La decisión de pasar cuatro días recorriendo el Maestrazgo en coche, parando a disfrutar de cada uno de los pequeños pueblos y aldeas que salpican esta preciosa comarca entre las provincias de Teruel y Castellón, ha sido una de las más acertadas de mi 2013.
Una de mis primeras paradas fue en Forcall, un pequeño municipio de la comarca de Els Ports, situado en un precioso valle de gran riqueza paisajística y faunística. Pero no fue eso lo que más me impresionó al llegar allí, sobre todo me asombró la cordialidad y la amabilidad de sus gentes. Reciben al turista con una enorme sonrisa y todo su afán por agradarte.
En Forcall me sucedieron dos cosas sorprendentes. La primera fue conocer a Pep Orti. Pep me paró por la calle, eran las 9.00 de la mañana y yo me encontraba disparando a esos pequeños tesoros que iba descubriendo por su pueblo. Su invitación fue directa: “Si te gusta la fotografía, igual te gustaría fotografiar mi museo”. Tras pasar por el hotel para desayunar no tardé en regresar, y al poco me encontraba dentro de un local a la calle de una tradicional casa de pueblo de la zona.
El pequeño museo de Pep había sido creado por la iniciativa de su padre Florenci Orti. Un espacio amplio de techos muy altos, con una luz tenue y sutil que envolvía cada una de las piezas, diferentes utillajes de todo tipo y aperos de labranza tradicionales de todas épocas, que Florencio ha ido recogiendo y restaurando a lo largo de toda una vida. Me comentaba Pep, cómo la mayoría de las piezas allí expuestas llegaron hasta sus manos a base de pequeños truques con los vecinos de la zona. Toda una vida recopilando y restaurando todo tipo de útiles y aperos utilizados ancestralmente en las matanzas, cultivo de la vid, transporte, elaboración de calzado, labranza, …
Florenci es maestro alpargatero, ya retirado, como lo fueron su esposa y sus padres, todos ellos elaboraban las tradicionales espardeñas -tradicional calzado de lona con suela de cáñamo o yute, asegurado al pié por cintas- de trabajo y fiesta que calzaban en Forcall y toda esa comarca. Una tradición que Pep continúa y mantiene, impartiendo esporádicos talleres a todos aquellos interesados en esta artesanía del calzado. Justamente ese mismo fin de semana tenía previsto impartir uno, y ya tenía todo el material preparado para recibir a sus alumnos que iban a salir con un par de preciosas alpargatas realizadas artesanalmente por ellos mismo.
La parte alta del local alberga una completísima exposición de herramientas para el tratado de las fibras y demás útiles de alpargatero. Allí se exponen la silla de trabajo del padre, de la madre y de la abuela de Pep, así como una pequeña exposición de alpargatas de distintas épocas.
Salí de allí con una fantástica sensación, emocionada de ver cómo alguien ha tenido la sensibilidad de ir seleccionando, recopilando y clasificando, con tanto esmero y cariño, todos esos elementos que han formado parte del trabajo, la cultura y la vida de su pueblo. Son esas pequeñas historias capaces de alegrarme y dar sentido no solamente a un día sino a un viaje completo. Esas pequeñas historias que me llegan tan adentro y me emociona escuchar de sus protagonistas.
Os dejos con algunas de las imágenes que tomé mientras Pep me explicaba, con todo detalle, la historia de cada una de las piezas allí expuestas por la iniciativa de Florenci, su padre.
Muchas gracias Florenci por recopilar y ordenar todos estos pequeños testimonios de la vida y el trabajo de tu comarca. Y a Pep por mantener, mimar y difundir con tanto esmero su legado.
La segunda sorpresa que descubrí en Forcall, si me lo permitís, os la contaré en unos días.