Es uno de los primeros retratos que Anthony Van Dick hizo de la reina consorte Enriqueta María de Francia nada más llegar a Londres para casarse con Carlos I de Inglaterra. En este retrato se ve a una reina muy joven vestida a la moda francesa: puños de encaje puntiallo, corpiño y falda de seda azul plateada, todo ello adornado con unas cintas de color anaranjado que dan el tono cálido al retrato. Luce unos pendientes de perlas en forma de lágrima, las llamadas “perlas mancini”, regalo de bodas de sus padres Enrique IV de Francia y María de Medici. Pendientes que, no pudo conservar y tuvo que vender a su sobrino Luis XIV, para sobrevivir cuando estuvo exiliada en Francia.
Enriqueta nació en Francia en el año 1609, era la hija menor de Enrique IV y María de Médici. Fue educada en el amor a las artes, practicaba la equitación, el canto, tenia gustos muy refinados. Se casó muy joven con Carlos I de Inglaterra. Enriqueta introdujo en la corte inglesa la moda francesa, y el diseño italiano en los jardines de palacio. Desde el principio cayó mal en la corte y nunca fue querida por el pueblo ingles por su condición de católica, a la cual nunca renunció y luchó por defenderla. Debido a esto no pudo coronarse como reina junto a su marido en la abadía de Westminster.
Los primeros años de matrimonio estuvo lleno de desavenencias conyugales que se convirtieron años más tarde en un gran amor; tuvieron 9 hijos. Los dos muy unidos siempre, hicieron frente a los problemas de gobierno, y a la guerra civil inglesa que tuvo como consecuencia la separación del matrimonio real; Enriqueta se tuvo que exiliar por seguridad a Francia, y Carlos I fue ejecutado por el Parlamento ingles.
Enriqueta, nuestras «Dama Vintage» de Mayo, viuda y sin fortuna vivió en Francia, donde murió en el castillo de Colombes en 1669.
Flor de Charo Aguña
Imagen @María López-Linares