Si eres de las que alguna vez soñaste con lucir unos pendientes pintados por Tintoretto, las famosas joyas de Desayuno con Diamantes o la tiara de Sissi Emperatriz, este es tu espacio igual que nuestro.
Celestino Ansorena deja Álava, su ciudad natal, a finales de los años 30 y se instala en Madrid, donde empieza a abrirse camino como joyero en su taller joyería de la calle Espoz y Mina. Será muy pronto cuando, gracias a su gran maestría como joyero, realizará su primer encargo importante: la reina Isabel II encarga una tiara papal para el Papa Pio XIX con motivo de la proclamación de la Inmaculada Concepción. Tras este primer encargo para la casa real, se producen muchos más de la alta sociedad madrileña, como un brazalete para la viuda del general Diego de los Ríos, una espada para el general Martínez Campos, infinidad de condecoraciones oficiales y los popularmente apodados “lazos de dama”.
En 1860 Celestino Ansorena es nombrado “joyero y diamantero de la Real Casa“. El rey Alfonso XII encarga en Ansorena la diadema que lucirá en su boda su esposa María de las Mercedes.
El negocio después de Celestino Ansorena
En el año 1896 muere Celestino y sus descendientes se hacen cargo del negocio, continuando con la gran trayectoria de Celestino. En 1905 se encarga a los talleres de Ansorena una espectacular corona para la Virgen del Pilar, empleando para su creación joyas procedentes de miles de familias españolas. Para su elaboración intervinieron 33 artesanos joyeros y se tardaron 44 días en terminarla.
A partir de este encargo comienza para Ansorena una época de gran prestigio y producción, Además de la Casa Real, toda la alta sociedad madrileña luce creaciones de casa Ansorena. En 1912 recibe casa Ansorena el nombramiento de “Proveedores de la Real Casa, “como reconocimiento a su brillante labor en el arte de la joyería.
Alfonso XIII encargará la tiara de brillantes que lucirá su esposa Victoria Eugenia el día de su boda, apodada “la buena”. El taller de la calle Espoz y Mina se cierra y se traslada a la calle Alcalá, donde actualmente se encuentra. La reina Victoria Eugenia, amante de las joyas, se convertirá en una asidua clienta de la casa Ansorena.
De Ansorena es el collar famoso “de chatones” que el Rey Alfonso XIII regala a la reina Victoria Eugenia, al cual irá aumentando con dos diamantes en cada aniversario, cumpleaños, nacimiento de un hijo, … Llegando el collar a poder dar dos vueltas.
Con la guerra civil española la joyeria interrumpe sus producciones y cierra la tienda. Será en 1940 cuando los descendientes de Celestino Ansorena abran de nuevo los talleres, continuando hasta el día de hoy en que sigue siendo una de las joyerias mas significativas de Madrid. De Ansorena es la tiara “flor de lys” que el rey Felipe VI regaló a Doña Letizia con motivo de su boda.
Parece mentira que ya estemos en mayo, y como todos los meses, hoy vamos a hablar de la piedra natal de este mes. En este caso, es la esmeralda. Una piedra preciosa que nos gusta muchísimo a las dos. El origen de la palabra esmeralda no lo tengo muy claro, he encontrado referencias de dos versiones diferentes.
Origen de la palabra esmeralda
Por un lado, encuentro que la palabra esmeralda viene del francés antiguo “esmeralde”, deformación vulgar del latín “smaragdus”. Este vocablo latino viene, a su vez, del vocablo griego “smáragdos”, que significa esmeralda.
La otra teoría es que procede del vocablo persa “zamarat”. Que significa “piedra verde”. Lo cual nos indica que no está nada claro el origen de la palabra.
La esmeralda es un mineral que pertenece a la familia del berilo, el cual se presenta incoloro. Pero cuando contiene cromo y, algunas veces, vanadio adquiere el tono verde especial de la esmeralda.
Es, además, la única piedra preciosa de este color que se encuentra en la naturaleza en forma cristalina. Geológicamente es un auténtico fenómeno de la naturaleza, por lo cual solo se encuentra en muy determinadas zonas del planeta. Las esmeraldas procedentes de Colombia, se encuentran en terreno de rocas sedimentarias. Mientras que las que proceden de Brasil, Zimbabue, Zambia o Egipto son extraídas en terrenos de rocas volcánicas.
Su historia
Ya en el 4000 a.C era uno de los productos estrella en los mercados y zocos de Babilonia. Gracias a los escritos de Estrabón sabemos que, en el alto Egipto, había unos enormes yacimientos de esmeraldas. De aquí es de donde procedían casi la totalidad de las esmeraldas de la antigüedad, llamado Smaraglus Mons, “montañas de esmeraldas”.
Se cree que la explotación de estas minas se remonta al año 1800. a.C. Y que su producción, ya muy debilitada, llegó al reinado de Cleopatra, quien las explotó al máximo debido a la gran debilidad que sentía por estas piedras. Después de su muerte, la explotación de las minas se abandonó.
En cuanto a Europa, encontramos el yacimiento de Habachtal. Este yacimiento proporcionó las valiosas esmeraldas que lucieron los cortesanos y la nobleza de la Edad Media.
Cuando los españoles llegaron a Perú en el siglo XVI, se encontraron por primera vez con esta piedra. Los Incas la utilizaban tanto para adornarse como para comercializar con ella.
En 1537 llegaron los españoles al territorio de los Muzo-Colombia. Los muzos guardaron el secreto de sus yacimientos de esmeralda, pero por casualidad, en 1555, Antonio Sepúlveda dio con ellos. Los españoles estuvieron sacando piedra de allí hasta principios del S.XIX.
La exportación de esmeraldas
Desde entonces, Colombia abastece el mercado internacional de esmeraldas en un 55% del total de las exportaciones mundiales. Colombia es el mayor productor, seguido de Brasil y, en tercer lugar, Zambia. Las esmeraldas colombianas son muy apreciadas por su color verde radiante, que solo lo da el subsuelo colombiano. Mientras que las del Brasil son famosas por su variedad de tonalidades verde, que va desde el verde clarito a un bonito verde medio oscuro.
Zambia fue una antigua colonia Británica, y cuenta con varios yacimientos de esmeraldas. Entre todos ellos, el yacimiento de Mina Miku es el que produce esmeraldas de una calidad extraordinaria. Sus tonalidades de verde, su bajo número de inclusiones y su transparencia se pueden comparar con las esmeraldas de Colombia. Su producción es mucho menor que la de Colombia, abasteciendo el mercado internacional en un 5%. La demanda de las esmeraldas de Zambia ha experimentado un alza considerable desde que Tiffany lanzara toda una colección de alta joyería con esmeraldas de Zambia.
Algunas clases de esmeraldas especiales:
La esmeralda Trapiche.
Es una esmeralda especial que solo se encuentra en Colombia (Mina Muzo y Mina Peñas Blancas). Esta esmeralda tiene la particularidad de que, en su interior, crece un mineral llamado albita, formando una rueda de seis ejes de color negruzco. Son esmeraldas muy escasas y muy apreciadas por los coleccionistas, llegando a alcanzar altísimos precios.
Esmeralda Ojo de gato.
Es otra variedad de esmeralda que solo se encuentra en las minas de Coscuez, localizadas en Boyacá (Colombia). Tiene irisaciones y refleja la luz formando una línea luminosa perpendicular que recuerda al ojo del gato.
Algunas de las esmeraldas más famosas de la historia:
Teodora: Es la esmeralda tallada más grande del mundo, tiene 57.000 quilates. Su procedencia es del Brasil y está valorada en 11 millones de euros.
Fura: Es la segunda esmeralda más grande del mundo, después de la Esmeralda Teodora. Su procedencia es de las minas Muzo (Colombia). Se halló en 1999 junto con la esmeralda Tena, tiene 11.000 quilates.
Tena: Es la esmeralda más valiosa del mundo debido no tanto a su tamaño, si no a su color verde oscuro. Tiene 2.000 quilates y fue hallada en las minas Muzo (Colombia) junto a la esmeralda Teodora.
Gachalá: Extraída en 1967 en la mina de la Vega de San Juan en Gachalá (Colombia). Tiene 858 quilates y es de un verde transparente intenso. Está expuesta en el Instituto Smithsoniano de Washington.
Mogul: Otra de las esmeraldas más grandes del mundo. Fue extraída en Colombia (mina Muzo). Su peso es de 217,80 quilates y fue vendida a la India en el siglo XVI, donde las esmeraldas eran muy demandadas por el Imperio Mogol. Fue el constructor del Taj Mahal, el emperador musulmán Shah Jahan, de la dinastía Mogol, quien mandó cortarla en forma rectangular y hacer en las dos caras unas grabaciones. En un lado están grabados textos de oraciones, y por el otro lado lleva tallados adornos florales. La esmeralda fue subastada y hoy está expuesta en el Museo Islámico de Qatar.
Vintage by López-Linares
En nuestra web podrás encontrar varios modelos de pendientes realizados con esmeraldas. Al ser una piedra tan difícil de encontrar no tenemos una amplia colección, pero los pendientes que tenemos de esmeralda seguro que te van a encantar. Si has nacido en mayo o quieres hacer un regalo a una persona nacida en mayo, sin duda la esmeralda es el detalle perfecto.
Toledo es, sin duda, el centro mundial en la producción de artesanía damasquina, y el lugar en el que aún se pueden encontrar la mayor cantidad de comercios dedicados, casi por entero, a realizar y comercializar piezas con esta técnica milenaria, el damasquino.
El Damasquino, también conocido como «el oro toledano», se basa en la incrustación de metales nobles, tales como el oro y la plata, sobre otros más comunes, como el hierro y acero pavonado. Es una técnica que se utiliza para decorar no solo joyas sino multitud de objetos de diversos usos. La técnica suele heredarse de padres a hijos, generación tras generación.
