Hoy venimos a hablar de una mujer que se hizo muy popular en la corte belga por su belleza y bondad. Se trata de Louise Marie D’Orleans.
Louise Marie D’Orleans, cuyo nombre completo era Louise-Marie Thérèse Charlotte Isabelle of Orléans, era una jovencita de gran belleza, rubia de ojos azules, muy tímida e inocente. Ella, lo último que quería era convertirse en Reina, entre otras cosas, porque eso le suponía separarse de su familia. Nacida en Palermo, Sicilia, el 3 de abril de 1812, era la hija mayor del futuro rey francés Luis Felipe I, y de su esposa María Amalia de las Dos Sicilias. De niña tuvo una educación religiosa y burguesa gracias al papel desempeñado por su madre y su tía, la princesa Adélaïde de Orléans, con quien estaba muy unida. Su tía le dio una educación religiosa estricta. También aprendió a hablar inglés, alemán e italiano.
Matrimonio de Louise Marie D’Orleans con el Rey Leopoldo I
En 1830, su padre se convirtió en rey de los franceses. Gracias a esto, su posición cambió y su estatus se elevó al de “la hija mayor de un rey».
El 9 de agosto de 1832, Louise, de veinte años, se casó con el rey Leopoldo I de Bélgica, veintidós años mayor que ella, en el Palacio de Compiègne. Se trataba del segundo matrimonio de Leopold. Que estuvo casado con su primera esposa Charlotte de Gales hasta 1817 que falleció en un parto. Como Leopold era protestante, él y Louise tuvieron una ceremonia tanto católica como calvinista.
A la madre de Louise no le gustaba este matrimonio por el hecho de que Leopoldo era protestante. Pero dado que el padre de Louise era un nuevo monarca y su posición era débil a los ojos de otros monarcas, el matrimonio se consideró favorable para la nueva dinastía francesa de Orleans. Ya que esto también facilitaría los matrimonios de sus hermanos/as con miembros de dinastías establecidas.
Como casi todos los matrimonios de la época, este se arregló en contra de la voluntad de Louise. Ella no estaba feliz de dejar Francia y a su familia. Pero su marido Leopold siempre tuvo cuidado de tratarla con consideración y respeto desde el primer momento. Tuvieron un matrimonio considerado “armonioso”. Nunca se arrepintió de este matrimonio ya que llegó a enamorarse profundamente de su marido. Fue una devota esposa y madre muy cariñosa de sus cuatro hijos. La tercera de sus hijos fue Carlota que se casó con el Archiduque Maximiliano de Austria (hermano de Francisco José, marido de “Sissi”).
La vida de Louise Marie D’Orleans como reina
Al ser una persona bastante tímida, y como su esposo prefería que ella viviera una vida familiar tranquila, no tuvo muchas oportunidades de superar su timidez. Louise rara vez participó en la representación pública, pero actuó como asesora política de su cónyuge. Su extensa correspondencia es una valiosa fuente histórica de la época y ha sido publicada. Vivió una vida familiar privada dedicada a la crianza de sus hijos. Con los años, la confianza del rey en las capacidades de su esposa creció hasta el punto de sugerir al gobierno que la reina Louise debería ser nombrada regente oficial cuando él estuviera ausente del país. Sin embargo, su sugerencia encontró una oposición tan unánime que se vio obligado a retractarse de sus planes.
A pesar de llevar una vida bastante familiar y lejos de la vida pública, los reyes organizaban regularmente representaciones reales privadas en forma de recepciones, bailes y banquetes estatales para la aristocracia en el Palacio Real de Laeken. Durante los primeros años de su reinado, la mayoría de los invitados eran británicos, ya que la nobleza belga seguía siendo en gran parte leal a la Casa de Orange. Pero gradualmente la aristocracia belga comenzó a asistir a las recepciones reales. Los invitados a las recepciones reales eran casi las únicas personas que Louise conocía en Bélgica. Entre este pequeño círculo, Louise gradualmente se volvió un poco menos tímida y parecía disfrutar de los bailes de máscaras.
Su últimos años
Después del nacimiento de su último hijo en 1840, Leopold y Louise solían pasar su tiempo libre por separado: mientras Leopold visitaba las Ardenas, Louise prefería pasar sus vacaciones en Ostende. A partir de 1844, Leopold mantuvo una relación con Arcadie Claret, a quien instaló en una casa cercana al palacio de Bruselas. La salud de Louise, que se vio debilitada por el parto así como por las desgracias de su familia en Francia, provocó que las simpatías del público estuvieran con Louise contra Leopoldo en este asunto, y el carruaje de su amante fue bombardeado con inmundicia en la calle.
La reina murió de tuberculosis en el antiguo palacio real de Ostende el 11 de octubre de 1850. Su muerte fue confirmada en actas por los ministros Charles Rogier y Victor Tesch. Dedicó su vida a los necesitados, era de una caridad inagotable, por lo cual el pueblo belga la lloró cuando en 1850 murió de tuberculosis con apenas 38 años de edad.
Su cuerpo fue llevado a Laeken y se erigió un monumento en Ostende. Está enterrada junto a su esposo en la Cripta Real de la Iglesia de Nuestra Señora de Laeken.