La compañía Ciner fue fundada en 1892 por Emanuel Ciner, emigrante australiano que inicialmente se dedicó a la fabricación de piezas de joyería de alta calidad. En 1918 el Chicago Times recogía la noticia de que la Compañía Ciner de Nueva York había sufrido un robo de 9.000 dólares en gemas, las cuales fueron recuperadas debido al arresto de uno de los cómplices.
Durante la guerra, como muchas otras empresas de joyería, se enfrentaron a tiempos difíciles. Irving Ciner, hijo de Emanuel, unió las fuerzas de 50 empresas manufactureras para formar la Asociación de Fabricantes de Plata de Nueva York (New York Silver Manufacturers Association). La misión de la asociación era producir plata Sterling para sus miembros durante las restricciones en tiempo de guerra. El grupo luchó para mantener la estabilidad de la industria local de joyería.
En 1930 Ciner comienza a fabricar bisutería de muy alta calidad. La idea era crear piezas de bisutería que parecieran autenticas joyas. Esto lo consigue gracias a la alta calidad de sus esmaltes y a las perlas que utilizaban. Perlas hechas especialmente por artesanos japoneses, pequeños abalorios con una base cristalina que van cubiertos sucesivamente con un acabado luminiscente, el cual da a las perlas un aspecto de perlas cultivadas.
Las piezas de Ciner producidas antes de la 2ª guerra mundial no solían estar marcadas.
En 1946, la Compañía Ciner inició sus primeros esfuerzos para publicitarse a nivel nacional, dándose la compañía categoría a través de populares revistas de moda como el Vogue.
El 8 de febrero de 1958, fallece Emanuel Ciner. Su hijo Irving dirigió la compañía a través de las turbulentas décadas de los 60s y 70s. Irving fue incapaz de adaptarse a los tiempos modernos, debido a su estilo tan estridente y sus métodos de comercialización más agresivos, siendo por ello que en 1978 decidiera vender la firma a su hijo David, esposo de Pat Hill Ciner.
David ya tenía experiencia como diseñador de joyas, apareciendo ya su nombre en algunas de las piezas posteriores a 1978. Después de su fallecimiento en 2008, la compañía pasó a manos de Pat y su hijo, que siguen participando activamente en ella.
La fabricación todavía se hace en los Estados Unidos, manteniendo la tradición del chapado en oro de 18 quilates y, por supuesto, reproduciendo algunas de las piezas más emblemáticas de las primeras colecciones.
Ciner a conseguido mantenerse en pie durante más de100 años en manos de la misma familia, lo cual resulta digno de elogio, siendo sus piezas más antiguas altamente apreciadas por los coleccionistas americanos.
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