Mi post está dedicado a la figura del gran creador español Cristóbal Balenciaga, pero no es un post sobre cosas que haya leído sino sobre las vivencias de una de las personas que tuvo la suerte de aprender a coser y desarrollar su carrera como modista junto a uno de los más importantes diseñadores españoles de la historia: mi madre. Ella tuvo la oportunidad y la suerte de entrar a trabajar en la Casa Balenciaga situada en Madrid, desde 1958 hasta que cerrara sus puertas en 1969, donde se hacían realidad los sueños de todas sus clientas.
El modisto español decidió crear una empresa que se dedicara a la modistería, Eisa Costura, tanto en San Sebastián como en Madrid, abriendo en 1933 un nuevo establecimiento: EISA B.E. La primera colección presentada por la nueva casa de costura, en ambas ciudades, fue la de primavera-verano 1933. La sucursal en Madrid se situó en la calle Caballero de Gracia, 42 y el establecimiento no adoptaría el nuevo nombre de Eisa hasta febrero de 1941, para trasladarse posteriormente a la emblemática calle Gran Vía, 9 (antigua Avenida de José Antonio). Eisa Costura presentó así su primera colección en abril de 1941.
Mi madre trabajaba con la Señorita Felisa en fantasía, que se dedicaba a realizar trajes de noche y de vestir, sección situada en la tercera planta y que daba a la calle Gran Vía, enfrente del emblemático Chicote. Desde esa magnífica situación, fueron testigos directos de las visitas de algunos famosos de la época que acudían a aquel lugar de cita obligada si venías a Madrid, como David Niven o el torero el Viti. En la planta por debajo de donde trabajaba mi madre, estaba el departamento de sastrería donde se realizaban los abrigos y los trajes de chaqueta para sus clientas. En todo el taller se respiraba un buen ambiente de trabajo y compañerismo entre todos los trabajadores.
Para dar a conocer a sus clientas las nuevas colecciones y las tendencias, se realizaban pases privados a los que acudía el propio Cristóbal Balenciaga, quien probaba personalmente a las maniquís. Cuando se preparaban las nuevas colecciones reinaba en el taller un ritmo frenético de trabajo, eran jornadas en las que se sabía cuando se entraba a trabajar, pero no cuando se terminaba.
Entre algunas de las curiosidades que me ha contado mi madre, podemos destacar que en la casa Balenciaga regalaban los trajes de novia a las empleadas que se iban a casar, y la afortunada hacía un pase privado para todos sus compañeros en uno de los salones donde se pasaban las colecciones, donde disfrutaban como si fueran ellos mismos. Otra de las anécdotas que me ha transmitido es que les daban el día libre para poder recaudar dinero en la cuestación contra el cáncer y ayudar en esta causa, era algo parecido a lo que hacía Conchita Velasco en la película «Las chicas de la Cruz Roja» en aquella época. También era tradición para los empleados que quisieran ir acudir durante una semana completa a servicios espirituales en El Espinar con todos los gastos pagados.
Otra de las vivencias de mi madre durante el tiempo que trabajó en la casa Balenciaga fue poder vivir en primera persona la elaboración del maravilloso traje de novia de la Reina Fabiola, el cual estuvo rodeado de un secretismo absoluto. Incluso, ella fue la que llevó el vestido a la casa particular del propio Balenciaga en Madrid donde se realizaban las pruebas de la novia. Y cuando llegó el día de la gran boda, les pusieron una televisión en el taller para que todos pudieran ver en directo el enlace.
Mi madre recuerda esta etapa de su vida como una de las mejores que ha vivido y está encantada de haber formado parte de la historia de la moda española junto a uno de los grandes de la moda universal.
Todas las fotografías que ilustran el articulo pertenecen a la colección personal de la madre de Amaya y son inéditas. Agradecemos enormemente que haya elegido nuestro blog para darlas a conocer.
Artículo escrito por Amaya Barriuso, periodista y responsable de la comunicación y las redes sociales de empresas como freelance. Podéis seguir el trabajo de Amaya en su Blog: «El Blog de Amaya»
Mil gracias por la colaboración este mes en nuestra sección Vintage Blogguer.
Imágenes @Archivo personal Amaya Barriuso
Precioso artículo! Y una vivencia personal, la de la madre de Amaya, digna de recordar y compartir con tanto cariño. Con razón ha heredado ese delicado gusto y admiración por el mundo de la moda. Enhorabuena!
Muchas gracias Olga!
A nosotras nos ha chiflado conocer la historia en primera persona y agradecemos a infinito a Amaya la generosidad de compartirla en nuestro blog.
Un saludo
Muchas gracias Olga por tus palabras !!!
Leo este post con lágrimas en los ojos! Las fotos dan testimonió de una época que no se repetirá, donde el valor de la confección a medida era el que se merece. Es un honor conocer esta historia y espero leer muchas mas como esta!
Aranzazu, muchísimas gracias a las tres 😉
Arantxa, tienes toda la razón, hoy en día las cosas no se hacen como antes. Gracias por tu comentario.
Precioso artículo, debió ser una maravilla aprender junto a un gran modisto como Balenciaga, gracias por compartir esta bonita historia.
Un abrazo
Muchas gracias Gema!!
Muchas gracias Gema, otro abrazo para ti !!!