El proceso es muy lento y laborioso. Hay que dar forma a la pieza primero en hierro y posteriormente la pieza se marca con unos surcos, líneas y formas, para trazar el diseño deseado. Para después incrustar el hilo de oro o plata con un pequeño punzón.
Después, la pieza se introduce en el fuego, lo que provocará la oxidación del soporte y le dará el característico tono negro. Luego nos queda raspar, bruñir, pulir y rematar la pieza hasta que adquiera toda la belleza en las luces y las sombras de los diversos reflejos del metal.
En joyería es muy corriente encontrarlo en colgantes, pendientes, anillos y collares.
La palabra granate viene del latín “granatum”, que significa “con granos”.
El granate es un grupo de minerales que incluye seis variedades importantes de piedras preciosas, tan similares alguna de ellas que es difícil distinguirlas. El granate se da en todos los colores, menos en azul, siendo el color rojo-granate y el verde los más conocidos.
La transparencia, la trasmisión de la luz y su dureza son algunas de las características que le hacen ser una piedra muy apreciada en joyería, desde tiempos inmemorables.
Los yacimientos de este mineral se encuentran repartidos por todo el planeta, siempre junto a las altas cordilleras montañosas.
El granate ha sido una piedra muy utilizada por el hombre desde la Edad de Bronce. Por ejemplo, se han encontrado joyas con granate en Egipto, en Grecia y en el Imperio Persa, los cuales le llamaban “león Granate” y, entre otras aplicaciones, la usaban contra la fiebre.
En la Edad Media era una de las piedras más usadas para adornar joyas. Los cruzados llevaban granate engarzado en sus armaduras y escudos militares como símbolo de protección. Los bizantinos y visigodos han dejado una numerosa muestra de objetos adornadas con esta piedra.
En la época Victoriana y art Decó, el granate sigue siendo una piedra imprescindible en la joyería. La talla que se empleaba hasta entonces, la de cabujón, deja paso a la talla escalonada, en facetas o mixta, que le da un brillo y una luz mucho más espectacular.
Yo este mes se lo voy a dedicar a esta piedra, y hasta aquí os traigo algunos ejemplos de piezas que podéis encontrar en la web realizados con ellas.
Ya me diréis qué os parecen y si soléis usar joyas realizadas con esta piedra. A mí, personalmente, siempre ha sido una piedra que me ha resultado muy favorecedora y fácil de combinar. Eso sí, no me gusta que sea demasiado oscura que ya, casi, parezca negra.
Os dejo el link a una pequeñas selección de joyas con granate de nustra web:
La palabra “luto” procede del vocablo latino “luctus”, que significa dolor, aflicción, pena, … El luto es la expresión externa del sentimiento de duelo producido por el fallecimiento de un ser querido. La manera de manifestarlo varía según los diferentes tipos de culturas.
El origen de la costumbre de emplear el color negro en el luto por la muerte de un ser querido, típico de la cultura occidental, nos sitúa en el imperio romano. En este periodo tanto hombres como mujeres ya empleaban el color negro como expresión de duelo. Los magistrados romanos portaban en los cortejos fúnebres la “praetexta pulla”, una toga de color negro o gris oscuro, y las mujeres, desprovistas de todo tipo de adornos, vestían también ropajes de color negro.
Desde la muerte del ser querido hasta las exequias llevaban el “Ricinium”, prenda que cambiaban durante los funerales por un vestido negro más amplio llamado “pulla palla”. Años más tarde, en la época imperial, las mujeres fueron poco a poco haciendo uso del color blanco como color de luto, llegando a ser un signo de status social.
A partir del siglo II es cuando el color blanco se convierte en el color oficial del luto. Costumbre que se prolongará hasta la Europa medieval. No será hasta 1497, con la muerte del príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos, que se establece en España “La pragmática de luto y cera”, un conjunto de leyes mediante las cuales quedaba el color negro oficialmente establecido como expresión de luto, y desde allí se extenderá por toda Europa y América.
Pero el gran “esplendor” del luto ocurrirá en el siglo XIX en Gran Bretaña. A raíz de la muerte del Príncipe Alberto en 1861 su esposa la Reina Victoria, desolada por esta desgracia, impuso un riguroso luto en la corte. Pero las damas seguían asistiendo a toda clase de actos sociales, con lo cual se volvió habitual el empleo de la joyería de luto.
Piedras como el azabache, la obsidiana, el ágata negra y la hematita se trasforman en hermosos collares, broches, colgantes, pulseras, pendientes y tiaras. La gran demanda de azabache hizo subir de manera escalofriante el precio de las joyas, pero un americano llamado Charles Goodyear y un inglés Thomas Hancock inventan un nuevo material llamado ebonita o vulcanita, hecho con una mezcla de caucho, azufre y aceite de linaza, que pulido logra un brillo muy similar al azabache, pero con un precio mucho más asequible. Con lo cual la joya de luto estuvo al alcance de todas las clases sociales.
