Si eres de las que alguna vez soñaste con lucir unos pendientes pintados por Tintoretto, las famosas joyas de Desayuno con Diamantes o la tiara de Sissi Emperatriz, este es tu espacio igual que nuestro.
Desde el pasado 17 de febrero y hasta el próximo 10 de junio, el museo Hillwood presenta una muestra muy curiosa y que ha llamado tremendamente mi atención.
Se trata de una exposición en la que los creadores de tendencias contemporáneos Timothy Corrigan, Barry Dixon, Charlotte Moss, Alex Papachristidis, P. Gaye Tapp, Hutton Wilkinson y Josh Hildreth han trabajado para realizar una selección de mesas inspiradas en el estilo excepcional de Marjorie.
Estoy segura de que ahora que estoy tan metida en el mundo de la fotografía de bodegón, sería de una increíble inspiración para mí el poder visitarla.
Ya sabéis que este museo es la antigua vivienda de la famosísima Marjorie Merriweather, que se convirtió a mediados del S.XX en lugar de reunión de las más importantes personalidades de la época: diplomáticos, políticos, aristócratas, artistas. Todo lo más florido de la alta sociedad americana se dejaba ver en sus salones.
El gusto de Marjorie por los objetos antiguos y de colección, junto con su personalidad tan refinada, hicieron de las noches en Hillwood un lugar cargado de magia al que todo el mundo soñaba con acudir.
Esta selección de diseñadores de interiores, ha creado diferentes estilos de mesas inspiradas en el excepcional estilo de Marjorie
Tienen la enorme ventaja de poder trabajar con todos los objetos de la colección de Hillwood, y se inspiraran, como hizo ella, en los modelos franceses y rusos de los siglos XVIII y XIX.
Estoy segura de que esta inspiración, junto con su propia estética más moderna, va a crear mesas tan artísticas y fastuosas que no dejarán indiferente a nadie.
Una muestra para entretenerse y explorar el concepto de mesas artísticas, pasadas y presentes.
A mí, desde luego, me encantará verla.Y a vosotras, ¿os llaman la atención este tipo de mesas tan sofisticadas y bien decoradas?
Os dejo el link a la web por si tenéis la suerte de poder visitarla.
Durante siglos, la joyería ha estado relacionada con las creencias populares, los dioses y, sobre todo, la suerte. Y en esto, la civilización de la Antigua Nubia (ubicada en lo que hoy es Sudán) fueron auténticos maestros.
Su pasión por el oro era admirable. Sus joyas, exóticas obras de arte consideradas como las más espectaculares de toda la historia de la Antigüedad. Pero lo que más llama la atención de las colecciones de joyas recuperadas de esta época es el simbolismo que le otorgaban, llegando a considerarlas sagradas.
La exposición que hoy recomendamos “Gold and the Gods. Jewels of Ancient Nubia”, nos acerca a los siglos que abarcaron desde el año 1700 AC hasta el 300 DC, gracias a las excavaciones llevadas a cabo por el Museum of Fine Arts en Boston y la Universidad de Harvard, en las que se hallaron tanto piezas únicas de la Antigua Nubia como otras importadas e influenciadas por el vecino Egipto. Tras cada una de ellas, elaboradas a mano con oro, se esconde una mágica historia.
Nubia, oro y dioses
El descubrimiento de estos yacimientos en 1907 ha permitido a los historiadores conocer, a través de las joyas halladas, cómo era la vida diaria de los ciudadanos de Nubia, una región que llegó a conquistar Egipto e imponer su cultura y arte popular. Algunos de los descubrimientos incluyeron las preferencias estéticas de sus habitantes, sus creencias religiosas, los inventos tecnológicos que llevaron a cabo o su relación con las tierras vecinas.
La pasión por el oro era común en ambos territorios, aunque Egipto, antes de ser conquistado, tenía siempre en el punto de mira a Nubia por su riqueza en marfil, ébano, piel de animales, huevos de avestruz y, sobre todo, oro. Este preciado material era utilizado para fabricar artículos de lujo muy especiales, ya que era una sustancia sagrada tanto para los habitantes de Egipto como de Nubia. Amen-Re era el poderoso dios del sol encargado de la custodia del oro. Como curiosidad, existen teorías que relacionan el nombre de Nubia con la palabra egipcia para “oro”: nbw (sí, imposible de pronunciar para los parlantes de Occidente).
Tras la conquista de Egipto hacia mediados del siglo VIII antes de Cristo, Nubia comenzó a gobernar sobre todo el Valle del Nilo, manteniendo parte de la cultura egipcia, como el lenguaje escrito o algunos aspectos de su arquitectura, arte, religión e incluso la forma de enterrar a sus fallecidos. Aun así, Nubia mantuvo su exquisitez en la creación de joyería.
Muchas de sus piezas, únicas en la historia, representaban a mujeres desnudas, con pecho, abdomen y muslos voluptuosos, símbolo de fertilidad, del renacer del cuerpo y alma y la resurrección, todas creencias de la civilización de Nubia.
