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“Carrera y Carrera”

18 abril, 2017

A mediados del siglo XIX, a raíz de la boda de Fernando VII con María Cristina de Borbón, Madrid se renueva, se vuelve un poco más parisina, se crean amplios bulevares, se construyen plazas con arbolados y templetes para música… La capital de España se convierte en el escaparate donde la joyería comienza a ser una industria en crecimiento.

En 1885 Saturio Esteban Carrera, un joven joyero de Alcalá de Henares, llega a Madrid e instala su pequeño y humilde taller de joyería en el barrio de las letras. Su hijo, José Esteban Carrera, marcha a Paris a estudiar el oficio de lapidario mientras aprende las nuevas técnicas de joyería y, sobretodo, el tallado de las gemas. Vuelve a Madrid en 1920 continuando con el negocio familiar.

Al no tener hijos, enseña el oficio a sus cuatro sobrinos: José, Saturio, Pedro y Andrés. Andrés pronto se separa de ellos y elije otro campo de la joyería. Los otros se quedarán aprendiendo el oficio bajo la supervisión de su tío José Esteban Carrera. Se convierten en unos buenos joyeros, perfeccionando la técnica del tallado que les enseñó su tío. La tenacidad, el trabajo y el talento de estos joyeros hicieron el resto, y en la década de 1950 la firma Carrera gozaba en Madrid de muy buen prestigio.

En 1960 reciben dos encargos que darán nombre a la Casa Carrera. Uno es la Espada de la Victoria de la monarquía española y el otro la tiara nupcial para la futura reina de Bélgica: la aristócrata española Fabiola de Mora y Aragón.

En 1970 Manuel Carrera y Juan José Carrera están a cargo del negocio. Quieren que la firma y sus creaciones sean conocidas internacionalmente. Lo primero que hacen es crear una nueva marca con el nombre de Carrera y Carrera, abriendo un taller en pleno Madrid de los Austrias.

 

Manuel Carrera, además de ser un gran creativo en el diseño de joyas, es un gemólogo al cual le apasionan todo tipo de piedras preciosas y semipreciosas. Comienza a diseñar piezas con un toque muy especial donde la protagonista es la gema. En muchas ocasiones es la piedra la que da origen a la pieza de joyería. Sus obras trasmiten ese amor que siente por las piedras.

Para alcanzar el objetivo de ser mundialmente conocidos, deciden hacerse presentes en todas las exposiciones mundiales de joyería. En 1977, en la exposición internacional de Basilea, exponen su colección de figuras humanas llamada “Edén”. Una hermosa colección inspirada en el amor hombre-mujer. Fue tan original y tan llena de sofisticación y glamur que asombró al mundo de la joyería. La firma sale del anonimato, es el pistoletazo de salida al mercado internacional.

Comienza entonces una frenética producción de colecciones. Lo hace posible un buen equipo de profesionales, tanto en el diseño como en la producción, todos trabajan ilusionados y el resultado les va dando motivos nuevos para seguir creando nuevas piezas.

Su primer éxito internacional fue la llamada la colección “de las manos”. U.S.A es uno de los primeros en demandar sus creaciones, que son vendidas en la tienda del prestigioso Hotel Waldorf Astoria de Park Avenue.

La casa Carrera regaló al presidente Ronald Reagan una estatua de plata y calcita llamada Rodeo, hoy expuesta en el museo de la Casa Blanca.

En 1986 se inaugura en la calle de Serrano de Madrid su elegante Boutique Carrera y Carrera.

La marca nunca se ha quedado atrás, habiendo sabido adaptarse a los nuevos tiempos, siempre conservando el estilo especial de la familia Carrera.

Hoy está entre las 30 marcas más prestigiosas de la joyería mundial, exportando el 80% de su producción.

Su presencia internacional es impresionante, encontrándose en 40 países  a través de 300 puntos de venta.

Bibliografia e Imágenes:

http://www.carreraycarrera.com/es/la-marca/historia

https://es.wikipedia.org/wiki/Lapidario

 

 

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