El luto en esta época es un gran negocio y origina a su alrededor toda una industria. En París nace la Maison de Noire y en Londres la Maison de Deuil, dos casas en las que se que venden todo tipo de prendas y accesorios de luto: vestidos, sombrillas, guantes, mantillas, velos, … De Suecia llega la moda de la joya elaborada con cabello humano, de la que ya os hablé hace unas semanas, creándose una artesanía que es aceptada con gran entusiasmo. Un mago de este tipo de joya es Antoni Forrer, el cual logra tejer los cabellos como si fuera encaje creando unas espectaculares piezas de joyería.
Los motivos decorativos en las joyas de luto solían ser temas florales. La rosa, si estaba en forma de capullo, significaba la muerte de un niño, y si la rosa estaba abierta significaba la muerte de un adulto. También temas vegetales de árboles, como el sauce, o la representación de un barco o un ancla simbolizando el largo viaje sin retorno.
A partir del siglo XX el color negro y las joyas de color negro dejaron de ser exclusivos de los ámbitos de luto, extendiéndose su uso para otros menesteres y llegando el negro a ser un color sinónimo de elegancia, muy usado en actos sociales de etiqueta.
No obstante, el color negro o los tonos oscuros siguen siendo un color usado en los actos de condolencia en el fallecimiento de una persona.
¿Conocíais este tipo de joyería?
Si tenéis alguna de estas joyas en vuestra familia me encantarara que me mandéis alguna foto para verlas y si os apetece publicarlas en este artículo.
El jade es una piedra semipreciosa usada y muy valorada desde la prehistoria debido a su gran dureza. Se utilizó para crear herramientas, armas y utensilios para la agricultura. Con el transcurso de los años, se le fueron atribuyendo poderes curativos y mágicos. Casi en todas las antiguas culturas el jade se usó para ritos religiosos, como amuleto de buena suerte, prosperidad y como símbolo del poder real.
Se sabe que el color original de esta piedra es el blanco, Sin embargo, según la composición de minerales que tenga en su interior, la gama de colores del jade es muy variada, yendo desde el blanco hasta el negro, pasando por el violeta, el celeste y por supuesto el verde.
El jade más conocido y valorado es el de color verde, y dentro del verde los más cotizados son el verde imperial y el verde manzana. Otro jade muy apreciado, debido a su escasez, es el jade lavanda.
Existen dos tipos de jade: la Nefrita, que es más duro y compacto, de grano fino y de tonos verdes con moteados de color oscuro, que se da en abundancia en Canadá, China, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Taiwán, Asia Central, México y Rusia; el otro tipo es la Jadeíta, de color blanco verdoso utilizado en la joyería, que se encuentra principalmente en Birmania, Tíbet, China, Japón y Guatemala.
En la antigua cultura china se consideró al jade como la piedra más valiosa. Se la denominaba “piedra imperial” o “piedra del cielo”, siendo muy valorada desde el neolítico y llegándose a considerar la piedra de los emperadores. El jade chino que se utilizaba antes del siglo XVIII era la nefrita, que se extraía de los yacimientos de los montes Kunlun. No siendo hasta 1784 cuando desde Birmania llegó a China la jadeíta. La cultura china usó el jade en utensilios para las ceremonias religiosas y como símbolo de poder del emperador.
En la cultura prehispánica de Mesoamérica también el jade era una piedra muy apreciada, la consideraban más valiosa que el oro. Simbolizaba la vida y la eternidad, de ahí las máscaras funerarias. El jade era protector de la vida, de ahí que los guerreros cubríeran su pecho con pectorales fabricados con trozos de jade. La denominaban “piedra de Yjada” porque tenía poderes curativos en las dolencias renales.
El jade entra en Europa en el siglo XVI, siendo Portugal quien importa de China la nefrita, al mismo tiempo que España importa la jadeíta de América el Sur.
Os dejo el link a algunas de las piezas de nuestra colección de pendientes de JAde:
A mediados del siglo XIX, a raíz de la boda de Fernando VII con María Cristina de Borbón, Madrid se renueva, se vuelve un poco más parisina, se crean amplios bulevares, se construyen plazas con arbolados y templetes para música… La capital de España se convierte en el escaparate donde la joyería comienza a ser una industria en crecimiento.
En 1885 Saturio Esteban Carrera, un joven joyero de Alcalá de Henares, llega a Madrid e instala su pequeño y humilde taller de joyería en el barrio de las letras. Su hijo, José Esteban Carrera, marcha a Paris a estudiar el oficio de lapidario mientras aprende las nuevas técnicas de joyería y, sobretodo, el tallado de las gemas. Vuelve a Madrid en 1920 continuando con el negocio familiar.
Al no tener hijos, enseña el oficio a sus cuatro sobrinos: José, Saturio, Pedro y Andrés. Andrés pronto se separa de ellos y elije otro campo de la joyería. Los otros se quedarán aprendiendo el oficio bajo la supervisión de su tío José Esteban Carrera. Se convierten en unos buenos joyeros, perfeccionando la técnica del tallado que les enseñó su tío. La tenacidad, el trabajo y el talento de estos joyeros hicieron el resto, y en la década de 1950 la firma Carrera gozaba en Madrid de muy buen prestigio.