La exposición puede visitarse en el Museum of Fine Arts de Boston hasta el 14 de mayo. Y en su web mfa.org podéis encontrar más información sobre esta impresionante y mágica colección.
Marjorie heredó a la temprana edad de 27 años el imperio de los cereales Post de su padre, que en ese momento estaba valorado en más de 20 millones de dólares.
Mujer carismática y visionaria, desarrolló un gusto por el arte francés del siglo XVIII y posteriormente por el imperio ruso. Gran coleccionista de piezas de arte de valor único, su mansión terminó convertida en un grandísimo museo en el que sé con certeza que podría pasarme horas.
Este mes os vuelvo a hablar de ella, después de casi dos años, ya que el pasado 10 de junio se inauguraba otra preciosa exposición sobre sus joyas.
“Espectaculares gemas y joyas”
Una exposición que nos deslumbra con exquisitos ejemplos de joyas históricas y con algunas de las joyas más bellas del siglo XX.
Durante siglos, las piedras preciosas han sido las piezas centrales de la joyería hecha para adornar a la realeza, la aristocracia, la alta sociedad y las estrellas de Hollywood.
Después de la Primera Guerra Mundial, muchas de las más increíbles joyas de la historia pasaron a manos nuevas, y los cambios revolucionarios en la moda llevaron a la innovación en el diseño de las mismas.
Marjorie Post se encontraba entre esta élite de nuevos ricos, y adquirió joyas y las rediseñó con algunos de los más afamados joyeros de la época. Marjorie no sólo estaba interesada en usar las joyas, ella era una gran experta en gemología y también gustaba de conocer la historia de cada una de las piezas que adquiría. El resultado de su colección es una de las mejores de la historia americana del S.XX.
En esta magnífica exposición podréis disfrutar de más de cincuenta piezas que alguna vez pertenecieron a Marjorie Merriweather Post, y podréis conocer la historia detrás de cada una de ellas.
Entre sus piezas más emblemáticas destacan diseños de Cartier, Van Cleef y Arpels, Harry Winston y Verdura, entre muchos otros.
La muestra “Espectaculares gemas y joyas” muestra los mejores ejemplos de la colección de Hillwood. Piezas legadas por Marjorie para el disfrute de generaciones futuras que, junto con préstamos importantes de piezas que ella misma legó a otros museos y colecciones privadas, han regresado a su hogar por un tiempo para completar la muestra.
La exposición ofrecerá la oportunidad de examinar la gran calidad y belleza de las gemas en la colección, su significado histórico y la evolución del diseño en la joyería del siglo XX, desde los años 1900 hasta los años sesenta.
Una de las joyas más significativas y conocidas de la colección de Marjorie, que sigue en la colección privada del museo Hillwood, es un broche colgante de esmeralda y diamante hecho por la rama londinense de Cartier en la década de 1920. Esta pieza icónica, cuenta con más de 250 quilates de esmeraldas indias talladas del período mogol, incluyendo una esmeralda del siglo XVII tallada en forma de una flor con una inscripción persa en un lado.
Otro ejemplo es la gran joya de diamantes y rubíes que supuestamente se hizo a principios del siglo XIX para la duquesa de Oldenburg, hija de la gran duquesa María Nikolaevna.
En contraste, la exposición también cuenta con importantes piezas modernas, como un elegante broche floral de rubí y diamantes de Van Cleef & Arpels, que Marjorie compró en 1969.
Otros ejemplos son: un precioso alfiler de bailarina Van Cleef & Arpels inspirado en una pintura de Marie Camargo; un broche de peridoto, oro y diamante de David Webb y un anillo de amatista en forma de pera Verdura, todos ellos audaces en el diseño.
Estos son algunos ejemplos.
Yo, para los que estéis interesados, os dejo el link a la web con todos los detalles, y os animo a acercaros a ver tanto la casa como las joyas, si tenéis la gran suerte de viajar a Washington antes del 7 de Enero de 2018.
Judith Leiber dedicó sesenta y cinco años de su vida a la industria de la marquetería, desde su Budapest natal hasta las calles de Nueva York, donde vendería bolsos a la élite con su marca de renombre internacional.
Aunque es más conocida por sus bolsos-joyas con cristales de Swarovski, Leiber abarcó durante su dilatada carrera muchos tipos de piezas. Desde bolsos de cuero finalmente labrados, hasta maletas y bolsas hechas con textiles.
Su inusual talento para realizar bolsos de principio a fin, le valió un doble prestigio, como diseñadora y como artesana de gran calidad, revolucionando una industria con gran demanda entre el público que la hizo famosa, el estadounidense.
Así se convirtió en una gran empresaria, dejando huella a nivel creativo y empresarial en la ciudad que le dió la fama. Poseer una de sus piezas se convirtió (y todavía lo hace) en símbolo de prestigio.
