EL ORO DE TOLEDO EN VINTAGE BY LOPEZ-LINARES
El oro de Toledo o damasquinado es como se conoce al noble arte de la incrustación de metales preciosos, oro y plata, mediante cincel y martillo, sobre una base de hierro dulce picado con una finisima cuchilla. Porque este es el gran secreto del damasquinado: un arte que transforma una ruda base de hierro en un maravilloso objeto decorado con oro y/o plata.
Existe cierta polémica acerca de cómo y a través de quién llegó este arte hasta nuestra península. Y yo, hoy, fuera de toda polémica, lo que pretendo es intentar que os enamoréis, solo la mitad de lo que yo estoy, de este maravilloso tesoro que aún conserva exclusivamente la ciudad de Toledo y que os suméis a mi lucha para evitar que se acabe perdiendo este maravilloso trabajo. Hoy voy a intentar explicaros su técnica para que, al conocer el refinado proceso manual de su elaboración, podáis valorarlo y transmitir este arte a todo aquel que creáis que tiene sensibilidad para apreciarlo. Simplemente, hoy me conformo con este pequeño compromiso por vuestra parte. Este quisiera que fuera el primer paso a dar entre todos en defensa de esta maravillosa y ancestral artesanía para evitar que caiga en el olvido.
El damasquinado tiene orígenes ancestrales en las culturas más antiguas del Mediterráneo, que ya decoraban sus objetos más preciados con la entonces denominada técnica de la Ataujía, utilizada hace ya más de 1500 años en civilizaciones como la egipcia, la griega y la romana, así como en la china y la japonesa. La Ataujía es un arte que se realiza introduciendo hilos de oro y plata en un surco preparado con anterioridad y asegurando su adhesión con la conocida forma de “cola de milano”. No es exactamente lo mismo que el damasquinado, pero se parecen demasiado y por eso cuesta tanto saber dónde realmente nació la técnica del damasquinado, ya que se trataría de una especie de hijo de la Ataujía que comenzó a utilizarse en varios lugares, casi a la vez.
Y como os decía, también hay cierta polémica sobre a través de quién y cuándo llegó tan noble arte hasta la península ibérica. Que si llegó de China o de Japón, que si lo trajeron los árabes tras invadir la península en el año 711… Existen varias teorías, pero yo hoy, haciendo abstracción de ellas como os decía, quisiera por encima de todo explicaros qué es el damasquinado, las distintas técnicas utilizadas en su elaboración, el reducidísimo número de maestros artesanos que quedan para poder continuar formando a los aprendices, la ausencia de una formación reglada para formar a las nuevas vocaciones, así como qué nos llevó a traerlo hasta nuestro espacio y, sobre todo, por qué no podemos hacernos cómplices de su desaparición.
Al final de esta lectura os voy a recomendar algunos libros, pocos porque no hay muchos sobre este tema, por si queréis profundizar más en su conocimiento y sacar vuestras propias conclusiones.
La primera definición conocida de la que disponemos sobre este arte es la del teólogo Teófilo, un monje griego que allá por el S.XI ya describía esta técnica artesanal con las siguientes palabras:
Cuando haya limado cuidadosamente una espuela, póngala junto a carbones encendidos hasta que comience a ennegrecerse y permita que después se enfríe. Entonces, gire la rueda con su mano derecha y mantenga la espuela con su mano izquierda contra el acero y sobre el lado exterior haga finos cortes a lo largo y una doble tanda de cortes a lo ancho (picado de la pieza). Después de esto, con unas pequeñas cizallas levante trocitos de plata tal como crea conveniente y aplíquelos sobre la trama de cortes.
A continuación, utilizando las mismas cizallas frote los bordes de la plata con el fin de que se peguen más deprisa.
Cuando haya trabajado sobre toda la espuela, póngala de nuevo en los carbones ardiendo, hasta que de nuevo se ennegrezca; entonces sáquela con unas pinzas y púlala con una larga extremadamente lisa herramienta de acero (un bruñidor). Colóquela de nuevo en los carbones y caliéntela otra vez, entonces pula vigorosamente de nuevo con la misma herramienta.
Teófilo señala a los árabes como los primeros en servirse de este procedimiento a través de la ciudad de Venecia, aprovechando los contactos comerciales que mantenía esta ciudad-estado con Siria, Persia y Turquía.
EL DAMASQUINADO EN LA HISTORIA MODERNA
Podemos señalar varios momentos dorados en la historia del damasquinado europeo.
Durante el S.XVI Milán y sus famosos armeros llevarían el arte del damasquinado a una altura pocas veces alcanzada, decorando todo tipo de guarniciones para príncipes y emperadores.
Durante el reinado de Luis XIII y Luis XIV en Francia a través de su uso en la decoración de pistolas y escopetas. La decoración de armas en Francia vivió su apogeo en el S.XVIII con la creación de la manufactura de Versalles, donde las armas se convertirían en verdaderas obras de arte.
Durante el S.XVIII también en España se conoció un importante desarrollo de la armería damasquinada en Madrid, Ripoll y el país vasco.
Pero seria a partir de mediados del S.XIX, con la llegada de la familia Zuloaga y un pequeño grupo de damasquinadores toledanos, cuando este arte alcanzaría su gran momento en España, recibiendo numerosísimos premios en diversas Exposiciones Universales tanto europeas como americanas. En el S.XIX ya existieron en España varios centros de producción de damasquinado: Madrid, Toledo y Éibar. Existiendo también cierta polémica sobre quién empezó primero si los toledanos o los eibarreses.
La historia es importante, por supuesto, pero en este momento para mí lo verdaderamente digno de tenerse en consideración es que ya prácticamente apenas quedan maestros damasquinadores, y que los pocos que quedan se concentran casi en su totalidad en la ciudad de Toledo.
¿QUÉ ES EXACTAMENTE EL DAMASQUINADO?
Ante todo, quiero explicaros con imágenes este sorprendente proceso que tuve la fortuna de ver por primera vez en su taller a través de las manos expertas del gran maestro Mariano San Félix. Es curioso, que casi la primera persona con la hicimos amistad en Toledo fuera él, y cómo uno de esos fines de semana que pasábamos en la ciudad tuviéramos la suerte de que nos abriera las puertas de su taller y nos mostrara cómo era capaz de convertir una humilde placa de hierro en una obra de arte.
Es importante saber cómo se realiza el damasquinado para saber valoralo y apreciarla como se merece
- Lo primero que necesitamos para damasquinar es una base de hierro dulce, que llaman los damasquinadores, donde poder incrustar el hilo de oro. Actualmente existen dos fabricas que yo conozca que venden las bases ya cortadas para damasquinar. El problema surge cuando quieres hacer un diseño diferente, entonces tienes que buscar un artesano en el hierro capaz de cortarte a mano y con segueta esas finas laminas de hierro.
- El siguiente paso es picar el hierro. Picar significa hacer un finísimo surco del grosor de una cuchilla de afeitar en tres direcciones diferentes. La primera pasada mas fuerte que la segunda y la tercera la más finita. En estas estrías que se forman es donde se incrusta el hilo de oro. Este proceso de picado también puede realizarse al ácido en zonas de difícil acceso.
- Quemar, sometiendo el hierro a altas temperaturas hasta que queda negro, y luego dejándolo enfriar para poder trabajar el siguiente paso.
- Aquí entra el arte de cada damasquinador ya que deben dibujar a mano las complicadas decoraciones que suelen utilizarse en este arte.
- Ahora comenzaría realmente la labor de damasquinado. Se trata de introducir el hilo de oro o plata con un punzón de presión encima del picado, siguiendo el dibujo previamente realizado. Contorneando los perfiles y, si fuera necesario, rellenando los espacios que quedan entre ellos.
- Después se pavona la pieza. Se trata de la inmersión de las piezas metálicas en una mezcla de nitrato de potasio y nitrato de sodio a temperaturas de entre 310 y 350 °C. Después de llevar a cabo esta inmersión, las piezas son lavadas con jabón caliente.
- Ahora llega la parte que le da vida al oro, el pulido y bruñido de la pieza. Se realiza con un bruñidor de piedra sanguínea (ágata) bruñendo toda la labor, consiguiendo que el oro adquiera fijeza y estabilidad.
- Posteriormente, y como acabado final, se monta la pieza.
La pasión y el amor con la que Mariano explica su trabajo, a sus ya más de 80 años, es admirable. Te trasmite toda la pasión que aún despierta en él este arte, calándote muy hondo.
Fue en el preciso instante en el que le vi sentado trabajando el hierro y jugando con esos pequeños y casi trasparentes hilos de oro, sin más utillaje que buriles y macetas, cuando mi imaginación se pudo en marcha y cuando supe que tenia que llevar esta artesanía hasta nuestro espacio.
Mariano San Félix ha sido el impulsor de la “Fundación Damasquinado de Toledo”, que se constituyó sorprendentemente hace muy poco en la ciudad de Toledo.