¡Qué delicia de post! Y cuántos secretos maravillosos. Gracias por la atmósfera, por tus recuerdos y por tus fotografías. ¡Enhorabuena!
Mil gracias a los dos.
Las fotos son del archivo familiar de la familia de Amaya y ha sido todo un detallazo por su parte utilizar nuestro blog para sacarlas a las luz!
Nos alegra mucho que os guste su entrada, estamos super agradecidas con ella.
Un besazo
Gracias a vosotros chicos que sois el reflejo de que esta profesión no se pierde 😉
Yo ya conocía esta historia pero leerla y verla ilustrada por primera vez es algo muy especial, enhorabuena.
Es una historia preciosa Belén, muchas gracias por pasarte por ella¡
Gracias Belén, ya sabes que no soy muy dada a contarla mucho, pero estoy muy orgullosa !!!
Querida Amaya aunque no te conozco,si conoci a tu madre.Yo tambien trabaje en la casa Balenciaga,y fui compañera de Maria Esther Terrazas,trabajamos en la misma seccion.Recuerdo lo de la banderita de la Cruz Roja y de echo fuimos compañeras en El Espinar haciendo ejercicios espirituales.
Son años que yo recuerdo con mucho cariño…
¡¡¡Eramos compañeras y amigas y es una epoca muy entrañable!!!.
Espero que puedas trasladarle todo esto a tu madre.Un beso a las dos
Maria Elena Gimeno
Estimada María Elena Gimeno, Le agradecería mucho que se pusiera en contacto con el Museo Balenciaga de Getaria, con objeto de recuperar su testimonio como trabajadora de la casa e incorporarlo a la investigación » MANOS QUE COSEN». Agradeciendole por su tiempo y atención
Querida María Elena, es increíble el poder que tiene Internet. Estoy sorprendida de que hayas podido llegar hasta el post y que sepas que le he transmitido a mi madre tus palabras. Un besazo para ti !!!
Gracias por compartir con nosotros vuestra historia tan bonita. Si tuviera que resumirla de alguna manera diría que esta escrita desde la elegancia y el orgullo de una hija por su madre. Enhorabuena!!!
Buscando historias relacionadas con vestidos de novia de Balenciaga he llegado a este blog. Yo me caso en julio de este año con un vestido de novia que la casa Balenciaga regaló a una amiga de mi madre que trabajaba en el taller en Paris. Es un vestido en piqué muy sencillo con margaritas sobrecosidas en la parte de abajo. Del año 67 poco antes de cerrar el taller. Me ha gustado mucho la entrada por encontrar la referencia a esa costumbre que tenían de regalar el vestido a la empleada que se casaba. No aparece en ningún otro escrito sobre Balenciaga que he podido rastrear.Os envío un abrazo.
Hola Miren,
Pues me encantaría ver fotos de ese vestido el día de tu boda, osea que si te animas me las puedes mandar por mail.
Muchas gracias por el comentario y mucha suerte 😉
Hola Miren, estoy entrevistando a costureras que trabajasen para Balenciaga, si te pudieses poner en contacto conmigo por aquí te lo agradecería un montón. Y creo que a todos nos gustaría mucho ver las fotos del vestido de novia.
Un abrazo!
Perdona Enrique pero debo rectificarte, no eran «costureras», eran «Modistas» y muy valoradas por cierto…
Un saludo.
Hola a todos/as. Me ha sorprendido encontrar este blog sobre las empleadas del Gran Balenciaga. Mi madre tubo la gran suerte y privilegio de entrar como aprendiz y llegar a ser Modista Oficiala de Primera de Fantasía, colaboró en la elaboración y acabado del traje de la Reina Fabiola. También me comentaba como las compañeras eran las encargadas de la elaboración de su traje de novia cuando se casó, regalo de Balenciaga a sus empleadas y eran diseños exclusivos. Ha sido un placer y me gustaría conocer más . Un abrazo para todas/os, un gran recuerdo.
Muchas gracias Javier por tu aportación al blog¡
Estimado Javier Glez Macho, me gustaria mucho poder entablar contacto con usted, con objeto de incorporar los datos de su madre y tía a una invetsigación que se lleva a cabo » MANOS QUE COSEN» en el Museo Balenciaga. Agradeciendote de antemano su disposición y tiempo.
PD. Mi tía fué lo mismo que mi madre pero en sombrerería….
Buenas tardes;
Estoy emocionada de haber encontrado esta web, mi madre trabajo en los talleres de costura de Sr Balenciaga y fue una de las modistas que trabajo en el vestido de novia de la Reina Fabiola, mi abuelo no le permitio viajar con el equipo que fue hasta Belgica.
Las historias que me ha contado mi madre son fascinantes, aun tiene contacto con alguna antigua compañera.
Un cordail saludo
Rosa
Mi abuela Matilde Bermudez Esteve que se caso luego con un Sastre Rafael Villena tambien trabajo en los talleres de Balenciaga en los años treinta y me contaba que era muy severo pasaba revista por el taller y cuando algo no le gustaba aunque fuese una puntada mal cosida agarraba la pieza y la rasgaba
Hola Manuela!! Muchas gracias por compartir esa historia con nosotras! Que interesante debió ser escuchar a tu abuela contar su experiencia en los talleres