Inspiración y artesanía, las características de Judith Leiber
Su inspiración provenía principalmente del mundo del arte, pero también de los viajes y del mundo de la ópera. En sus bolsos encontrarás referencias a pintores como Mondrian, Braque o Delaunay, pero también a óperas famosas o lugares exóticos.
Sus materiales variaron mucho a lo largo de su carrera, pues a medida que su fama se consolidaba, nuevos fabricantes acudían a ella para ofrecerle sus tejidos, ya que la utilización de una de sus telas suponía poner de moda un patrón o un estampado, algo a lo que aspiraban muchos fabricantes de telas.
Así, muchos de sus bolsos se construyeron con obis de Japón (fajas que sujetan los kimonos), cintas de Parsi de la India, y con telas de Irán y África.
¿Sabías que fué ella la primera en diseñar los populares clutch con forma de frutas y verduras?
Sí, gracias a esta gran artesana y artista, aficionada a buscar temas sorprendentes para sus creaciones, hoy sabemos que es posible aunar la sofisticación y el sentido del humor.
Judith Leiber: historia de Nueva York
La exposición del mes, que se celebra en el Museo de Arte y Diseño de Nueva York hasta el 7 de agosto, cuenta la historia de esta ilustre artesana, diseñadora y empresaria.
La muestra incluye bolsos que abarcan la historia de su empresa homónima, que Leiber fundó en 1963 a la edad de cuarenta y dos años, hasta el 2004, cuando diseñó su último bolso.
La exposición también explora el significado de los bolsos de mano en la cultura occidental del siglo XX, y la historia de los empresarios inmigrante y el tejido de Nueva York.
Sus creaciones han sido imitadas y copiadas en multitud de ocasiones, y su sombra es todavía alargada, algo que no dudarás al ver algunas de las imágenes que he seleccionado para ilustrar esta entrada.
Personalmente, me quedo con sus bolsos-joya hechos con cristales, sobre todo los que utilizan formas sorprendentes, pues se adivina una mujer atrevida, valiente y sofisticada con la que me siento muy identificada.
Si te animas a visitar la exposición este verano, podrás disfrutar de sus joyas más conocidas, así como un paseo por la historia de la marquetería y la historia de las telas del siglo XX.
No es común encontrar matrimonios de artistas que se complementen. Normalmente, uno de los dos tiene más talento, algo que no sucede en la pareja de la que te voy a hablar hoy.
Leo y Ginnie de Vroomen se conocieron en la década de los 60, cuando él se trasladó a Londres desde su Holanda natal para ofrecer una conferencia en la Escuela Central de Arte y Diseño, donde conoció a la que sería su mujer y socia artística, Ginnie.
Juntos formaron una pareja de diseñadores y orfebres prolífica y original. Sus creaciones fueron fundamentales para la historia del diseño de los años 60 y 70. A medio camino entre la orfebrería y la escultura, sus piezas son pequeñas esculturas de oro, piedras preciosas y semipreciosas combinadas con su material fetiche, el esmalte.
A menudo combinado con el oro, el matrimonio De Vroomen se salió de la línea establecida dando a este material la oportunidad de completar piezas enormemente sofisticadas, sin miedo a introducir color o combinarlo con los mismísimos diamantes, como puedes ver en las imágenes de esta entrada.
Piezas únicas, poco convencionales, para un tipo de público moderno y arriesgado, pero que apostó por ellos y les dio gran reconocimiento internacional.
El estilo original del matrimonio De Vroomen
En lo que se refiere al estilo, Ginnie fue la responsable de dotar a las piezas de ese aire orgánico tan característico, a menudo similares a plumas, hojas y flores directamente reflejados de la naturaleza.
Sin embargo, el trabajo de Leo fue fundamental para llevar esas ideas hasta el nivel que les hizo famosos. Cuando el mundo de la joyería se limitaba a un catálogo de piedras, Leo abrió las puertas a otros materiales menos sofisticados, pero cuyo tratamiento poco convencional, conquistó al público de la época.
Probablemente su pieza más conocida sea este broche de oro y diamantes de estilo orgánico. Una delicada pieza que refleja su amor por el detalle (como buenos orfebres) y su arriesgada concepción de la joyería moderna.
Exposición homenaje
Desde el mes de abril hasta el 26 de julio de este año puedes disfrutar de una amplia selección de piezas de este matrimonio en la Compañía Goldsmith, organización londinense dedicada a la protección y fomento de la artesanía.
En ella se recogen piezas de esta pareja de diseñadores y orfebres pertenecientes a colecciones privadas y aportaciones de museos e instituciones, hasta reunir cinco décadas de armonía de colores y formas poco convencionales.
Además de las piezas más destacadas de su dilatada carrera, en esta exposición que se celebra en Londres, podrás disfrutar de bocetos realizados por Ginnie, inspirados en la naturaleza y el paisaje urbano.
Un total de 100 piezas únicas que se ofrecen ahora al público internacional en la sede de la Compañía Goldsmith, situada en el centro de Londres.
