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“La Condesa de Castiglione: La verdadera estrella de la fotografía temprana”

27 abril, 2022

En el post de hoy os vamos a contar la historia de la Condesa de Castiglione. Una mujer con una vida alucinante, que además, a día de hoy es conocida como una estrella de la fotografía temprana. Una mujer que ejerció de espía y que ayudó a la unidad de Italia. 

La Condesa de Castiglione.

Su nombre era Virginia Oldoni. Nació en Turín, en el seno de una familia de la nobleza italiana.  Su educación fue esmerada; dominaba cuatro idiomas, así como la danza y la música. A todo esto le acompañaba una belleza extraordinaria junto con una gracia y desenvoltura muy viva. Sin dejar atrás su desbordante inteligencia. 

Con solo 17 años contrajo matrimonio con el Conde de Castiglione, doce años mayor que ella, el cual se mostró desde el primer momento como una persona fría y reservada. Muy distinto del carácter jovial de la condesa. A ella, por el contrario, le encantaban las fiestas y los viajes.  

El matrimonio tuvo un único hijo llamado Giorgio que moriría a edad temprana de viruela. En una de las innumerables fiestas la condesa coincidió con su primo Cavour, primer ministro del Rey Víctor Manuel II de Cerdeña y el Piamonte. Este le propuso a su querida prima hacer uso de sus encantos e influir para que el Emperador Napoleón III se pusiera de parte de Italia. Para así atacar al enemigo austriaco y, al mismo tiempo, hacer de espía en Francia. Los condes aceptaron la propuesta y partieron hacia París.

Su romance con Napoleón I.

Tras varios intentos en distintas fiestas, consiguieron ser presentados al emperador Napoleón y a su reciente esposa Eugenia. El Emperador, amante de la belleza femenina, no tardó  en caer  en brazos de la condesa. Y comenzó un romance que duró  dos años y, como era de esperar, escandalizó a todo París. 

El escándalo llevó a su marido a pedir la separación matrimonial. El idílico romance se cortó de pronto cuando se descubrió la doble vida de la condesa y la correspondencia que enviaba y recibía de Italia. Se vio obligada rápidamente a abandonar París y a Napoleón. Regresó a Italia donde pasó de la vida fastuosa de París a estar prácticamente recluida en su casa. Años después, volvió a París, donde vivió sus últimos veinte años, en un sencillo entresuelo de la plaza Vendôme. Se convirtió en una mujer solitaria y triste; salía de noche con un velo negro que le cubria el rostro. Le llamaban “la loca de Vendôme”.  Murió sola en 1899 olvidada de todos. 

Esto es, por supuesto, un breve resumen de su vida. Si os interesa saber más en detalle toda su historia, no dudéis en decírnoslo y hacemos un post más detallado. Pero en el de hoy, queremos centrarnos en su faceta de artista fotográfica.

Artista fotográfica.

Cuando vimos por primera vez esta fotografía nos quedamos sin palabras. Fue tomada, nada más y nada menos que, alrededor de 1863.

En 1856 comenzó a posar para Mayer y Pierson, dos fotógrafos favorecidos por la corte imperial francesa. Durante los siguientes 40 años, dirigió a Pierre-Louis Pierson para que la ayudara a crear 700 fotografías diferentes. Gastó gran parte de su fortuna personal e incluso se endeudó para ejecutar este proyecto masivo. 

Os vamos a ir dejando algunas de las fotografías que le hicieron. Nosotras hemos alucinado con todas ellas. Fijaos lo modernas que son para la época. Son fotografías que bien se podrían haber tomado en nuestra época y tienen más de 150 años. 

Virginia Oldoini fue una modelo muy consciente. La mayoría de las fotografías muestran a la Condesa con sus atuendos teatrales, como el famoso vestido de Reina de Corazones. Se retrató a sí misma como varios personajes bíblicos y literarios como Beatriz, Salambo, Medea, Lady Macbeth, Judith, una monja, una prostituta, Ana Bolena, Reina de Etruria, Reina de Corazones e incluso un cadáver en un ataúd.

En la década de 1890 comenzó de nuevo una breve colaboración con Pierson, aunque sus fotografías posteriores muestran claramente su pérdida de cualquier juicio crítico, posiblemente debido a su creciente inestabilidad mental. Ella deseaba montar una exhibición de sus fotografías en la Exposition Universelle (1900) titulada “La mujer más bella del siglo”, aunque esto jamás llegó a suceder. El 28 de noviembre de 1899 murió a los 62 años y fue enterrada en el cementerio Père Lachaise de París.

Robert de Montesquiou, poeta simbolista y ávido coleccionista de arte, estaba fascinado por la Condesa de Castiglione. Pasó 13 años escribiendo una biografía, La Divine Contesse, que apareció en 1913. Después de su muerte, recopiló 433 de sus fotografías, todas ellas se encuentran en la colección del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

Vintage by Lopez-Linares.

Como amantes de la fotografía, estamos fascinadas con Virginia Oldoni. Sus poses, el atrezzo, la iluminación… son todo elementos muy novedosos para la época. Parecen fotografías que se hayan realizado en nuestra época. En aquellos años parecía impensable que se hicieran este tipo de fotografías. Pero la Condesa de Castiglione fue, sin duda, una mujer valiente y moderna. Tanto en su vida, como en los proyectos fotográficos que realizó. Os hemos dejado algunas imágenes en este post, pero si queréis ver más, podéis hacerlo en este link. Sin duda os recomendamos verlo! 

 

Bibliografía

Todas las fotografías: Pierre-Louis Pierson, The Countess of Castiglione’s back and hair, The Metropolitan Museum of Art, New York, NY, USA.

https://www.dailyartmagazine.com/

https://www.metmuseum.org/art/

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