Novias Vintage

“Un traje de novia color maiz, un referente en el S.XIX”

15 octubre, 2015

Elizabeth Kissam (1844-1902), hija de un comerciante del centro de Nueva York, contrajo matrimonio con Henry De Bus natural de Ohio en pleno S.XIX. Su futuro suegro poseía negocios de fabricación de alambiques, cubas y cisternas de los que Henry se haría cargo al poco de volver de la guerra civil y casarse con Elizabeth.

En 1868 la empresa tomó el nombre “Debus Tub and Coopering Co”, con oficinas en la calle Elm en el centro de Cincinnati. Coopering era un negocio lucrativo, ya que en aquella época había más de 35 fábricas de cerveza solamente en el distrito Over- the-Rhine de Cincinnati, y la fábrica de Henry suministraba material prácticamente a todas ellas.

Elizabeth Kissam eligió un vestido para el día de su boda de aire vanguardista para la época.Una falda con un más que generoso vuelo y un dobladillo de más de 50 cm que la hacían caer con una elegancia especial. Con la invención de la crinolina en la década de 1850, las faldas ganaron muchísimo volumen y se hicieron cada vez más impactantes. Con la ventaja de ser muchísimo más ligeras y permitir a las mujeres moverse con muchísima más libertad que las antiguas y pesadas enaguas para dar volumen.

Elizabeth-Kissam-trajes-de-nova-vintage

La mayoría de los vestidos de su época se hicieron en dos piezas, el corpiño separado de la falda. En esta ocasión Elizabeth eligió un diseño en el que la falda iba unida a la blusa. Este tipo de diseños comenzaron a verse en las revistas de moda de 1859, pero fueron muy pocos modelos los que se debieron realizar ya que apenas han sobrevivido. Yo creo que debían ser mucho más incómodos y menos prácticos que los vestidos de dos piezas.

El color de este vestido de novia es bastante llamativo. En vez de blanco Kissam eligió un color oro rosado, en una seda de tafetán que cambiaba de color según la luz que recibía. Un color al que algunas revistas de moda de la época hacen referencia como color maíz.

La prenda está escasamente decorada con un estrecho encaje de bolillos hecho a mano y cosido justo dentro de la línea del cuello, y un detalle algo más ancho por debajo del busto y sobre los hombros. Un pequeño decorado realizado con dos hilos, uno en color dorado y el otro de un satén blanco,  embellecen el corpiño y las diminutas mangas abullonadas. Los botones están cubiertos con un delicado remate de ganchillo fino.

Un vestido con una  impresionante falda para una mujer con  apenas 50 cm de cintura, que se conserva en perfectas condiciones.

Bibliografia: Two Centuries of wedding gowns  Cynthia Amneús.

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