La entrada es gratuita, por lo que si tienes oportunidad de pasar unos días en la capital británica, te recomiendo que no pierdas la oportunidad de visitar esta exposición original.
Jeanne d’Albret, en España Juana de Albret, reinó con el nombre de Juana III de Navarra. Era la única hija de Enrique II de Navarra y de Margarita de Francia, de los que heredó una amplia colección de tesoros principescos.
Libros, joyas y piezas de orfebrería forman una impresionante colección, que hoy podemos contemplar gracias a la exposición que tiene lugar del 7 de abril al 9 de julio de 2017 en museo nacional de la ciudad francesa de Pau, a escasos kilómetros de la frontera española con el país vecino.
Una importante colección ampliada de generación en generación
El matrimonio de Juana con Antonio de Borbón consigue aumentar esta colección, gracias al gusto por lo exquisito que comparten ambos regentes.
Posteriormente, son sus hijos Enrique IV y Catalina de Borbón los que conservan y aumentan la colección con piezas de las colecciones reales francesas y europeas del siglo XVII.
Sin embargo, el traslado de la corte de Navarra a Fontainebleau en 1602, para sustituir a los Valois y las posteriores guerras de religión, dejaron esta colección reducida y dispersa.
Si la recuperación de esta colección tal y como se gestó es imposible, la colección a la que dedico hoy esta entrada pretende reunir al menos el patrimonio artístico. Si no contiene algunas de las obras originales, la exposición ha pretendido recrearlas con piezas que forman parte del mismo enfoque intelectual, artístico o político.
El jarrón de mármol gris procedente del Museo del Louvre, obra de Benedetto Ramelli, es la pieza más destacada. Está tallado en mármol procedente de los Pirineos, y es una obra rara en extremo, pues este material es difícil de tallar y pulir.
También es extraordinario el mango de cuchara en forma de sátiro, procedente Museo Nacional del Renacimiento (Castillo de Ecouen).
Así hasta 80 piezas procedentes de varios museos y colecciones europeas que el comisario de la muestra, Paul Mironneau ha sabido seleccionar con buen criterio.
La vuelta a los orígenes de la colección
Como se ha señalado con anterioridad, la colección original se dispersó en el año 1602. Para la celebración de esta exposición, 20 de las piezas seleccionadas han sido recuperadas del fondo del Museo de Pau.
La exposición, que se encuentra repleta de obras de calidad y que es similar a otras que han recibido el título de “principescas”, como las que se pueden encontrar en Lorena, entran dentro de este mismo enfoque intelectual.
Está abierta al público durante la primavera y el verano de 2017 y cuenta con la ventaja de exponerse en el palacio de Pau, cuyos trabajos de restauración acaban de finalizar. Además de un entorno espectacular, este palacio cuenta con jardines renacentistas que aderezan la visita.
Podrás encontrar esta exposición en la planta baja del palacio, en la gran sala llamada de los “Cien Cubiertos”, directamente relacionada con la memoria del château.
Tienes disponible toda la información relativa a los horarios de apertura y el precio de la exposición en la web del palacio de Pau.
Si hay una región conocida y admirada por su profunda tradición joyera es la de la India. A lo largo de los siglos, las mujeres indias han adornado prácticamente cada centímetro de su piel, dando lugar a una tradición muy arraigada que ha convertido a este país en referente internacional.
Como no podía ser de otra manera, de la India provienen los más exquisitos ejemplos de joyería, con piezas tan conocidas como el que fuera en su momento el diamante más grande del mundo, Koh-i-Noor, hoy engastado en una de las famosas joyas de la corona británica.
Las joyas de la colección Al Thani
No es de extrañar que la exposición de la que hoy nos hacemos eco esté protagonizada por piezas de origen hindú y mogol. Pertenecientes en su mayoría a la colección privada más importante de estas características, la colección Al Thani, la muestra cuenta con 250 piezas.
Con el sugerente nombre “De los Grandes Mogoles a los Maharajás: joyas de la colección Al Thani”, la exposición se podrá visitar desde el 29 de marzo hasta el 5 de junio en el salón de honor del Grand Palais de París.
Entre las piezas seleccionadas para dar vida a esta exquisita exposición, destacan una jarra de jade grabada para Nuruddin Salim Jahangir, gobernante del Imperio mogol desde 1605 hasta 1627 y constructor del archiconocido Taj Mahal.
También destacan varias piezas firmadas por Cartier, como la conocida como “esmeralda del Taj Mahal”, la gargantilla para el Maharajá de Patiala o el turbante para el Maharajá de Nawanagar.
Además de estas piezas más conocidas y espectaculares, también hay hueco en esta exposición para piezas históricas, como el remate en forma de cabeza de león del trono del sultán Fateh Ali Tipu, gran opositor a la dominación británica durante la época del Imperio.
Aunque no destaca por su refinado tratamiento, sí constituye una pieza única por la cantidad de piedras preciosas que incluye, con diamantes, rubíes y esmeraldas de origen indio.
