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“Maria Felix: Sus espectaculares joyas Cartier”

29 junio, 2022

María de los Ángeles Félix Güereña nació en abril de 1914 y fue una conocidísima actriz y cantante mexicana. Junto a Pedro Armendáriz y Dolores del Río, fue una de las figuras más exitosas del cine latinoamericano de las décadas de 1940 y 1950. Considerada una de las actrices más bellas de la Época de Oro del cine mexicano, su gusto por la delicadeza y fuerte personalidad le valieron el título de diva al inicio de su carrera. 

Hoy queremos hablaros un poco de María Félix, pero queremos centrarnos sobre todo en las espectaculares joyas que lució a lo largo de su vida.

María Félix

Maria, era hija de un militar y contaba con quince hermanos. Durante su infancia vivió en Álamos y más tarde se mudaron a Guadalajara. Fue en esta ciudad, cuando ella tenía 17 años, que comenzó a llamar mucho la atención por su increíble belleza. Llegó a ser Reina de Belleza de la Universidad de Guadalajara. 

Fue en esta misma época que Maria Felix conoció a Enrique Álvarez Alatorre, vendedor de la firma de cosméticos Max Factor. Entre los dos surgió un romance y llegaron a casarse y tener un hijo: Enrique “Quique”. Tras 6 años de matrimonio la pareja decidió divorciarse, y Maria regresó con su familia a Guadalajara. En aquella época el divorcio no estaba muy bien visto, y Maria sentía como la gente cotilleaba y comentaba que era divorciada. Por ello, decidió mudarse a Ciudad de México con su hijo, y así alejarse de todos los cotilleos. 

Su vida profesional

Una tarde después del trabajo mientras caminaba por la calle en la Ciudad de México, el director y cineasta Fernando Palacios se le acercó para preguntarle si quería hacer películas. Su respuesta fue:

«Cuando yo quiera, será por la puerta grande».

Palacios finalmente la convenció de incursionar en el cine. Su carrera como actriz consta de 47 películas realizadas en México, España, Francia, Italia y Argentina. Llamada “la diosa suprema del cine en español” por The New York Times. Pero Maria no solo trabajó como actriz, también lo hizo como modelo para muchos pintores de renombre. MAria tuvo una vida apasionante, pero hoy queremos centrarnos en sus joyas. Si queréis que hablemos sobre su vida más en profundidad, no tienes más que decírnoslo en comentarios.

Las joyas de María Félix

Parece claro que María Félix se identificó con las serpientes por todo el simbolismo de creatividad, sabiduría y fuerza que representan estas criaturas. Usó joyas de serpiente durante toda su vida adulta. Aunque también utilizó muchas joyas de otros reptiles, tenía predilección por ellos. Su estilo se volvió mucho más audaz a mediados de la década de 1960, un período en el que su residencia principal estaba en París con su tercer marido, un empresario suizo llamado Alexander Berger. Alrededor de 1966 visitó el buque insignia de Cartier en la rue de la Paix y encargó un collar de serpiente que quería que fuera del tamaño de, bueno, una serpiente grande.

El collar de serpiente

Como podéis ver en la foto, el tamaño de la serpiente es imponente. El collar esta compuesto de platino, oro amarillo, dos esmeraldas que conforman los ojos y esmalte verde, rojo y negro. La espectacular pieza contiene un total de 2.473 diamantes de talla brillante y baguette (con un total de 178,21 quilates). Los artesanos de Cartier tardaron dos largos años en crear esta joya, hoy emblemática de la Maison Cartier. El amor entre María y Cartier se convirtió en un hito de la joyería, creando continuamente joyas para ella.

El collar de cocodrilo

En 1975, Félix le encargó su joya de reptil más excepcional: un collar doble de cocodrilo. La legendaria historia detrás del diseño es que La Doña entró en Cartier abrazando un pequeño cocodrilo bebé vivo que traía como fuente de inspiración. Quería encargar un collar réplica de su querida mascota.

Cartier se tomó una licencia creativa para crear dos cocodrilos en lugar de uno, e iluminarlos de oro amarillo con gemas. Un cocodrilo está cubierto con 1.023 diamantes amarillos de talla brillante que pesan 60,02 quilates. Cabujones de esmeralda en forma de navette forman los ojos. El otro está cubierto con 1.060 esmeraldas que pesan 66,86 quilates. Tiene ojos cabujón de rubí. Los cocodrilos se pueden usar individualmente como broches o se pueden unir para formar un collar.

Los pendientes de serpiente

Unos años después de adquirir el collar de serpiente, Félix encargó de manera especial un audaz par de pendientes de serpiente dorados con esmalte turquesa que cubría las escamas de la cabeza y la punta de la cola. Pequeños rubíes forman los ojos. Si bien los pendientes están lejos del aspecto de un artículo de Cartier, se sienten más como la colección de animales de la joyería francesa hecha a lo largo de los años. Son parisinos y salvajes, es decir, elegantes. En la foto más abajo podemos ver como luce estos pendientes y su enorme tamaño.

Maria Felix lució numerosas joyas a lo largo de su vida. Todas mezcladas, muchas pulseras juntas, collares, anillos… Podríamos decir que las luce de “manera exagerada”. Pero nosotras tenemos que reconocer que ¡NOS ENCANTA!. Esa forma de lucir tantas joyas a la vez, de forma tan elegante y a cada una más impresionante. El “menos es mas” no existía para ella, y aunque en ocasiones funciona muy bien, el estilo de Félix a nosotras nos apasiona. 

Bibliografía

https://theadventurine.com/

https://en.wikipedia.org/

https://nudemagazine.com/

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