Hacer de una pasión el pilar fundamental de tu vida. Algo que pocos han logrado de manera tan brillante como la británica Jane Goodall (Londres, 1934), una de las científicas vivas más respetadas y figura emblemática por su trabajo en defensa de los chimpancés. Doctora en Etología por la Universidad de Cambridge y doctora honoris causa por más de cuarenta universidades del mundo, ha sido distinguida con más de un centenar de premios internacionales, entre ellos el Príncipe de Asturias de Investigación en el año 2003.
Su rostro dulce y aniñado a pesar de su edad, enmarcado por el pelo cano recogido en una casi eterna coleta, es casi tan característico como el peluche con el que siempre es fotografiada y que lleva en todas sus conferencias. Y es que su figura está estrechamente ligada a la de estos primates, por los cuales sintió verdadera devoción desde su infancia, desarrollada en Inglaterra. Con poco más de veinte años viajaba a Kenia para estudiar con un prestigioso antropólogo, dando comienzo a una brillante carrera profesional y personal que incluye más de una veintena de libros, exhaustivos artículos, documentales y una pionera investigación de campo sobre la vida de los chimpancés salvajes en Tanzania que abarca casi cincuenta años.
Gracias a su capacidad de observación y a su empatía con estos animales, hoy en día se sabe mucho más sobre sus fascinantes rutinas de comportamiento y sobre todo lo que compartimos con ellos. Sus estudios desarrollados en África son tan relevantes que supusieron una auténtica revolución en el campo de la biología. Además de defender a estos animales, la naturalista británica siempre ha promovido que llevemos una existencia más sostenible y que se respete a todas las especies, luchando por lograr un cambio en la conciencia de las personas.
Convertida en un referente para los primatólogos, Goodall fundó a finales de los setenta el instituto que lleva su nombre, una organización global sin ánimo de lucro a través de la cual se investiga, se difunde y se protege el universo de los chimpancés, pero también de otros seres vivos. Profundamente crítica siempre que se le pregunta al respecto de su confianza en la humanidad, con la que se muestra bastante desencantada –aunque afirma confiar en el poder de las nuevas generaciones–, Goodall sigue a sus ochenta años muy involucrada en su defensa de las causas naturales.
Un claro ejemplo de ello es el documental sobre su vida y obra, El viaje de Jane, en el que se comprueba que la energía y la pasión son dos rasgos que no parecen abandonar a esta británica, todo un ejemplo de entrega absoluta a un sueño. De su experiencia de casi sesenta años en defensa de la naturaleza nos queda, como un preciado legado, su acertada reflexión: “Si somos la criatura más inteligente que ha pisado el planeta, ¿cómo es posible que estemos destruyéndolo?”
Fotografías: María Vintage Photography
Texto de @Esther Ginés
Os dejo un vídeo súper emotivo en el que se ve a Jane Goodall en plena acción.
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