No lo puedo evitar, me encantan las historias con sentimiento. Y aunque ésta en concreto no tiene nada que ver con mi mundo Vintage, tocó mi fibra sensible por ser una historia de mujeres, de sentimiento y de casualidades. Una historia de círculos cerrados, como me decía Carla.
Conocía la historia de Carla muy por encima cuando aceptó mi invitación para formar parte de nuestro “Vintage Friends”, pero estaba segura de que oírla en directo iba a emocionarme. Y no me equivoqué.
Quería saber cómo había llegado Carla hasta la rosa Damascena, cuál era la historia de esta flor, por qué Carla lo había dejado todo para lanzarse a la aventura de crear una línea de cosmética a base de rosas. La rosa Damascena, la rosa de Bulgaria.
Cuando le pregunto a Carla el origen de su pasión por el agua de rosas, se le ilumina la cara. Doña Concha -mi bisabuela- era una mujer de una belleza serena, sutil, delicada, con una piel trasparente y fresca. Me cuenta Carla que siendo una niña de apenas 13 años, una tarde de verano en Santander doña Concha le dio un consejo. Carla quiso saber qué usaba ella para tener esa piel tan suave y lozana. Muy sencillo, dijo doña Concha: «Agua de rosas… solo uso agua de rosas».
Aquello permaneció latente en la memoria de Carla durante muchos años.
No sería hasta ocho meses después de fallecer doña Concha en 1998, y ya casada con Kubrat de Bulgaria, cuando Carla viajaría por primera vez al país de la rosa Damascena.
Este primer viaje supuso el descubrimiento de un país sorprendente. Pero sobre todo supuso el descubrimiento de una industria hasta el momento totalmente desconocida en España: el cultivo de la rosa Damascena para fines cosméticos y curativos.
La rosa Damascena llegó a Bulgaria en el S.XVI de la mano de los turcos. En esa época los búlgaros estaban sometidos al imperio Otomano, siendo ellos los que descubrieron las maravillosas condiciones que se daban en esta zona de los Balcanes para el cultivo de su más preciada flor. Una flor de color rosa fuerte, con 36 pétalos, pero sobre todo con un aroma mágico, intenso, una fragancia que enamoró a los mejores perfumistas desde la antigüedad. Baste decir que el 98% de los perfumes femeninos llevan esencia de aceite de rosa Damascena.
Una rosa que produce un agua fresca, hidratante, antiinflamatoria, cicatrizante y cargada de vitaminas beneficiosas para la piel. En ese instante, en la memoria de de Carla apareció el recuerdo de doña Concha. Pero el circulo aun no se había cerrado del todo.
Así, poco a poco, sin apenas darse cuenta… la rosa tomaba cada vez más protagonismo en su vida. Cada viaje a Bulgaria suponía volver con una maleta siempre repleta de productos con la esencia de rosas: tónicos, cremas de manos, limpiadores, aceites… todo a base de rosa Damascena y su especial agua. Los va trayendo hasta España como regalo para familia y amigas. Todas se enamoran de su olor, su textura, su frescura. Pero el círculo seguía sin cerrarse.
Fue en el año 2003, en un viaje definitivo al Valle de las Rosas en plena época de recolección. Allí, Carla vive la ilusión de los empresarios, los recolectores, los cooperativistas. Todo un abanico de gente alrededor de una flor, unidos en unos días llenos de color y folkclore.
Vuelve a España enamorada y decidida a fundar “Carla Roses and Beauty”. Lo demás… mucha ilusión, una familia que la apoyó desde el primer momento y muchísimo trabajo.
Cinco años de investigación, desarrollo, búsqueda de todo lo necesario. Necesitaban un laboratorio dispuesto a fabricar para ellos, con sus condiciones, sus propias fórmulas. Carla quería agua de rosas al 95%, quería la mejor calidad y el mejor precio. Había que formular cremas, tónicos, limpiadoras… Y lo más importante, crear un perfume. Un perfume que representara la esencia de “Carla Roses and Beauty” y de doña Concha: musgo, violeta, bergamota, polvos de talco y, por supuesto, aceite de rosa Damascena.
“EAU DE PARFUM 2009”es el resultado, y Carla me explica emocionada cómo el círculo se termina por fin cerrando con la salida al mercado de aquel tónico que usara su bisabuela doña Concha y este perfume creado en su honor.
Hace muy pocos meses Carla ha sido galardonada con el premio «Empresaria del año» por FEDEPE. Y su reparador de manos ha recibido el premio Yo Dona-El Corte Inglés en la categoría «Gran consumo». Un premio muy valorado ya que es otorgado a través de la votación de las propias usuarias.
Estoy convencida de que ninguno de su productos va a defraudaros:
Siempre he sido de la opinión que cuando las cosas se hacen con ilusión, con empeño y profesionalidad, tarde o temprano se convierten en éxito.