Pero la que sin duda te dejará sin habla es la pieza elegida como imagen de la muestra, el broche en forma de pavo real creado por Mellerio dits Meller, joyero parisino, para la quinta esposa del maharajá Kapurthala, Rani Prem Kaur, nacida Anita Delgado, a quien conoció en España en la boda del rey Alfonso XIII cuando era una bailarina de tan solo 16 años.
Cada una de las piezas seleccionadas para esta extraordinaria exposición exhibe una habilidad excepcional, mostrando al visitante la evolución de estilo y técnica durante cinco siglos.
Desde el rico imperio mogol, pasando por los gobernantes de la región hindú bajo el mando británico (conocidos como maharajás) y los diseños modernos de Cartier, asistimos a un excepcional recorrido histórico por los principales acontecimientos políticos y sociales de la historia de la región.
Si tienes pensado visitar París en primavera, lo que ya es un acontecimiento en sí mismo, no dudes en hacer un hueco en tu agenda para poder asistir a esta exposición, merecerá la pena como ninguna otra por la espectacularidad de las piezas, y por la cantidad de historia concentrada.
Sea reproduciendo piezas antiguas o buscando inspiración para crear algo nuevo, la joyería siempre se ha inspirado en el pasado. Esta práctica, que tuvo su máxima afluencia en el siglo XIX con diseñadores como Castellani, Giacinto Melillo y Eugene Fontenay, recibió un gran impulso con los descubrimientos arqueológicos de la época.
Bajo este prisma de convertir el pasado en presente y repasar los 4.000 años de historia de la joyería, se celebra en Boston la exposición Past is present: revival jewelry.
La muestra cuenta con más de 70 objetos agrupados en cuatro grandes categorías: arqueológicas, del antiguo Egipto, Clasicismo y Renacimiento.
Entre las más destacadas se encuentra un broche firmado por Cartier, datado de 1924 que se presenta junto a una pieza egipcia que incluye un escarabajo con un diseño similar.
La firma Tiffany ha cedido varias piezas, entre las que destaca un collar datado entre 1900 y 1904, inspirado en el Renacimiento.
Más recientes son otras piezas, como la adornada con monedas macedonias, diseñada y fabricada por Bulgari en 1980. Un impecable ejemplo de cómo aunar lo mejor de la historia con un diseño moderno y minimalista.
Akelo (Andrea Cagnetti) firma piezas más recientes, de 2002, inspirados en las técnicas etruscas de granulación, caracterizadas por pequeños puntos y grabados.
La exposición, que se podrá visitar desde el mes de febrero hasta el 19 de agosto en el Museum of Fine Arts, en Boston, ha contado con la colaboración de 17 propietarios privados y el mismo museo.
Como no podía ser de otra manera, me quedo con la parte de la muestra que se centra en la joyería victoriana.
Muchas de las piezas expuestas pertenecen a esta época, donde el romanticismo del pasado (a veces idealizado) hacía soñar a las mujeres, y especialmente, a los artistas que se inspiraban en él.
Destacar por último lo extraordinaria que es esta exposición como muestra de pasado y presente. Hoy en día, más que nunca, el pasado se convierte en presente gracias a la inspiración de orfebres y diseñadores de joyas que han sabido recuperar lo mejor de los 4.000 años de historia de esta profesión.
¡Me quedo con muchas ganas de ir a verla!
Si te animas a viajar a Boston en los próximos meses, visita la web de la exposición, donde verás un aperitivo de las piezas más famosas.
Esa fascinación especial por la joyería no es algo novedoso, ni tan siquiera de los últimos siglos… Esa atracción, a menudo seductora, ha sido una constante desde las culturas y civilizaciones de la Antigüedad. La exposición que hoy os traemos hace un recorrido por cada una de estas etapas y su simbología a través de los siglos.
Si sigues a menudo este blog, sabrás que en López-Linares sentimos una especial predilección por la joyería medieval que lucían las grandes damas del Medievo. Así que rodearnos de broces de disco de oro, por ejemplo, nos ha parecido de lo más interesante para este mes de octubre. Y es que el museo LVR-Landes de Bonn, en Alemania, ha conseguido recopilar una de las colecciones más grandes e importantes de la joyería romana y medieval.
El maletín de la belleza de Eva
El nombre de la muestra no podía ser más acertado. Eva, como símbolo de los inicios y ejemplo de mujer de ayer y hoy, con un deseo claro, más exacerbado si cabe en los siglos de la Edad Media: mostrar un estatus que en ocasiones no era tal.
Y el maletín, como el bolso que la mujer ha portado consigo desde los inicios, para guardar todo lo que pudiera serle útil para conseguir esa ansiada belleza exterior.
Desde la Edad de Piedra hasta nuestros días
La búsqueda de la belleza no tiene un principio concreto. Sin embargo, hay constancia de que ya en la Edad de Piedra ya existían bolsos y maletines hechos de piel de animal con el objetivo de conservar medicinas, hierbas o joyas elaboradas con materiales naturales, como el marfil o las conchas de moluscos.
No fue hasta la Edad de Bronze cuando se comenzaron a utilizar diferentes metales para elaborar adornos personales, y las piezas eran cada vez más trabajadas y complejas.
Las civilizaciones egipcia y griega también dejaron numerosos ejemplos de piezas de joyería a las que, en su mayoría, se les otorgaba la magia de los amuletos. Collares y pulseras eran los preferidos por los coetáneos de Nefertitis. Con ella, los colores de las piedras que adornaban las joyas adquirieron también significados muy especiales. El color turquesa, por ejemplo, era símbolo de regeneración.
Celtas y romanos aportaron también su propia visión de la belleza, y a partir de este momento, el oro y el cristal comenzaron a utilizarse en joyería. Los romanos introdujeron además los grabados en pequeñas joyas. Una de las piezas que se muestran en la exposición es un anillo en el que se puede leer “Te amo”.
En definitiva, un pedacito de cada era que muestra cómo el ideal de belleza ha ido cambiando con los siglos, deteniéndose especialmente en nuestra querida Edad Media, de la que solemos hablar a menudo en este blog vintage. Una exposición que os animamos a visitar, si tenéis la suerte de poder viajar a Alemania en los próximos meses.
La muestra permanecerá abierta hasta el 22 de enero de 2017. Para más información, podéis visitar la web aquí.
La leyenda de Santa Orosia es tan mágica y hermosa como trágica. La vida de esta reina está repleta de increíbles historias de milagros y buen hacer, hoy venerada por la ciudad que a partir de su muerte se formó: Jaca, ubicada en los preciosos Pirineos.
Hasta ahora, sus reliquias tan sólo son mostradas en público durante unos minutos una vez al año, cuando la ciudad celebra el día de su Patrona y el Obispo muestra el relicario para su veneración. Pero las joyas que la santa porta en las telas que envuelven su cuerpo reúnen tanta historia que el Cabildo de la Catedral de la ciudad ha decidido exponerlas temporalmente.
La exposición de los Tesoros de Santa Orosia, llamada “Las joyas: cinco siglos de arte y devoción”, ya abrió sus puertas por primera vez en marzo y, que después de tres meses y de la gran acogida por parte del público, se ha vuelto a reabrir hasta el próximo 16 de octubre.
En la muestra se pueden admirar las 30 joyas más antiguas y con más historia del total de casi 50 piezas que cubren el cuerpo de Santa Orosia. En su mayoría son alhajas de plata y oro, esmaltadas y adornadas con piedras preciosas, todas de estilo Renacentista y Barroco.
Entre las piezas destacan relicarios y agnus de cristal de roca milanés esmaltados con oro y en cuyo interior se pueden encontrar exquisitas pinturas que muestran devoción la devoción de su pueblo hacia la Santa. Pero nuestros preferidos son los deslumbrantes diamantes tintados y los cristales facetados, también llamados “claveques” y que fueron tendencia durante el Barroco español.
La historia de Santa Orosia
Cuenta la leyenda que esta joven princesa de Bohemia (una de las tres regiones históricas que integran la República Checa) encontró la muerte en los Pirineos, en su camino hacia Aragón, donde contraería matrimonio con un príncipe visigodo de Aragón. Allí, intentando encontrar refugio, tropas islámicas encontraron a su comitiva y, aunque – según la leyenda – le ofrecieron la salvación a la princesa a cambio de su enlace con el jefe del batallón que la asediaba, ésta lo rechazó para no tener que renunciar a su fe. Su lealtad al cristianismo le costó la vida.
No fue hasta pasados 300 años que un pastor, guiado por un ángel, encontrar los restos de Santa Orosia, convirtiéndola así en santa patrona del reino que justo en esa época comenzaba a levantarse en la zona pirenaica.
El relicario de plata donde yacen sus restos comenzó a restaurarse hace tan sólo unos meses, motivo que permitió mostrar las 48 joyas prendidas a la reliquia, aunque de todas ellas, sólo 30, las más antiguas y de mayor valor histórico-artístico, se han mantenido expuestas al público en el Museo Diocesano de Jaca.
La entrada a la muestra cuesta tan sólo 2 euros, que son íntegramente donados al mantenimiento y organización de la exposición en sí así como a la restauración del relicario.
Si os animáis a asistir, recordad que debéis primero llamar para reservar la visita. Podéis encontrar más información es la web de Jaca.
Florencia y la familia Medici se encuentran unidos desde el Renacimiento de tal forma que no se puede hablar de la una sin mencionar a la otra. Para los que leéis este blog vintage con asiduidad, sabréis que me apasiona hablar de esta familia, contar la apasionante historia de cada uno de sus miembros, y descubrir la extensa colección de joyas que poseían.