En 1960 reciben dos encargos que darán nombre a la Casa Carrera. Uno es la Espada de la Victoria de la monarquía española y el otro la tiara nupcial para la futura reina de Bélgica: la aristócrata española Fabiola de Mora y Aragón.
En 1970 Manuel Carrera y Juan José Carrera están a cargo del negocio. Quieren que la firma y sus creaciones sean conocidas internacionalmente. Lo primero que hacen es crear una nueva marca con el nombre de Carrera y Carrera, abriendo un taller en pleno Madrid de los Austrias.
Manuel Carrera, además de ser un gran creativo en el diseño de joyas, es un gemólogo al cual le apasionan todo tipo de piedras preciosas y semipreciosas. Comienza a diseñar piezas con un toque muy especial donde la protagonista es la gema. En muchas ocasiones es la piedra la que da origen a la pieza de joyería. Sus obras trasmiten ese amor que siente por las piedras.
Para alcanzar el objetivo de ser mundialmente conocidos, deciden hacerse presentes en todas las exposiciones mundiales de joyería. En 1977, en la exposición internacional de Basilea, exponen su colección de figuras humanas llamada “Edén”. Una hermosa colección inspirada en el amor hombre-mujer. Fue tan original y tan llena de sofisticación y glamur que asombró al mundo de la joyería. La firma sale del anonimato, es el pistoletazo de salida al mercado internacional.
Comienza entonces una frenética producción de colecciones. Lo hace posible un buen equipo de profesionales, tanto en el diseño como en la producción, todos trabajan ilusionados y el resultado les va dando motivos nuevos para seguir creando nuevas piezas.
Su primer éxito internacional fue la llamada la colección “de las manos”. U.S.A es uno de los primeros en demandar sus creaciones, que son vendidas en la tienda del prestigioso Hotel Waldorf Astoria de Park Avenue.
La casa Carrera regaló al presidente Ronald Reagan una estatua de plata y calcita llamada Rodeo, hoy expuesta en el museo de la Casa Blanca.
En 1986 se inaugura en la calle de Serrano de Madrid su elegante Boutique Carrera y Carrera.
La marca nunca se ha quedado atrás, habiendo sabido adaptarse a los nuevos tiempos, siempre conservando el estilo especial de la familia Carrera.
Hoy está entre las 30 marcas más prestigiosas de la joyería mundial, exportando el 80% de su producción.
Su presencia internacional es impresionante, encontrándose en 40 países a través de 300 puntos de venta.
El nombre de amatista procede de la palabra griega “amethystos”, que significa estar sobrio o despierto. Este nombre viene porque en Grecia se le consideraba un antídoto contra le embriaguez.
La amatista desde la antigüedad ha sido muy apreciada por la realeza, debido a que el color púrpura siempre ha sido símbolo del poder real. En Egipto la usaban los faraones como símbolo real en sellos tallados y adornando toda clase de joyas y objetos.
En Grecia y Roma los anillos de amatista estaban engarzados en bronce, llevándose como amuletos para proteger de la embriaguez.
Durante la edad media la amatista era muy solicitada para la decoración de ornamentos sagrados y religiosos. De hecho, los obispos y el papa llevaban una amatista en sus anillos, denominándose “piedra de obispo”.
Leonardo da Vinci dejó dicho en uno de sus escritos, que la amatista tenía el poder de alejar los malos pensamientos y de afinar la inteligencia.
La amatista fue la piedra favorita de Catalina la Grande. Y en Europa la amatista ha estado presente en todas las casas reales, sobre todo en las joyas de la Corona británica.
Esta gema, que pertenece a la familia del cuarzo, es su variedad más trasparente y apreciada debido a su característico color violeta, que puede ser más o menos intenso dependiendo de la cantidad de hierro que contenga.
En joyería, cuando la amatista tiene un color lila claro y trasparente se la denomina “Rosa de Francia”, y cuando por el contrario tiene un color violeta muy intenso con destellos rojizos se le denomina “Amatista Siberiana”. Ambas son muy apreciadas por los joyeros.
La amatista tiene una peculiaridad muy curiosa, y es que brilla mucho más a la luz del día – después del amanecer y en el atardecer- que con la luz artificial.
Otra característica de la amatista es su susceptibilidad al calor. Cuando pasa de los 300º centígrados cambia de color, pudiendo pasar desde el anaranjado al amarillo claro o al blanco lechoso. En Brasil hay una clase de amatista llamada “prasiolita”, que cuando se calienta se vuelve de color verde. Es muy demandada en joyería debido a sus preciosas tonalidades de verde transparente. La amatista se suele cortar con talla brillante para optimizar al máximo su color.
Esta piedra se encuentra en la naturaleza en forma de geodas. Alguna de ellas de gran tamaño, como la geoda llamada “la emperatriz de Uruguay”, una amatista de tres metros veintisiete centímetros de alta, encontrada en el norte de Uruguay. Los yacimientos más importantes están en Brasil, habiéndolos también en Bolivia, Canadá, India, Birmania, Rusia, Sri Lanka, Arizona, Uruguay y Zambia.
Os dejo el link a algunas de nuestras piezas en esta preciosa piedra:
El cierre de gancho puede ser abierto o cerrado, es muy cómodo y rápido de poner, quizás por eso es tan popular entre nuestras clientes.
El inconveniente que tiene es que con el paso de los años el lóbulo de nuestra oreja pierde definición y se descuelga un poco, lo que puede hacer que los pendientes queden un poco descolgados, permitiendo que se vea demasiado el lóbulo o que parezca que lo tenemos más grande.
Otro posible inconveniente de este tipo de cierre, sobre todo si es de “gacho abierto”, es que puede salirse con un mal movimiento o engancharse en el cabello y perder uno de los pendientes. Por esa razón recomiendo siempre el uso de topes de silicona, para que quede bien sujeto y evitarnos disgustos.
En el caso del cierre de gancho cerrado este problema desaparece por completo, ya que el cierre evita que el pendiente pueda salirse en un descuido.
Nosotras en nuestra colección de joyas históricas solamente trabajamos el cierre de gancho con cierre incorporado, sobre todo para evitar estas pérdidas indeseadas.
Sí es cierto que es un tipo de cierre que no favorece a todo el mundo, pero es muy popular entre la gente joven.
Podéis encontrar una gran selección de pendientes con este tipo de cierre en nuestra colección de pendientes renacentistas.
Glíptica es el arte de realizar grabados en general y de tallar gemas en particular. La palabra glíptica viene del griego “Glifo”, que significa esculpir.
Para hacer este trabajo se usan dos técnicas diferentes: una es el “intaglio” que se graba en hueco, profundizando en la piedra desde la superficie hacia el interior, y la otra es el “camafeo”, cuya talla es en relieve. Con esta técnica del camafeo, el resultado es una figura grabada en relieve sobre una piedra preciosa, cuyo fondo, casi siempre, es más oscuro que el motivo grabado.
Es una técnica antiquísima que han practicado casi todas las civilizaciones antiguas. Se tienen noticias de su uso en Babilonia 7000 a.C., encontrándose numerosos grabados en piedras blandas como la serpentina, lapislázuli o las turquesas.
Los egipcios también usaron esta técnica en anillos y joyas, que al principio eran muy rudimentarias. Más tarde, a partir de 1500 a.C, se perfeccionó la técnica gracias al uso de la broca y el torno, comenzándose a tallar en piedras más duras como el rubí o el zafiro.
A partir de 500 a.C., Grecia y Roma también utilizaron mucho esta técnica de tallado, apareciendo el camafeo jugando con las formas, los colores y las transparencias de las piedras. Los griegos buscaban la pureza de las formas y sus contrastes, y los romanos buscaban más hacer resaltar las transparencias y los tonos de las piedras.
Después del imperio romano este arte casi desaparece, y será a partir del siglo VIII cuando los carolingios volverán a emplear esta tecnica en sus anillos tipo sello, con el tallado de emblemas y escudos familiares, que luego se extenderá su uso durante toda la edad media.
Es en el Renacimiento, XV-XVII, cuando este arte alcanza su máximo eslendor, siendo Paris el centro y seguido por Italia.
Mas adelante, será en las épocas Victoriana y Eduardiana cuando el camafeo tenga su mayor florecimiento, combinándose con piedras preciosas, plata y oro, obteniéndose verdaderas obras de arte.
En la actualidad se utilizan para el tallado toda clase de piedras, predominando entre todas la ágata por su variedad de tonos. Idar Oberstein ( Alemania), donde se encuentran grandes minas de ágata, se ha convertido en uno de los centros de tallado más importante de Europa.
Este tipo de cierre es uno de los más utilizado por su comodidad y por ser un tipo de cierre que sienta bien a todo el mundo. Es especialmente conocido por su seguridad y comodidad, aunque es un tipo de cierre que se suele usarse en pendientes de más peso o de mayor tamaño, ya que es un cierre que nos asegura una mejor sujeción. Su nombre viene del parecido de su forma con la letra del alfabeto griego.
Nosotras en la tienda, lo recomendamos especialmente para aquellas personas que tiene los orificios un poco desgarrados o deformados, recomendamos colocar unos discos de silicona trasparente, que se suelen conocer como “magic discs”. Esto impide que el pendiente se descuelgue hacia abajo y consigue que quede muy pegadito a la oreja y recto. Son una auténtica maravilla.
Os dejo una selección de algunos de nuestros pendientes con este cómodo y popular cierre:
Así es como se llama en Portugal a esta clase de perla de forma irregular. En España se las llama “Barruecas”.
Precisamente de esta palabra portuguesa viene el término “Barroco”, con el que se designó al estilo artístico posterior al Renacimiento al que se consideró un arte exagerado, recargado y caprichoso.