La Fundación Damasquinado de Toledo es una institución de carácter privado y sin ánimo de lucro, que se constituye con la voluntad de dar cabida a todo tipo de organismos públicos, personas físicas y jurídicas, artesanos y comercializadores del damasquinado toledano. Sus objetivos son, entre otros, Conservar, Difundir, Investigar y Exponer el damasquinado como arte, y actualmente está moviendo conciencias en la administración comunitaria para conseguir algo que ya debería haberse conseguido para el damasquinado hace mucho tiempo: la consideración de “Bien de Interés Cultural” (BIC).
Creo que es algo que la Comunidad de Castilla la Mancha le debe al damasquinado y a todos los artesanos y artesanas que se han dejado la piel incrustando oro y plata a lo largo de los siglos.
NUESTRO PROCESO CREATIVO
Ahora lo que quiero es contaros un poco el proceso del damasquinado y cómo surgió la idea de crear esta colección.
¿Cómo podría yo llevar esta maravillosa técnica hasta nuestro espacio?, me preguntaba. Quería rendir un homenaje, no solamente a la ciudad de Toledo que tan bien nos había recibido, se trataba también de rendir un homenaje a este ancestral arte y hacer lo que fuera necesario para que se mantuviera vivo. En definitiva, trabajar por y para el damasquinado como lo haría cualquier toledano.
Apostamos, como siempre, por fusionar historia y arte. Encontrar un punto de unión entre esta preciosa artesanía y ese estilo tan decadente que caracterizan nuestras joyas. Así comenzaron la investigación, la documentación y los primeros bocetos. Pero, sobre todo, la búsqueda de esas manos artesanas que fueran capaces de hacer realidad nuestros sueños.
No sé si fue la casualidad o el destino lo que hizo que consiguiéramos dar con los dos artesanos que reunían nuestras premisas. Uno de ellos, un alumno que acababa formarse y de obtener la acreditación en el dominio de las “Técnicas Sanfelinianas” de damasquinado, patrocinadas por la Fundación Damasquinado de Toledo, impartidas por su presidente el maestro Mariano San Félix. Y la otra, una mujer. Una joven promesa del damasquinado toledano que aporta ese lado más femenino y elegante a la técnica. Queríamos apostar decididamente por sabia nueva, la juventud aporta una energía contagiosa, y no nos equivocamos. Gracias a su implicación y profesionalidad hemos conseguido hacer realidad esta colección.
Todas las piezas que componen esta colección, que seguirá viva y en permanente crecimiento, están damasquinadas enteramente a mano en todo su proceso de elaboración, realizadas con oro de 24 quilates y plata de ley, siendo todos ellos diseños propios que solamente podréis encontrar en nuestro espacio de Toledo. Como siempre, inspirados en las joyas españoles de los siglos XVII, XVIII y XIX, siguiendo, como es costumbre en todas nuestras joyas, las técnicas artesanales utilizadas por los grandes maestros.
Os dejamos algunas fotografías de nuestras piezas damasquinadas a continuación y os esperamos en nuestro pequeño rincón de la calle del Nuncio Viejo nº 8, en pleno Casco Histórico de Toledo, con muchísima ilusión por enseñaros nuestro trabajo, para que seáis vosotros mismos los que juzguéis si participáis de mi objetivo de luchar todos a una para que este valiosísimo arte decorativo no caiga en el olvido.
Tengo también desde aquí que hacer una mención especial de agradecimiento a los orfebres toledanos y de fuera de Toledo, que han hecho posible que esta colección vea la luz y a Enrique de Lucas Tortajada, porque sin su inestimable ayuda aquella tarde en plena pandemia nos habrían resultado más difíciles nuestros comienzos.
Os esperamos cargadas de ilusión y deseando saber qué os parece esta nueva iniciativa.
Como os decía antes, la historia del damasquinado es apasionante, permitiéndome recomendaros adquirir cualquiera de estas publicaciones para conocer no solo su proceso sino toda la historia que atesora este arte milenario. Debo también destacar la perseverancia de Luis Peñalver a lo largo de todos estos años por difundir el damasquinado en diversas publicaciones, que por cierto nos ha servido de gran ayuda no solamente para escribir este pequeño post sino también como referente e inspiración a la hora de crear esta nueva colección.
- EL ARTE DEL DAMASQUINADO
- LAS REJAS DE VILLALPANDO
- UNA HISTORIA DEL DAMASQUINADO DE TOLEDO
- EL ESTOQUE DE FRASCUELO Y OTRAS HISTORIAS DEL DAMASQUINADO
- EL DAMASQUINADO DE TOLEDO
genial ….magnifico trabajo y muy util para todos
Muchísimas gracias!!