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“El Jade”

2 mayo, 2017

El jade es una piedra semipreciosa usada y muy valorada desde la prehistoria debido a su gran dureza. Se utilizó para crear herramientas, armas y utensilios para la agricultura. Con el transcurso de los años, se le fueron atribuyendo poderes curativos y mágicos. Casi en todas las antiguas culturas el jade se usó para ritos religiosos, como amuleto de buena suerte, prosperidad y como símbolo del poder real.

Se sabe que el color original de esta piedra es el blanco, Sin embargo, según la composición de minerales que tenga en su interior, la gama de colores del jade es muy variada, yendo desde el blanco hasta el negro, pasando por el violeta, el celeste y por supuesto el verde.

El jade más conocido y valorado es el de color verde, y dentro del verde los más cotizados son el verde imperial y el verde manzana.  Otro jade muy apreciado, debido a su escasez, es el jade lavanda.

Existen dos tipos de jade: la Nefrita, que es más duro y compacto, de grano fino y de tonos verdes con moteados de color oscuro, que se da en abundancia en Canadá, China, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Taiwán, Asia Central, México y Rusia; el otro tipo es la Jadeíta, de color blanco verdoso utilizado en la joyería, que se encuentra principalmente en Birmania, Tíbet, China, Japón y Guatemala.

En la antigua cultura china se consideró al jade como la piedra más valiosa. Se la denominaba “piedra imperial” o “piedra del cielo”, siendo muy valorada desde el neolítico y llegándose a considerar la piedra de los emperadores. El jade chino que se utilizaba antes del siglo XVIII era la nefrita, que se extraía de los yacimientos de los montes Kunlun. No siendo hasta 1784 cuando desde Birmania llegó a China la jadeíta. La cultura china usó el jade en utensilios para las ceremonias religiosas y como símbolo de poder del emperador.

En la cultura prehispánica de Mesoamérica también el jade era una piedra muy apreciada, la consideraban más valiosa que el oro. Simbolizaba la vida y la eternidad, de ahí las máscaras funerarias. El jade era protector de la vida, de ahí que los guerreros cubríeran su pecho con pectorales fabricados con trozos de jade. La denominaban “piedra de Yjada” porque tenía poderes curativos en las dolencias renales.

El jade entra en Europa en el siglo XVI, siendo Portugal quien importa de China la nefrita, al mismo tiempo que España importa la jadeíta de América el Sur.

Os dejo el link a algunas de las piezas de nuestra colección de pendientes de JAde:

EL JADE EN VINTAGE BY LÓPEZ-LINARES

 

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