Año: 1946
Director: Howard Hawks
Reparto:
Humphrey Bogart (Phillip Marlowe)
Lauren Bacall (Vivien Rutledge)
John Ridgley (Eddie Mars)
Martha Vickers (Carmen Sternwood)
La película fue un éxito de taquilla. No así de crítica, que la tachó duramente de ser inmoral y violenta.
Una película llena de contradicciones, diálogos cínicos, ironías y tipos duros. El misterio comienza desde el momento en que Marlowe se entrevista con el General Sternwood. Con una atmósfera oscura, triste, casi agobiante, donde nadie regala nada y todos buscan su propio provecho. Un mundo pesimista y gris.
Un detective que se las sabe todas y una mujer que, aun haciendo un papel secundario, demuestra que no hace falta una historia de amor en primera línea, para ver cómo saltan chispas cada vez que se junta con el protagonista. La escena en casa del general donde Vivien -Lauren Bacall- quiere averiguar para qué le ha contratado su padre, es brillante. Al día siguiente, en el despacho de Marlowe, cuando los dos toman el pelo a la policía por teléfono es casi un icono de los diálogos de comedia, así como la inolvidable escena en el bar hablando de carreras de caballos. Bogart y la Bacall hacen una pareja excepcional.
Cuando todo parece derrumbarse a su alrededor, Bogart y Bacall -o en este caso Marlowe y Vivien- saben sacarle el chiste a cualquier cosa. No se trata del argumento más o menos enrevesado de la película -de hecho, cuando termine de verla no puede evitar quedarme con la sensación de que no me había enterado de nada-, sino de ser una película hecha por y para los dos protagonistas.
Bogart está sensacional y Lauren Bacall, con su inimitable voz y su seductora mirada, a pesar de ser su segunda película y de tener sólo 20 años, demuestra que tiene tablas de sobra.
La trama, aunque muy confusa, está magistralmente dirigida por Hawks, que hace que el espectador siga a Marlowe allá donde vaya. El público no sabe ni más ni menos que el protagonista, haciendo de esta forma que se implique en el argumento de forma obsesiva.
Los diálogos cínicos, afilados y sarcásticos han pasado a la historia del cine por derecho propio.
Os dejo con esta curiosa imagen para que os hagáis una idea del follón que se organiza, y de la cantidad de personajes que se entrecruzan a lo largo del film.
Una película para no despistarse ni un segundo.
Premios:
Premio en 1997 del National Film Preservation Board
Curiosidades:
- Fue la segunda película que Bogart y Bacall hicieron juntos. Tres meses después se casaron.
- La escena en la que Bogart y Bacall hablan de caballos se añadió tiempo después de terminar la película, para darle algo de picardía e igualarla a la que anteriormente hicieron, «Tener y no tener».
- La escena en la que Lauren Bacall canta es con su propia voz, en contra de las habladurías que han afirmado que está doblada.
- La mansión de los Sternwood es la misma de «Alma en suplicio».
- La escena en la que Eddie Mars es asesinado por sus propios hombres, fue reutilizada por el mismo director en su último western «El dorado».
- William Faulkner ayudó a Hawks en la elaboración del guión. Cuando le preguntaron a Raymond Chandler, autor del libro, quién mató al chófer, no supo contestar.
Imágenes:
2 Bp. Blogspot.com, Uraniaenberlin.com, Lo-bueno-si-breve, Ciclos-decine.blogspot.com.
Escenas Memorables: