Judith Leiber dedicó sesenta y cinco años de su vida a la industria de la marquetería, desde su Budapest natal hasta las calles de Nueva York, donde vendería bolsos a la élite con su marca de renombre internacional.
Aunque es más conocida por sus bolsos-joyas con cristales de Swarovski, Leiber abarcó durante su dilatada carrera muchos tipos de piezas. Desde bolsos de cuero finalmente labrados, hasta maletas y bolsas hechas con textiles.
Su inusual talento para realizar bolsos de principio a fin, le valió un doble prestigio, como diseñadora y como artesana de gran calidad, revolucionando una industria con gran demanda entre el público que la hizo famosa, el estadounidense.
Así se convirtió en una gran empresaria, dejando huella a nivel creativo y empresarial en la ciudad que le dió la fama. Poseer una de sus piezas se convirtió (y todavía lo hace) en símbolo de prestigio.
Inspiración y artesanía, las características de Judith Leiber
Su inspiración provenía principalmente del mundo del arte, pero también de los viajes y del mundo de la ópera. En sus bolsos encontrarás referencias a pintores como Mondrian, Braque o Delaunay, pero también a óperas famosas o lugares exóticos.
Sus materiales variaron mucho a lo largo de su carrera, pues a medida que su fama se consolidaba, nuevos fabricantes acudían a ella para ofrecerle sus tejidos, ya que la utilización de una de sus telas suponía poner de moda un patrón o un estampado, algo a lo que aspiraban muchos fabricantes de telas.
Así, muchos de sus bolsos se construyeron con obis de Japón (fajas que sujetan los kimonos), cintas de Parsi de la India, y con telas de Irán y África.
¿Sabías que fué ella la primera en diseñar los populares clutch con forma de frutas y verduras?
Sí, gracias a esta gran artesana y artista, aficionada a buscar temas sorprendentes para sus creaciones, hoy sabemos que es posible aunar la sofisticación y el sentido del humor.
Judith Leiber: historia de Nueva York
La exposición del mes, que se celebra en el Museo de Arte y Diseño de Nueva York hasta el 7 de agosto, cuenta la historia de esta ilustre artesana, diseñadora y empresaria.
La muestra incluye bolsos que abarcan la historia de su empresa homónima, que Leiber fundó en 1963 a la edad de cuarenta y dos años, hasta el 2004, cuando diseñó su último bolso.
La exposición también explora el significado de los bolsos de mano en la cultura occidental del siglo XX, y la historia de los empresarios inmigrante y el tejido de Nueva York.
Sus creaciones han sido imitadas y copiadas en multitud de ocasiones, y su sombra es todavía alargada, algo que no dudarás al ver algunas de las imágenes que he seleccionado para ilustrar esta entrada.
Personalmente, me quedo con sus bolsos-joya hechos con cristales, sobre todo los que utilizan formas sorprendentes, pues se adivina una mujer atrevida, valiente y sofisticada con la que me siento muy identificada.
Si te animas a visitar la exposición este verano, podrás disfrutar de sus joyas más conocidas, así como un paseo por la historia de la marquetería y la historia de las telas del siglo XX.