El esmalte es un compuesto de vidrio al que se le añaden óxidos metálicos que permiten obtener una infinidad de colores y tonos, alcanzando su punto de fusión a una gran temperatura lo que le confiere una longevidad y belleza enorme.
Hay muchos tipos de esmalte, pero yo me voy a centrar en los más utilizados en joyería:
Champlevé:
En esta técnica lo que se hace es rebajar la superficie a esmaltar en distintos niveles con ácido creando así los distintos dibujos, para posteriormente proceder a rellenar los huecos con esmalte. Es muy importante que la zona a rellenar esté perfectamente preparada para que el esmalte se adhiera de forma homogénea. El esmalte así queda como “encerrado” entre el metal. Posteriormente, como en el resto de técnicas, se pule y abrillanta.
Cloisone:
En esta técnica se emplean pequeños hilos de metal que se colocan creando dibujos atractivos y dejando pequeños huecos entre medias. Estos espacios se rellenan luego con esmalte de distintos colores. La pieza, luego, se puede lijar más o menos según el gusto del artesano para igualar los niveles.
Plique-à-jour:
Esta es la técnica más complicada, pero la más bella y delicada de todas. Se aplican repetidas capas de esmalte en unas celditas sin fondo, de esta manera se rellenan los huecos pero el esmalte deja pasar la luz y queda transparente, casi como si de una vidriera se tratase. En joyería se ha utilizado mucho y las piezas tienen una belleza impresionante. Requiere de unas manos muy expertas y precisas.
Os dejo algunas imágenes con ejemplos de los distintos tipos de esmalte.
¿Cuál es el que más os gusta a vosotros?