar en una carpeta todas las que quería reproducir. Carpeta que cada vez tenía más y más imágenes. El flechazo fue total. Necesitaba una modelo, alguien que me permitiera captar la esencia de Sarah, la belleza de sus imágenes, su serenidad, su delicadeza…y llamé a Monica Gianninni. La conté por encima el plan y no lo dudo un segundo… Me dijo sí.
Yo estaba entusiasmada y muy nerviosa, he de reconocerlo. Me presenté en su casa cargada con todos mis bártulos: telas, tocados, polveras, pañuelos… Fueron casi cuatro horas de sesión en su terraza. Mónica no solo es bellísima por fuera, como podéis comprobar en las imágenes, Monica es artista, pintora y, como tal, tiene una sensibilidad especial para plasmar la belleza. Eso me ayudó muchísimo a la hora de capturar las imágenes.
Siempre que nos juntamos nos reímos a carcajadas, pero esa tarde terminamos agotadas las dos. Dice Monica que el trabajo de modelo es durísimo, y tiene toda la razón. Menuda paliza la di a la pobre y qué bien se portó ella. Se metió en el papel de cada una de las modelos y estoy convencida de que ello se muestra en las imágenes. Mil gracias Mónica, sin ti este proyecto no habría sido igual.
La segunda parte de las fotos las hice con Carola en casa: una sábana blanca, un pequeño foco iluminando el fondo y mi flash de mano. Esta otra sesión me encanta por su estilo tan delicado. Son fotos que Sarah Moon hizo para el Vogue hace muy poco años.
Luego han sido muchas horas de edición y mil vueltas con mis compañeras de aventura. El grupo de Facebook echa chispas desde hace quince días: consejos, sugerencias, risas… Hemos tenido de todo. Es impresionante el gran trabajo que han hecho todas mis compañeras. De verdad os lo digo, no dejéis de pasar a ver las fotos del resto porque os merecerá la pena sin duda alguna.
Os dejo el link al blog de Verónica, Araceli y Eva ; y al Flickr de Beatriz, Iratxe, Sylvia y Sara . Os invito a disfrutar de un buen rato con su trabajo, porque es increíble lo que han hecho todas.
Quiero dar las gracias a Mima Molina, de no ser por ella no habría conocido en profundidad el trabajo de Sarah Moon. Ella es su fotógrafa, pero lamentablemente por motivos personales Mima no ha podido participar este mes.
Muchas gracias a todos los que sé seguís este proyecto de cerca.
El debut de Marlon Brando en el mundo del celuloide no pudo empezar mejor. El actor está descomunal interpretando a un bruto y presuntuoso machista barriobajero, al que solo podemos asociar a la más brutal violencia de género. Retador, desobediente y con la única motivación de ser reconocido por su fuerza y su indiscutible atractivo sexual.
Una personalidad acentuada por el abuso del alcohol y al que comencé a odiar a los pocos minutos de comenzar la película. Su desprecio por la fragilidad y la vulnerabilidad tanto de su mujer como de su cuñada, son absolutamente despiadados.
Marlon se enfrenta a una Vivien Leigh desequilibrada, débil, frágil y mentirosa. Su interpretación de una mujer sureña, que vive anclada en un pasado feliz y que solo busca la amabilidad y las cosas bonitas de la vida es sobrecogedora. El miedo reflejado en sus ojos cada vez que se cruza con Brando es tan real, que no dejas de sentir una pena inmensa por ella a lo largo de toda la película.
La batalla entre los dos personajes se convierte en un duelo interpretativo de un magnetismo sinigual. Vivian Leigh se convierte en el complemento perfecto para Brando, formando una pareja interpretativa impactante. Ambos actores consiguieron una química brutal e irrepetible.
«Un tranvía llamado deseo» es dura, muy dura… Sus casi dos horas de duración no te dejaran indiferente.
Es imposible verla y no sentir un nudo en el estómago.
Curiosidades:
Vivien Leigh, que en la vida real sufría trastorno bipolar, tuvo dificultades en distinguir su vida de la de Blanche Dubois.
A medida que avanzaba la película el apartamento Kowalski se iba haciendo más pequeño, para acentuar la claustrofobia de Blanche.
La censura eliminó 68 frases y la Legión Católica de Decencia añadió varios cortes más, todos relacionados con la homosexualidad y la violación.
Antes de Vivien Leigh se le ofreció el papel a Jessica Tandy y a Olivia de Havilland.
La frase «I have always depended on the kindness of strangers» (siempre he dependido de la amabilidad de los extraños) está en el puesto 75 de las mejores frases de cine. Y la película está en el puesto 47 de las mejores de la historia.
Marlon Brando detestaba el personaje.
Vivien Leigh hacía de mujer mayor, aunque sólo tenía 36 años.
Se le ofreció el papel a Robert Mitchum y a John Garfield.
La película se rodó en 36 días laborables.
William Wyler quiso hacer la película con Bette Davis como protagonista.
Premios:
Oscar a la mejor actriz (Vivien Leigh)
Oscar al mejor actor secundario (Karl Malden)
Oscar a la mejor actriz secundario (Kim Hunter)
Oscar a la mejor dirección artística.
La película fue nominada y ganó muchos otros premios que os invito a conocer en la página web de IDBM.
El esmalte es un compuesto de vidrio al que se le añaden óxidos metálicos que permiten obtener una infinidad de colores y tonos, alcanzando su punto de fusión a una gran temperatura lo que le confiere una longevidad y belleza enorme.
Hay muchos tipos de esmalte, pero yo me voy a centrar en los más utilizados en joyería:
Champlevé:
En esta técnica lo que se hace es rebajar la superficie a esmaltar en distintos niveles con ácido creando así los distintos dibujos, para posteriormente proceder a rellenar los huecos con esmalte. Es muy importante que la zona a rellenar esté perfectamente preparada para que el esmalte se adhiera de forma homogénea. El esmalte así queda como “encerrado” entre el metal. Posteriormente, como en el resto de técnicas, se pule y abrillanta.
Cloisone:
En esta técnica se emplean pequeños hilos de metal que se colocan creando dibujos atractivos y dejando pequeños huecos entre medias. Estos espacios se rellenan luego con esmalte de distintos colores. La pieza, luego, se puede lijar más o menos según el gusto del artesano para igualar los niveles.
Plique-à-jour:
Esta es la técnica más complicada, pero la más bella y delicada de todas. Se aplican repetidas capas de esmalte en unas celditas sin fondo, de esta manera se rellenan los huecos pero el esmalte deja pasar la luz y queda transparente, casi como si de una vidriera se tratase. En joyería se ha utilizado mucho y las piezas tienen una belleza impresionante. Requiere de unas manos muy expertas y precisas.
Os dejo algunas imágenes con ejemplos de los distintos tipos de esmalte.
Ya sabéis la ilusión que me hace recibiros en la tienda a todos, y lo que me gusta dejar constancia de ello en esta sección que para mí es tan especial.
Aunque viene mucha gente que no quiere aparecer en el blog, simplemente por timidez o por recato a la hora de mostrarse públicamente, en el caso de Sara y Araceli sabía que las dos estaban deseando venir y, además, formar parte de este pequeño rincón.
llegaron a Madrid en el AVE una tarde de un viernes, visitando mi espacio antes que nada para conocerlo de cerca.
Araceli; una enamorada de “El tiempo entre costuras”, de “Downton Abbey” y de toda serie de televisión que nos recuerde al pasado; o sea, una enamorada como yo de todo lo Vintage.
Araceli; cose, pinta, borda, hace ganchillo, bolillos, punto de cruz, calceta… Dice que es aprendiz de todo y maestra de nada. Pero no es cierto, Araceli es maestra de muchas cosas. Sobre todo es fotógrafo. Lleva el arte es sus venas y su sensibilidad emana de cada una de sus fotografías. Yo conocí su trabajo al poquito de entrar en Flickr, siendo uno de mis primeros referentes en esa red social y que continúa siendo una fuente de inspiración para mí. Me empapo de cada uno de sus trabajos. Tiene un blog de fotografía que es una delicia recorrer: elegante, entrañable y cargado de sensibilidad.
Me encantaría que os dierais un paseo por su trabajo. Yo he seleccionado algunas de las entradas que más me han gustado para haceros el paseo más sencillo, pero todas y cada una de ellas son una gozada.
A Sara la conocí un poco más tarde en un curso online. De Sara me apasiona su capacidad para captar instantes únicos en la vida de sus hijos. Tiene dos niños pequeños y me encanta como retrata su vida cotidiana, ese día a día cargado de tesoros que dejamos pasar si no los capturamos con nuestra cámara. Yo tengo una memoria nefasta y me da muchísima envidia pensar en la cantidad de detalles que Sara está guardando de la vida con sus hijos, para poder disfrutarlos el día de mañana, recuerdos que a mí con el tiempo se me van borrado de la mente.