En los talleres de nuestro espacio vintage de Madrid nos hemos inspirado ya más de una vez en las joyas que vestían los Medici para realizar nuestras piezas de estilo renacentista, siempre observando con minuciosidad los retratos que el maestro pintor renacentista Bronzino realizaba para la familia. Los pendientes inspirados en los que luciera la pequeña Bia di Medici o con los que años más tarde fuera retratada su hermana María Lucrecia di Medici son un ejemplo de estas piezas que hemos traído hasta nuestra colección de joyas históricas.
Es por esta razón que me complace especialmente presentaros la exposición “Gemas y joyas de los Medici”, que tiene lugar en el Museo Metropolitano de Arte Teien en Tokio desde el 22 de abril y que permanecerá abierta al público hasta el 5 de julio. Pero como muy probablemente asistir en persona se torna complicado, voy a intentar acercaros la muestra todo lo posible.
El tesoro de los Medici
Durante décadas, y desde el primer Gran Duque de la Tuscany, Cosme di Medici, la familia fue reuniendo una inmensa colección de riquezas de todo tipo, en su mayoría hoy celosamente guardada en el Museo de Plata del Palazzo Pitti.
Por primera vez en la historia reciente de Japón, las piezas más destacadas de esta colección son expuestas para el gran público en el Museo Metropolitano de Tokio. Entre ellas, retratos de algunos de los más venerados pintores de la época, como el mencionado Bronzino, y las piezas de joyería más destacadas que muy elegantemente vestirían los miembros de la familia para mostrar su poder y riqueza.
De entre las piezas expuestas no podemos dejar de mencionar la colección de cameos medievales que cautivaron a Lorenzo el Magnífico durante toda su vida. Fue el precursor de la “edad de oro” de la familia di Medici. Sobre él se decía que tenía “el carácter de un artista y el alma de un monarca”. Cabe mencionar la influencia griega y romana en las piezas renacentistas, como bien se observa en la muestra.
En total, la exposición reúne 60 piezas de joyería y 20 retratos, todos ellos clave para entender la trágica y a la vez, romántica, historia de esta familia.
Pero no sólo esta colección es merecedora de nuestra atención. El Museo, construido en 1933 como residencia del Príncipe Asaka, es en sí una obra de arte de estilo Art-Decó.
Algo que me ha llamado la atención es una oferta que hacen a la entrada del Museo. A los visitantes que luzcan perlas se les realiza un descuento de 100 yenes. ¡A tenerlo en cuenta si decidimos ir a verla!
Además de la oficial misión evangelizadora que sirvió como excusa para la colonización de América, otros motivos oficiosos movieron a aquellos primeros colonizadores españoles: el oro y la plata que abundaba en la vasta región. La mayoría fue tallado a mano y convertido en preciosas joyas coloniales que posteriormente embellecían con una amplia variedad de piedras preciosas encontradas también en la zona.
Esmeraldas procedentes de Colombia, coral encontrado en Méjico o perlas extraídas de la recién colonizada Venezuela sirvieron para adornar las joyas expuestas en la exposición recomendada de este mes: Glitterati. Portraits & Jewelry from Colonial Latin America, que permanecerá abierta en Museo de Arte de Denver hasta el 27 de noviembre de 2016.
El propósito de tan deseadas joyas no era otro que mostrar el estatus y grandiosidad de aquellos españoles que habían decidido trasladar sus hogares a Latinoamérica, en busca de aumentar su riqueza. La vida en el Nuevo Mundo habría de ser lujosa, o al menos, mostrarlo así.
Tanto mujeres como hombres posaban una y otra vez para famosos pintores de la época engalanados con sus mejores galas y luciendo sus piezas de joyería más llamativas, como elaboradas tiaras, collares con ostentosos colgantes o voluminosos pendientes cargados de oro. Pero el mostrar la riqueza – que muchos realmente no habían conseguido – no sólo era potestad de las mujeres. Los hombres lucían también orgullosos sus engalanados sombreros, anillos o cierres de cinturones con piedras preciosas incrustadas.
Y aunque su misión encomendada era predicar el Evangelio y convertir a cuantos más habitantes de la zona al Cristianismo mejor, los sacerdotes enviados a las colonias fueron también retratados con cruces y rosarios de oro macizo, así como las monjas posaron con broches de plata u oro labrados a mano con miniaturas de la Virgen María y otros Santos.
Y lujosa era también la forma en la que guardaban estas valiosas piezas: cajas con decoraciones incrustadas y lacadas a mano servían para salvaguardar sus riquezas… y su recién alcanzado estatus.
La exposición, que muestra todas estas joyas así como muebles y retratos cedidos por la Colección Colonial Española, puede visitarse de martes a domingo en el Denver Art Museum hasta noviembre de este año. Podéis consultar más información en la web del museo.
Sextilis es el mes que el emperador romano Octavio Cesar Augusto eligió para que llevara su nombre. El mes originalmente tenía 30 días, pero fue aumentado a 31 para “no ser menos” que Julio.
En su reinado se vivió uno de los periodos más refinados y brillantes de la cultura romana, en el que sobresalieron los grandes poetas Horacio y Virgilio.
Consagrado igualmente a la diosa Diana, hay varios acontecimientos que han influido en los objetos que he seleccionado en esta ocasión. El día 12 estaba consagrado a Hércules y en ese día se sacrificaba un toro en su honor, pudiendo ser el origen de todas las tradiciones de tauromaquia que aparecieron posteriormente.
El día 13, que estaba considerado el más caluroso del año, se celebraba un ritual en honor a la diosa Diana portándose al bosque guirnaldas de flores y una gran antorcha. Siguiendo con este ritual el día 15 se purificaba con agua y se realizaba un gran banquete con vino, tortas húmedas y fruta.
El día 19 se hacía un ritual en honor a Júpiter y se celebraba una gran fiesta para proteger las viñas.
Todas estas celebraciones, y la propia vida del emperador, me han servido de inspiración a la hora de componer el bodegón correspondiente al mes de Agosto.
Quiero dar las gracias a Zings por prestarme la escultura de bronce del toro, para la realización de mi fotografía de este mes.
Joven de buen carácter, vivaz y coqueta, era considerada la segunda más bella de las hijas del zar. Decían que su hermana Tatiana era aún más bella.
Poseía unos expresivos ojos azules, tan grandes que en la familia eran conocidos como «los platillos de María». Vivía en una de las 100 habitaciones del palacio de Alejandro, a 20 km al sur de San Petersburgo, con su hermana la Gran Duquesa Anastasia, formando lo que en palacio se conocía como «la pequeña pareja».
Su tutor francés Pierre Gilliard dijo de ella que era “alta y bien estructurada, con mejillas sonrosadas”. Tatiana Botkina decía que la expresión de los ojos de Maria era «suave y gentil». Durante su infancia su apariencia física era comparada con la de los ángeles de Botticelli. El Gran Duque Vladimir Alexandrovich de Rusia la llamaba «El bebé amigable», por su naturaleza buena.
Al estallar la revolución rusa, fue confinada junto a su familia en el Palacio Alejandro de Tsárskoye Seló. En agosto de 1917 fue trasladada con ellos a Tobolsk (Siberia) y posteriormente, en la primavera de 1918, a Ekaterimburgo. En la madrugada del 17 de julio de ese mismo año murió asesinada por los bolcheviques, junto a su familia y varios sirvientes.
Retrato de la retratista Christina Robertson (1796-1854), en la que podemos apreciar su sutil y melancólica belleza.
Pasear por los pasillos del Museum & Art Gallery de Birmingham, en Inglaterra, supone sensaciones encontradas. Por un lado, la modernidad de sus formas en cada esquina contrasta con las joyas vintage que decoran sus paredes. Para disfrutar de esta exposición, es necesario verlo todo como un solo elemento; decoración, recinto y la exposición en sí. Todo junto evoca un sueño. No en vano es llamada “La habitación de los sueños”.
La exposición que hoy hemos destacado es la mejor exhibición de una de las maestras joyeras más afamadas de Inglarerra: Wendy Ramshaw. Si no te suena el nombre, me encantará presentarte su trabajo en estas líneas, y estoy segura de que acabarás prendada de su forma de pensar y de inculcar sus deseos de belleza a todas sus piezas.
La Habitación de los Sueños (The Room of Dreams) es una retrospectiva de toda la carrera de Wendy Ramshaw, su masterpiece. En ella se mezclan exquisitamente el vivo color rojo sobre el inmaculado blanco de las paredes, que ostentan un total de 80 joyas. Cada una de estas piezas están inspiradas a su vez a un sueño, historias que nos recuerdan deseos que han sido recogidos en más de una obra en las últimas décadas, como en Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, a quien la artista dedica una de sus piezas.
Wendy Ramshaw nació con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Cuando la contienda finalizó ella, con tan sólo seis años, ya disfrutaba mezclando piezas de tela para formar preciosos diseños.
Inglaterra volvía vencedora, y como tal, su pueblo era merecedor de una gran fiesta que celebrara los logros conseguidos en numerosos campos como la ciencia, la agricultura, la literatura y la industria: el Festival of Britain, al que también fueron invitados artistas y diseñadores noveles, como Wendy, que entonces contaba con 12 años. A partir de este festival, su vida cambió.
Tras contraer matrimonio con David Watkins en 1961, la pareja comenzó a trabajar en numerosos proyectos juntos, no solo en la vida al no separarse prácticamente nunca y mantener un taller conjunto durante 35 años, sino también laboralmente. Ambos han hecho una gran contribución al arte y el diseño. Juntos. Siempre juntos.
Ramshaw se ha convertido por derecho propio en la principal diseñadora de joyería moderna de Inglaterra, llegando a ser una de las dos únicas mujeres admitidas en la Worshipful Company of Goldsmiths. Numerosos premios y condecoraciones la avalan, pero lo que mejor puede hablar de su triunfo es su trabajo, que os dejamos en imágenes en este artículo y que esperamos os guste tanto como a nosotras.
La exposición puede visitarse hasta el 22 de mayo de este año.