Es increíble la cantidad de cosas curiosas que puede encontrar una navegando por Internet una tarde cualquiera.
El otro día, sin ir más lejos, me encontré con estas fotos tan curiosas que no pudieron por menos que hacerme soltar una gran carcajada. ¿A quién se le habría ocurrido semejante barbaridad?
¡Si en el S.XXI se te ocurre presentarte en el registro de patentes con una idea tan descabellada, te tildarían de loco como mínimo!
Podríamos llamarlo “Motochecito”. Un cochecito motorizado para que las niñeras en los años 20 no tuvieran que empujar los pesados cochecitos de bebes por las calles, más bien mal asfaltadas de la época. El artilugio estaba diseñado para unirse a un cochecito normal. Disponía de una sola rueda y fue construido por la firma de motores británica Dunkley, en Birmimgham.
La curiosa máquina vio la luz en 1923, y con ella la marca de motores inglesa conseguiría pasar a la historia.
Las primeras máquinas arrancaban a palanca, lo que significaba que la niñera tenía que saltar con fervor y esperanza y casi rezar para arrancar la máquina a la primera. Diseñadas con un motor de 1 CV de potencia (para que os hagáis una idea, un Vespino tiene 2 CV) y con una sola marcha. Una vez arrancado el motor, el frenético avance de la ruidosa máquina estaba controlado con un manillar atornillado al cochecito, con un embrague controlado con la mano.
Pero no termina aquí la cosa, en 1924 y actuando de forma aún más imprudente, Dunkley introdujo la versión de dos velocidades. Con este pequeño artilugio las madres podían disfrutar de un día con los más jóvenes, sin el esfuerzo de estar empujando el pesado y torpe cochecito.
Un capricho que ponía en serio peligro la vida del bebe que transportaban, por supuesto, sin casco, sin cinturón y sin ningún sistema de seguridad. De haber habido las más mínimas consideraciones de seguridad vial el “ Motochecito” nunca habría visto la luz. Pero gracias a las libertades de entonces para innovar en artilugios potencialmente peligrosos a voluntad, la gente pagó entre 40 y 135 guineas por el Dunkley Pramotor Modelo 20.
Eso sí, seguro que los niños lo pasaban en grande… Os dejo el link al artículo original: Baby Driver
Realmene impresionante y algo increible para nosotros en la actualidad. Seguramente se trataba del atrevimiento de la ignorancia. Por otra parte no se dice que hubiese ningún accidente ¡qué cosas! Ahora tomaríamos por loco a quien se le ocurriese semejante artilugio. De todas formas me ha parecido muy interesante y curioso. Gracias María, como siempre das en el clavo con tus curiosidades.