Me encanta su tratamiento del blanco y negro, evocándome sus imágenes recuerdos de mi infancia y de la de mis propios hijos. Esos recuerdos sencillos y cotidianos que nos hacen la vida más feliz.
Sé que Sara va a abrir un blog en breve en el que vamos a poder seguir todo su trabajo. De momento os dejo el link a un blog que comparte con un grupo de fotógrafos, llamado “LitelPeople”. Un lugar en el que recopilan cada semana escenas de la vida cotidiana de sus hijos. Un proyecto de 52 semanas que ya ha recorrido más de la mitad de su camino.
Me encantó conoceros a las dos, poneros cara y compartir ese fin de semana que fue muy, pero que muy, especial para las tres.
Premios: Nominada al Oscar en 1952 a la mejor canción original.
Curiosidades:
La canción que baila Fred Astaire en la habitación se hizo colocando en esta la cámara y el operador en una jaula giratoria de 10 metros de diámetro.
Según una entrevista, Fred Astaire intentó bailar con más de treinta percheros antes de que el Estudio decidiera fabricar el suyo propio, por un coste (al cambio actual) de 4000 dólares. El perchero desapareció poco después del estreno.
Fred Astaire y Jane Powell cantan la canción con el título más largo de la historia del cine: «How Could You Believe Me When I Said I Love You When You Know I’ve Been a Liar All My Life» (Cómo podrías creerme cuando te digo que te quiero cuando sabes que toda mi vida he sido un mentiroso).
June Allyson y Judy Garland fueron candidatas al papel protagonista.
En Inglaterra se cambió el título por «Wedding Bells» (Campanas de boda), para no confundirla con la reciente boda de la Princesa Isabel (La reina Isabel II).
La tienda «Harridge´s» es una mezcla de «Harrod´s» y «Claridge´s», unos conocidos grandes almacenes y un hotel de cinco estrellas en Londres, respectivamente.
La escena del baile en el tejado parece estar hecha en una sola toma, pero si os fijáis con atención hay tres, quizá cuatro, cortes muy sutiles.
La historia recuerda vagamente a lo sucedido realmente a la hermana de Fred Astaire, Adele, que se casó con Lord Charles Cavendish, hijo del Duque de Devonshire. Justo como Jane Powell, que hacía de hermana de Fred y que se casa con un Lord inglés al final de la película.
Un musical de los de antes, con una puesta en escena bárbara y de lo más cuidada.
Probablemente en esta película está la escena que hizo a Fred Astaire famoso en todo el mundo, etiquetándole ya para siempre como el mejor bailarín de Hollywood de todos los tiempos. Realmente hubo gente que pensó que era capaz de volar.
La escena a la que me refiero es la ya mítica en la que Fred Astaire, que comienza bailando en el suelo y acaba recorriendo el techo de la habitación, como si de un mago se tratara.
La escena tiene una perfección técnica impresionante, y más teniendo en cuanta la época en la que fu rodada, en la que no se podían hacer los montajes digitales que se hacen ahora.
Con una cámara en la habitación, metida en una jaula, Fred Astaire demuestra por qué el cine de mediados del siglo pasado era el espectáculo que llevaba a todo el mundo a disfrutar de una buena película.
Fred Astaire, que vuelve a demostrar un gusto y elegancia exquisitos para el baile, no sólo por la susodicha escena sino también por otras como el baile de los protagonistas en el barco que les lleva hacia Inglaterra. O el de Fred Astaire con un perchero en el gimnasio, casi tan famosa como la de la habitación.
Si os gustan los musicales y el baile, solo por ver estas tres escenas merece la pena ver la película.
Con este video que he encontrado en Internet, se entiende bastante mejor como se montó la escena de la habitación:
Estamos decididas a darles una gran sorpresa este mes a nuestros chicos.
Y pensando en ellos: en nuestros padres, hermanos, compañeros …, hemos decidido celebrar un sorteo “Especial del día del Padre”, para el que hemos buscado un regalo muy especial.
¡¡Vamos a vestirlos de fiesta con unos gemelos únicos!! Una pieza realizada con una pareja de botones antiguos.
Es súper sencillo. Sigue estos pasos y participa en el sorteo de estos preciosos gemelos: