Consuelo tuvo una infancia totalmente dominada por su autoritaria y estricta madre, la cual la obligaba a toda clase de sacrificios para ser una perfecta señorita de la alta sociedad. Fue educada en casa por institutrices y tutores. A la edad de 8 años leía y escribía en varios idiomas.
Nacida en la ciudad de Nueva York en 1877, la bella dama era hija del magnate del ferrocarril Willian Kissam Vanderbilt y Alva Erskine Smith, por lo que se crio rodeada del más increíble lujo desde su nacimiento.
Consuelo se convirtió en una joven muy hermosa, distinguida y, por supuesto, en una de las jóvenes casaderas más deseadas de la alta sociedad neoyorquina, tanto por su gran belleza como por su fortuna.
Su madre era la encargada de discernir quién, de los muchos pretendientes que rondaban a Consuelo, era o no era el adecuado. Lo que ella buscaba, y creía que le faltaba a su hija, era un título nobiliario, encontrándolo en el lord inglés Charles Spencer-Churchill, noveno duque de Malborough y primo de Sir Winston Spencer-Churchill.
Consuelo tenía un romance secreto con un joven neoyorquino, negándose en rotundo a cumplir los deseos de su madre. Consuelo intentó fugarse con su amado joven, pero fue descubierta y encerrada en su habitación. Ante su continua negativa, su madre terminó presionándola de tal forma que fingió estar enferma a causa de su desobediencia y terquedad. Y al fin, Consuelo acabó aceptando la boda que se celebró en 1895.
Fue todo un acontecimiento social en Nueva York y un día especialmente triste para la novia, que llegó al altar media hora más tarde porque no paraba de llorar amargamente antes de salir de casa en los brazos de su padre.
Dada la buena educación recibida, la nueva condesa de Malborough asumió a la perfección sus nuevos deberes aristocráticos, convirtiéndose en una mujer admirada y apreciada en la alta sociedad inglesa, a pesar de sentirse oprimida por el estricto y estirado protocolo inglés y echar de menos el estilo de vida neoyorquino.
El matrimonio nunca fue feliz, a pesar de tener dos hijos. Las desavenencias vinieron pronto por la falta de amor. Ella se enamoró de un joven y famoso aviador, héroe de la primera guerra mundial, primo de su esposo llamado Jacques Balsan. El conde, por su parte, cayó en brazos de una atractiva joven estadounidense.
Se separaron en 1906, volcándose Consuelo en las obras de caridad y en la ayuda a los desprotegidos de la sociedad inglesa. Comenzó su trabajo como activista del sufragio femenino, llegando a ser nombrada “La Primera Mujer Miembro del Consejo del Condado de Londres”. En 1926 fue anulado su primer matrimonio, por haberse realizado bajo coacción, y se casó con Balsan.
Consuelo y Balsan vivieron en Francia donde Consuelo, lejos de la presión social de Inglaterra, pudo vivir una vida feliz, libre y llena de amor. En Francia siguió ejerciendo su generosidad y participando en obras de caridad, donde construyó una casa de verano para niños en la que se recuperaban de enfermedades.
Tras la ocupación de Francia, el matrimonio se traslada a América donde vivieron hasta el final de sus días.
Consuelo quedó viuda en 1956, falleciendo en Southampton (Nueva York) a la edad de 87 años.
No sé si recordáis que ya os había hablado hace tiempo en mi blog de la magnífica colección de joyas que tenía Consuelo. Os dejo aquí abajo el link por si os apetece recordar todas las piezas que formaron parte de su colección, y alguna que otra curiosa anécdota sobre su ajetreada vida.
Mujeres que merecen ser nombradas por su trayecto de liberacion y aporte a la disminucion de las desigualdades , abogando por la igualdad politica en el genero.
Totalmente Alida, muchas gracias por pasarte por nuestro blog y comentar. Feliz domingo!!