Estas perlas se forman de la misma manera que todas las perlas naturales. El proceso comienza cuando en el interior de un molusco se introduce una partícula extraña; entonces el animal reacciona produciendo y cubriendo al intruso con una sustancia compuesta de cristales de carbonato cálcico y una proteína llamada conchiolina, que es lo que vulgarmente llamamos nácar o madreperla. La naturaleza crea las perlas con una forma perfectamente redonda, pero también a veces es caprichosa y las perlas presentan en su forma algunas irregularidades. Estas son las perlas barrocas. Menos apreciadas que las redondas, pero algunas de ellas tan curiosas y peculiares que llegan a tener un valor incalculable.
Las perlas barrocas tienen algo que no poseen las perlas convencionales, y es que no hay dos perlas barrocas iguales. Llevar una joya con estas perlas supone llevar algo totalmente exclusivo y único. A mí personalmente, las perlas barrocas me gustan muchísimo, las encuentro mucho más originales, desenfadadas y divertidas. Parece que tengan vida.
A lo largo del tiempo se han encontrado ejemplares de perlas barrocas impresionantes y de un valor incalculable; como por ejemplo: la perla Gogibus (siglo XVII), la perla de Asia (siglo XVI), la perla Hope y otras muchas, a cual más bonita.
Una firma de joyeros franceses fundada en 1858 por Frederick Boucheron.
Frederic nace en 1830 dentro de una familia de pañeros francesa. Desde muy joven
quiso ser joyero y a la edad de catorce años ya trabaja como aprendiz con el joyero Jules Chaise y más tarde con el joyero Tixiar Deschamps.
Era el año 1858 Paris se encuentra en pleno florecimiento tras las desgracias del la primera mitad del siglo XIX; sus avenidas y bulevares se ensanchan, el teatro, la ópera y los caros restaurantes, se llenan de una alta sociedad que está deseosa lucirse, y disfrutar del lujo. Boucherón con un gran sentido comercial, abre su primera tienda en la galería de Valois del Palacio Real , donde pronto crea su propio taller y atrae la atención con sus diseños, cosechando un éxito inmediato.
Frederic en sus creaciones se inspira en el arte etrusco, romano y egipcio dándoles un estilo muy especial. Sus escaparates son realmente muy diferentes a los de las otras joyerías. Boucherón consigue crear moda y los encargos llueven en su taller.
Su gran amor por la naturaleza le inspiraba en sus obras de tal manera, que flores de cardo, hojas de plátano, ramos de flores se convierten en fantásticas gargantillas y collares…. Fue el primero que lanza al mercado maravillosas joyas realizadas con la técnica de esmaltado “plique-a-jour”, tan utilizada años más tarde en el Art Nouveau.
En 1867 es galardonado con la medalla de oro en la Exposición Universal de París, y de 1878, recibe también entre otros muchos premios, el diploma de Honor en Viena.
En 1880 lanza el reloj de pulsera para mujer, convirtiéndose desde entonces en un icono de la marca. En 1893 se instala de forma definitiva, en la Place du Vendome. Es el primer joyero de Paris que se establece en esta Paza, la cual desde entonces se convierte en el epicentro del lujo parisino.
Frederick se convierte en el joyero de moda de todas las bodas fastuosas de la época; novios, novias y asistentes son engalanados con las creaciones de Frederick Boucheron. En estos años finales de siglo, en pleno apogeo del Art Nouveau , Boucheron lanza una fantástica colección de piezas inspiradas en animales: serpientes con ojos de rubíes, tortugas con caparazón de cuarzo rosa, camaleones con la piel repleta de piedras preciosas. El zar de Rusia, Nicolass II encarga a Boucherón una corona como regalo de compromiso para su futura esposa Alexandra, y es tal el éxito de la corona, que pronto ha de abrir una tienda en Rusia para atender la demanda de pedidos que se producen. En Paris pasan por su tienda toda clase de altas personalidades , tanto de la realeza, como actores de cine, teatro, políticos etc..
Frederick Boucheron muere en 1902, y es su hijo Louis Boucheron quien se hace cargo del negocio, que al año siguiente, abre tiendas en Nueva York y Londres. Louis con buen instinto comercial sabe atender la demanda que en ese momento existe en la alta sociedad por todo lo exótico y oriental, y crea colecciones de joyas evocando esos países, llenando sus creaciones de gran colorido ganándose por ello el título de “ el joyero de las mil y una noches”.
Podemos decir que Boucheron es el creador de la feminidad en la joyería. Con sus creaciones conquista y sigue conquistando a las mujeres de todo el mundo.
Un increíble broche de lapislázuli y perlas abre nuestra temporada de joyas históricas este otoño.
La joya fue pintada por Doménico Ghirlandaio entre 1884 y 1486, para decorar el altar mayor de la Iglesia de San Justo de Florencia. Se trata de una pintura al temple sobre tabla, con un tamaño de 190 x 200 cm. Esta iglesia, que estaba en extramuros, fue destruida durante el asedio en 1529 de las tropas imperiales españolas a la ciudad. Pero gracias a la intervención de los frailes del convento de San Giovanni Battista della Calza, la tabla ha podido llegar hasta nuestros días.
Ellos la rescataron y la mantuvieron a buen recaudo, hasta que en 1853 pasó a la Galeria de los Uffizi donde hoy podemos disfrutar de ella.
La obra es una “Sacra Conversazione” (Sagrada Conversación)”, nombre que se le da este género pictórico, muy habitual en la pintura religiosa flamenca y en el renacimiento italiano. La Virgen con el Niño está sobre un trono rodeada de santos, con los cuales mantiene una “conversación” o una relación relajada. Es una composición piramidal, llena de armonía y equilibrio, tanto en los volúmenes como en los colores, que Doménico mezcla magistralmente.
Es una obra típica de Ghirlandaio. Una demostración de su detallismo, que podemos apreciar en detalles como los mantos de los dos obispos, la alfombre, el friso de la arquitectura que rodea al trono de la Virgen o las rosetas que adornan la parte interna de la bóveda del trono. Y, por supuesto, en nuestro precioso broche de lapislázuli y perlas.
Cuando miras el cuadro, es inevitable que el primer sitio adonde se vayan los ojos sea a la Virgen con el Niño. Y, en mi caso, por supuesto, al precioso broche que lleva la Virgen.
Mi deformación profesional me lleva a examinar al detalle todas las joyas que encuentro en cada una de las exposiciones que visito, o en las numerosas horas que paso navegando por Internet en busca de alguna pieza que llame realmente mi atención.
La Virgen y el Niño son los personajes principales, no dándonos casi cuenta de que Doménico los pinta en un tamaño un poco mayor. Pero es tanta la armonía con los demás que apenas se aprecia. También nosotras hemos realizado el broche de un tamaño un poco mayor a lo que solemos hacer, para de esta manera continuar un poco con la idea que tenía el artista de darle más importancia al personaje de la Virgen.
La Virgen Maria también lleva sobre sus hombros un manto donde, a la derecha, se ve una estrella dorada, antiguo símbolo de la Gracia Divina, es la “llena de gracia”. La Virgen, sentada en su trono, lleva sobre sus rodillas al Niño Jesús, que con la mirada trata de entablar relación con los dos obispos.
Los obispos que acompañan a la virgen son San Zenobio, obispo y patrón de la ciudad de Florencia, y San Justo, titular de la iglesia. Hay otras dos figuras destacadas a cada lado de la Virgen, son dos arcángeles: el que está a la derecha de María es el arcángel San Miguel, vestido de guerrero con una magnifica armadura y espada, es el príncipe de la milicia celestial, el defensor del pueblo de Dios contra el demonio, el que vence a Lucifer y a sus seguidores con su espada de fuego. Ghirlandaio logra dar a la armadura un efecto perfecto, metálico y dorado, en sus adornos.
En el lado derecho se encuentra el arcángel San Gabriel con una rama de lirio en la mano. Es el arcángel mensajero de Dios, que anuncia a María que va a ser la Madre. A este arcángel siempre se le representa con el lirio que simboliza la pereza, la virginidad, la inocencia, el amor y la armonía, cualidades que poseen la Virgen y el arcángel.
Detrás de los arcángeles hay cuatro ángeles y detrás del trono unos árboles simbólicos: el naranjo con sus frutos simbolizando la fertilidad y la pureza; el granado que simboliza la realeza y los cipreses que simbolizan la inmortalidad y la santidad.
Sin lugar a dudas una magnífica obra que me encantaría ver de primera mano de nuevo. De momento, por si no la habéis visto, os dejo unas cuantas fotografías para que aprecies mejor el detalle y, por supuesto, una foto del broche del que os he hablado.
Espero que os guste mi joya histórica de este mes de septiembre.
Hay una gran variedad de telas ideales para realizar trajes de novia, pero a nosotras hay una que nos gusta especialmente para trajes a los que se quiera dar un aire antiguo, quizás diría hasta un poco decadente, la muselina.
La muselina es un tejido extremadamente fino, vaporoso y con una trasparencia que le da un aire realmente romántico a cualquier traje en el que se utilice. Su caída es especialmente delicada y fresca, y por eso se ha utilizado a lo largo de la historia para trajes con un toque muy femenino.
Dice la Wikipedia que la muselina comenzó a usarse en confección en el año 1200 en Mosul (Irak), y que de allí pasó a la India. Pero a mí la época que más me gusta es esa que abarca el principio el s.XIX en Europa, cuando comienza a hacer furor en la época de la reina Victoria. Esa época en la que las mujeres ya empezaron a ganar algo de libertad en el vestir, y este tejido las proporcionaba la comodidad y la frescura necesarias para las calurosas tardes de verano.
Es un tejido precioso que admite una gran cantidad de bordados que le dan un toque elegante y sofisticado, sin caer en la suntuosidad excesiva.
Por eso hoy os dejamos algunos ejemplos de muselina empleada en preciosos detalles en el vestir, que igual os dan alguna idea para vuestro futuro traje de novia.