Hoy venimos a hablaros de un vestido de novia muy especial y moderno para la época. Se trata del vestido que lució Ellen Curtis el día que se casó con Louis A. Scott, en abril de 1879. Ellen era una persona de a pie, no era una persona influyente ni venía de una familia de renombre. Pero supo encontrar su hueco como modista en Lexington, Kentucky.
Las modistas de la época.
Las modistas de aquella época eran mujeres que tenían que luchar mucho para conseguir hacerse un hueco en la profesión. Y ser capaces de mantener una cartera de clientes que les permitiera vivir de su trabajo. Estas mujeres, como podemos imaginarnos, tenían unos armarios excepcionales. Y es que no es de extrañar que sus propios armarios fueran espectaculares ya que tenían a su disposición los mejores tejidos y estaban muy al tanto de la moda del momento.
Algunas de estas modistas tuvieron el éxito suficiente como para contratar un equipo de costureras que trabajaban para ellas. Otras, además, pudieron viajar a Nueva York e incluso a Europa en busca de los mejores tejidos, telas y ornamentos para sus creaciones.
La moda de 1870.
Las faldas de cola o ajustadas de finales de 1870 se hicieron con pares de cintas de lino cosidas dentro de las costuras de la parte posterior. Estas eran atadas detrás de las piernas, tirando de la falda hacia delante y aislando totalmente la espalda. El resultado fue una silueta tan estrecha que las mujeres se vieron obligadas a caminar con pasos extremadamente cortos. Estas faldas en forma de vaina fueron ampliamente criticadas.
Ya en 1875, Lady’s Book de Godey menospreció el estilo diciendo: ”Ha habido mucha sátira bondadosa acerca de que las mujeres vestidas a la moda no pueden sentarse en sus sillas excepto de lado y con extrema precaución, de lo contrario, el elástico, las cuerdas y otros dispositivos para atar las faldas se rompen repentinamente. Pero con las faldas nuevas la dificultad no radica en sentarse, el problema es directamente cómo caminar”
El vestido de novia de Ellen Curtis.
Está claro por el estilo elegante de su vestido que Ellen Curtis era una gran estudiante de las tendencias de moda. Para cuando diseñó su vestido de novia, la moda del momento era lucir unos corpiños omnipresentes. Y las faldas seguían estrechándose. En junio de 1877, Harper’s Bazaar discutió las tendencias de París, señalando que la moda exigía que «las mujeres estuvieran enfundadas desde el cuello hasta los pies con una prenda estirada sobre la figura, dándoles la apariencia de un lápiz con una cola adherida».
Aunque Curtis no hizo su vestido tan delgado y estrecho como la moda dictaba en el momento, ni como los vestidos que ella creaba para sus clientas. Sí que podemos decir que utilizó un diseño en el que su silueta quedaba bastante más delgada que, por ejemplo, la que lució Victoria Palmer Reynolds cinco años antes.
Curtis incorporó una serie de ideas muy modernas en el diseño de su vestido de novia. Una, atribuida al modisto parisino Charles Frederick Worth, era la tela drapeada alrededor de sus caderas, llamada alforjas. Un resurgimiento del estilo del siglo XVIII. Ella construyó su vestido a partir de dos telas de seda en un esquema de color monocromático: un fino faille acanalado y un satén tejido con un sutil patrón de volutas. Las diferentes texturas de los materiales acentúan una parte diferente de la prenda.
El escote alto no solo era elegante, sino también modestamente apropiado para su boda en la Iglesia Católica Romana de St. Paul. El vestido, tal y como lo diseñó, le habría servido perfectamente después de su boda. Podría usarlo como vestido para atender a sus clientas más ricas. Las habría impresionado con su estilo. Ya que el corpiño a medida con solapas falsas y puños de estilo militar eran elementos de diseño que se veían con frecuencia en las ilustraciones de moda contemporánea.
Vintage by López-Linares
¿Qué os ha parecido este vestido de novia? A mi personalmente me encanta. Me fascina la idea de que se diseñara un vestido que luego pudiera utilizar. Porque mira que es complicado reutilizar un vestido de novia de esta época. Y el de Ellen Curtis era moderno, con muchos detalles y absolutamente elegante. Tanto para su boda, como para atender a sus mejores clientas.
Bibliografía
Libro Wedded Perfection