Supo reinventarse a sí misma después de un trágico accidente que marcó tanto su adolescencia como el resto de su vida, algo que ya justificaría que muchos la admirasen por su valentía. Sin embargo, la artista mexicana Frida Kahlo (1907-1954) fue mucho más que una luchadora, y a día de hoy está considerada una de las mujeres más relevantes de todo el siglo XX.
Interesante, cercana y muy independiente, la tercera esposa del pintor Diego Rivera fue una de las pioneras en lo que a emancipación de la mujer se refiere. Durante años, muchos la vieron solo como la compañera sentimental del gran muralista mexicano, pero sus más de doscientas obras han dejado una huella imborrable en sus coetáneos y en las generaciones posteriores.
Su anhelo por ser independiente de Diego Rivera –con quien mantuvo una compleja relación–, tanto económica como profesionalmente, es el reflejo de su innata condición de artista. Por supuesto, Rivera y su concepción del arte influyeron mucho a Frida, pero los estudiosos de su figura coinciden en señalar que sin él, su obra hubiera llegado a brillar con la misma luz.
De padre alemán, Frida tuvo una existencia complicada, marcada por el dolor provocado por el accidente que la mantuvo en cama durante largos periodos y que la obligó a pasar por el quirófano numerosas veces, y por su deseo de analizarse a sí misma a través de su arte. No llegó a cumplir los cincuenta años, pero la vida que tanto la martirizó también permitió que disfrutase de intensas relaciones humanas –especialmente sentimentales– y que fuera testigo de una de las épocas culturales y políticas más relevantes de toda la Historia.
Compartió vivencias con figuras como Picasso, André Breton o Trotski, hombres que la admiraban por el magnetismo que irradiaba; fue fotografiada en incontables ocasiones, casi siempre acompañada por sus animales, a los que amaba apasionadamente, y vistiendo sus conocidos trajes indígenas, con los que demostraba su gran amor por México; su arte es hoy universal y su obra, de fuerte contenido autobiográfico, ha recorrido los mejores museos del mundo.
En pleno siglo XXI, Frida Kahlo es un icono, no solo pictórico, sino humano, a diferencia de Diego Rivera, cuya influencia sigue siendo fundamentalmente artística y política. Pocas obras dicen tanto de la vida de una persona como los cuadros de la mexicana.
Adentrarse en sus autorretratos es casi como leer su fascinante biografía. El accidente en el que antes de los veinte años se partió la columna por tres partes hubiera acabado con las ganas de vivir de muchas personas, pero ella decidió sobreponerse. “Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar”, dejó escrito esta mujer que remó durante su corta existencia contra la adversidad.
Artículo escrito por @Esther Ginés
Fotografias
Me ha encantado tu post, gran mujer Frida.
Un abrazo
Muchísimas gracias Rosa, no sabes lo que me alegra leerte 😉
Y ya sabes que me tienes a tu disposición.
Un saludo
María
Interesante el blog..me encanto….saludos desde Oaxaca…
Bienvenida a mi espacio Donna, increíble saber que me lees desde tan lejos!!
Un abrazo 😉
Como siempre María genial!
las fotografías son increibles
un beso
Muchas gracias María!!