Hoy queremos hablaros de la amatista, que es la piedra natal del mes de febrero. Y, además, es la gema morada más popular del mundo. De hecho, hasta el siglo XVIII la amatista era una de las cinco piedras preciosas principales: diamante, esmeralda, rubí, zafiro y amatista.
Aunque antes de 1912, las piedras que se asociaban a este mes eran la amatista pero también el circón y la perla. A día de hoy, es la amatista quien ha ganado la batalla, y es considerada y aceptada como la piedra natal de este mes. Pero no solo eso, sino que también está asociada astrológicamente con el signo Piscis (19 de febrero – 20 de marzo).
Amatista en la naturaleza.
Esta piedra se presenta en tonos primarios desde un lavanda claro o un violeta pálido hasta un morado intenso. La amatista puede exhibir uno o ambos tonos secundarios: el rojo y el azul. El púrpura contiene la energía y la fuerza del rojo, así como también la espiritualidad e integridad del azul.
Y luego esta el Ametrino, que es la mezcla de amatista y citrino con su típica tonalidad de color. Que por cierto, nos ha parecido maravillosa, y ya estamos poniendo el ojo en diseñar algún pendiente con esta preciosa variedad. ¿Os gustaría?
Las amatistas de alta calidad se pueden encontrar en Siberia, Sri Lanka, Brasil, Uruguay y el Lejano Oriente. Podemos encontrar diferentes colores de amatista según el lugar donde proviene la piedra. Por ejemplo, la “amatista siberiana” (una de las más caras del mercado) es una variedad color púrpura muy intenso con destellos rojizos y azulados. En África, Brasil y Uruguay encontramos los yacimientos más importantes, y la tonalidad de la piedra más intensa. La “Rosa de Francia” posee un color lila pálido, muy común en el mundo de la joyería.
La historia de la amatista
El nombre de amatista proviene del griego AMETHYSTOS, que significa “no intoxicada” o “sobria”. ¿A qué se debe este nombre? Se dice que tiene este nombre por el color de la piedra. Un color que nos recuerda al del vino rebajado con agua, para limitar su poder embriagador y evitar los efectos negativos.
Los griegos nombraron esta piedra con la antigua creencia de que al usarla, o al beber de una copa tallada con ella, los protegería de embriagarse. O que actuaría como un antídoto contra la intoxicación, posiblemente debido al parecido de color entre la amatista y el vino. Exactamente lo mismo sucedió con los Romanos que usaban copas talladas con ella por este mismo motivo. También se creía que mantenía la lucidez y el ingenio en los negocios y la batalla, y es por este motivo que los soldados de la Europa medieval usaban la piedra natal de febrero como un amuleto protector.
La piedra natal de febrero en diferentes culturas.
Mitologia Griega.
Cuenta la mitología griega que Dionisio, el dios griego del vino (conocido como Baco en la mitología romana), fue insultado por un mortal. En su ira, juró matar al siguiente mortal que se cruzase por su camino con una manada de tigres salvajes que él mismo crearía. Trágicamente, esa mortal fue Amethystos, una hermosa y joven doncella que se dirigía a rendirle tributo a Artemisa (la diosa de la cacería, la naturaleza, los animales salvajes, la luna y la castidad)
Parece que Artemisa sintió pena por Amethystos, por lo que la convirtió en una estatua de cuarzo cristalino puro. Para así protegerla de las garras de los tigres de Dionisio. Al ver la belleza de la estatua, Dionisio lloró lágrimas de vino, manchando el cuarzo, y dando así a la amatista su característico color púrpura.
La era Romana.
En esta época, esta piedra fue asociada con Neptuno, así como con San Valentín, el santo del siglo III y modelo del amor cortesano. Que, como ya sabéis se celebra el 14 de este mismo mes. Se dice que San Valentín llevaba un anillo de amatista grabado con la imagen de Cupido.
La tradición cristiana.
En la tradición cristiana, la piedra natal de febrero (y el color púrpura) simbolizan la realeza y el clero, particularmente los obispos, quienes usan amatistas en sus anillos eclesiales para protegerse de intoxicaciones místicas. Además, las amatistas son conocidas por adornar las copas de vino del clero y la nobleza por igual, para protegerlos de la intoxicación alcohólica más común.
El antiguo egipto.
Para los egipcios, la amatista era conocida como hemag. Es mencionada en el Libro de los Muertos, donde dice que es tallada en amuletos en forma de corazón y colocada dentro de los sepulcros.
Oriente.
En las filosofías orientales, la amatista se ha usado durante mucho tiempo en ofrendas en templos. Y para crear rosarios con cuentas. Aún a día de hoy, los tibetanos consideran la amatista como sagrada y tallan sus cuentas de oración con ella.
Propiedades de la amatista.
Dicen que la amatista representa el talento artístico, la sensibilidad, el carisma, la audacia y el amor profundo. Aspectos característicos de los nacidos en febrero.
Se dice que es un tranquilizante natural, que calma la mente y ayuda a dormir y conseguir un sueño placentero. Esta piedra puede romper patrones de pensamiento ansiosos o adictivos. Su alta vibración bloquea las energías negativas y estresantes y estimula la serenidad de la mente.
Además, la piedra natal de febrero tiene una conexión con la convivencia. Se suele regalar en el 6º aniversario de bodas.
Vintage by Lopez-Linares
Esta es la preciosa piedra del mes de Febrero, el segundo mes del año, marcado por la celebración del día de los enamorados. Nosotras creemos que sería un precioso regalo, no solo para las nacidas este mes, también para celebrar el amor en pareja con un pequeño detalle sorpresa. O celebrar ese sexto aniversario de convivencia o relación, que siempre dicen que es tan significativo dentro del largo camino en el que seguro nos gustaría mantener nuestra relación.
Os dejamos algunos ejemplos de joyas realizadas con esta magnifica piedra que estamos seguras os van a sorprender. Si estás pensando en ampliar vuestra colección de joyas con una realizada con amatista, queremos recordarte cómo limpiar esta piedra.
Puede limpiarse de manera segura, simple y efectiva con agua jabonosa tibia y un cepillo suave, como un cepillo de dientes. Con mucho cuidado y delicadeza.