Desde que tenemos a Ángel involucrado en la realización de los artículos técnicos del blog, me estoy enterando de cantidad de cosas súper curiosas que nunca habría imaginado.
Creo que todos sabréis lo que es un reloj antesala o reloj de abuelo como le llaman los ingleses. El típico reloj alto que solíamos ver en las consultas de los médicos, abogados o notarios y que sonaban con un machacante «gong» a la hora en punto.
Pues estas joyas que Ángel se dedica a restaurar nacieron en el S.XVII, gracias a las investigaciones de Galileo Galilei y su desarrollo de la ley del péndulo.
Galileo desarrolló la ley pero no fue capaz de desarrollar un sistema que lograra que un péndulo funcionara de una forma constante. Tuvieron que pasar más de 14 años para que, gracias a ese descubrimiento, Ahasuerus Fromanteel lograra crear el primer reloj de caja alta de la historia, convirtiéndose así en un personaje que ha llenado muchas líneas de libros de relojería y maquinaria antigua.
Fromanteel nació en Flandes el 25 de febrero de 1607. Primero de cinco hijos de un ebanista. Llegó con su familia a Inglaterra huyendo de la conquista española, estableciéndose en Colchester, Norwich y más tarde en Londres.
Ahasuerus Fromanteel aprendió herrería durante siete años, pero enseguida se hizo artesano de relojes de torre, con escape de volante y relojes de mesa con carga por muelle real (algún día os hablaremos de ellos). Se unió al gremio de relojeros en 1632 y se hizo miembro de la Worshipful Company of Blacksmiths en 1631. Más tarde se dedicó a la construcción de microscopios y lentes.
Antes de la invención del reloj de péndulo, los relojes tenían un error diario de entre diez y quince minutos. El uso del péndulo aseguraba una precisión con errores de sólo unos pocos segundos al día; esto, en navegación por ejemplo, era súper importante. Con esta simple mejora se multiplicaba por sesenta la precisión de la marcha.
En general, los relojes de péndulo tenían una cuerda de ocho días de duración, lo que quiere decir que había que darles cuerda menos frecuentemente. Para ello las pesas de los relojes debían ser mayores (unos 12 kilos), y esto supuso que la construcción de la caja debía ser más robusta para soportar el peso extra del reloj, además de para proteger el mecanismo y el dial de manos inexpertas.
Así nacieron los relojes de caja alta o de abuelo. Este estilo permaneció vigente durante más de doscientos años. Se le llamó «una revolución en la relojería».
Fromanteel fue el primer fabricante de relojes de péndulo en Inglaterra, utilizándose después este diseño para fabricar relojes de torre, de mesa, de pesas, así como relojes de bolsillo con cuerda para un año y una gran variedad de motores domésticos e industriales.
También realizó la autobomba para un carro de bomberos, que vendió a la ciudad de Norwich.
Como escribe Mark Denny en su libro «Las cinco máquinas que cambiaron el mundo», la patente de Fromanteel «preparó el terreno para la edad de los relojes ingleses, que dominaron el mundo durante un siglo».
¿Alguna vez habéis visto como funciona un reloj de péndulo?
Os invito a que paséis por la tienda para que Ángel os enseñe unos de los que tenemos en marcha desde hace más de 30 años y que pertenece a su colección particular.
Fotos: